Al día siguiente, Nozomi caminaba con cierta prisa por los pasillos de la escuela. Ella se encontraba recordando lo que paso el día de ayer con su madre.
“—Tú hermana sufrió un accidente en su clase de gimnasia.
Nozomi no logro hablar al principio.
—P—Pero… ¿Ella está bien?
Hiroko negó con la cabeza.
—No lose, no me han dicho nada —hablo casi en un susurro.
Más tarde, ambas fueron al hospital para saber que paso con la pequeña Sayuri. Ella se encontraba recostada en la camilla en un cuarto de la instalación.
—¡Que idiota eres! —Alzo la voz Nozomi—. Te he dicho que no hagas más de lo que puedes —sermoneo duramente, pero más preocupada que enojada.
—L—Lo siento… Hermana.
Nozomi suspira estresada.
—Al menos… Espero que el ejercicio te haya salido perfecto —comento con una media sonrisa.
Sayuri comenzó a llorar.
—S—Si… —afirmo entre llanto.
—No llores… No hay razón para que te pongas así —se acerca a abrazarla—. Vas a estar bien. Lo prometo —recito con cariño.”
—Sayuri es una niña de tan solo ocho años… Tiene una vida por delante, ella se pondrá bien… Lo sé —trataba de convencerse en su mente.
Nozomi deja soltar un largo suspiro.
—Todo estará bien —pensó para calmarse.
Nozomi estaba tan centrada y metida en sus pensamientos que no miraba bien por donde andaba. Es entonces que se tropieza con algo, pero antes de perder el equilibrio, y caer al piso, logra dar una vuelta en el suelo y salir ilesa.
Cuando mira hacia atrás, se percata de la presencia de la chica de ayer y dos chicos más.
—¿Que se supone que están haciendo? —se incorpora molesta.
—¿C—Cómo fue que hiciste eso? —pregunto uno de ellos con asombro.
La chica bufa con asco.
—¿De que estas hecha? —pregunto el segundo chico.
—Fenómeno —ofendió la chica.
Nozomi suspira frustrada.
—No tengo tiempo para lidiar con ustedes y tampoco estoy del mejor humor que digamos —da media vuelta y continua su camino.
Sin previo aviso, la chica la toma del brazo, girándola hacia ella y dándole una abofetea.
—No tienes idea de con quién te estas metiendo —alzo la voz—. ¡Soy Matsuoka Aiko! Sera mejor que lo recuerdes bien —amenaza.
Nozomi toca la zona previamente afectada y su expresión cambia a una de disgusto y furia.
—Tú tampoco sabes con quien estás hablando. No eres nadie para decirme que debo o no hacer. Si tú no te metes conmigo, yo no me meteré contigo.
Ambas se miran fijamente durante unos segundos.
Nozomi nuevamente intenta irse del lugar, pero en cuanto dio la vuelta, sintió un peso enorme sobre ella que la hizo caer al suelo.
Aiko se había abalanzado sobre ella. Nozomi termino con ambas piernas lastimadas.
Aiko se levanta triunfadora.
—¡Ja! Te dije que no te metieras conmigo.
Nozomi la hace caer al suelo con sus pies, haciendo que Aiko se lastimara el codo.
—Yo también te lo dije —le recuerda.
Como pudo, Nozomi intenta levantarse a pesar del dolor en sus rodillas.
Aiko se levanta con más rapidez e intenta empujar a Nozomi nuevamente, pero es detenida por alguien.
—¡Yuu! —dice Aiko al mirarlo. Estaba molesta porque había interferido.
—Yuu—kun… —pronuncio Nozomi débilmente.
—¡Nozomi—san! —grito Ichiro mientras corría hacia ella.
Nozomi se gira a mirarlo una vez lo escucha.
—Ichiro-kun…
Ichiro la sujeta de los brazos y la examina.
—¿Estas bien? ¿Te duele algo? —pregunto preocupado.
Nozomi tardó en responder y toca suavemente su mejilla.
—Si… No es nada grave —desvía la mirada.
Ichiro no se convence con sus palabras.
—Te llevare a la enfermería —contesto rápidamente.
Antes que Nozomi protestara, Ichiro la encamino hacia la habitación con medicinas. Mientras esto pasaba, Yuu parecía tener una especie de discusión con Aiko.
Una vez en la enfermería, Ichiro trata las heridas de sus rodillas.
—Hacía mucho que no te metías en problemas —comento mientras desinfectaba sus rodillas con alcohol.
—No me metí en problemas —se quejó por el ardor del químico—. Ella comenzó, solo trataba de evitarla.
Ichiro ríe para sus adentros recordando los viejos tiempos.