Capítulo 12: Preparativos

Martes 21 de Diciembre. Faltan cuatro días para el baile.

Nozomi caminaba por los pasillos de la escuela, ya se encontraba mejor física y mentalmente.

Yuu corría detrás de ella para alcanzarla.

—¡Nozomi—san! —alzo la voz para llamar su atención.

Nozomi se voltea al escucharlo.

—Yuu—kun —hablo dulcemente—. Buenos Días —sonríe.

Yuu al verla sonreír se sonroja al instante.

—B—Buenos Días… Nozomi—san… —se rasca la nuca, nervioso—. Am… Yo…

—¿Quieres saber mi respuesta sobre la carta? —pregunto asertiva.

Yuu asiente ansioso.

—¿Q—Qué dices? —aparta la mirada, apenado.

Nozomi ríe levemente. Yuu la mira confundido.

—Claro que me encantaría ir al baile contigo —responde alegre.

—¿D—De verdad? —hablo emocionado—. ¡Muchas gracias, Nozomi—san!

—No es nada —responde despreocupada.

—B—Bueno… En ese caso. Nos vemos el sábado.

—Técnicamente nos veremos todos los días hasta el sábado. Tenemos clases juntos —opino Nozomi.

—S—Si, tienes razón. No quise decir eso, yo… —tropezó con sus palabras

Nozomi vuelve a reír.

—Lo entiendo, hasta luego —se despide y entra al salón.

Los días pasaron rápido, Ichiro no tuvo mucha interacción con Nozomi, entrando directamente a las clases y saliendo a su casa inmediatamente sonaba el timbre de la escuela.

Así hasta que el día finalmente llego. Sábado 25 de Diciembre. Hoy es el baile. Este comenzaría a las ocho de la noche, en la escuela.

Nozomi había asistido a su trabajo de medio tiempo, cuando recibe una llamada, era Yuji.

—¿Lista para esta noche? —pregunto picara.

—No pude dormir en toda la noche por este día —comento mientras trabajaba.

—¿Tendrás suficiente energía para bailar a pesar de eso? —cuestiono Yuji.

—Por supuesto que sí. Una noche en vela no me detendrá.

—Espero sea cierto. Nos vemos esta noche, cuídate.

—Claro, hasta esta noche —Nozomi cuelga.

Nozomi termino su turno y fue directo a su casa. Era medio día, así que se cambió y fue junto con su madre para visitar a Sayuri en el hospital.

—¡Hermana! —saludo Sayuri muy animada.

—Hola, Sayuri —saludo Nozomi con nostalgia.

—¿Cómo te encuentras, mi niña? —pregunto Hiroko con cariño.

—Me siento mejor —aseguro—. Me está dando un poco de hambre, eso es bueno ¿no?

—Así es cariño. Eso es muy bueno —respondió Hiroko acariciando su cabeza cubierta por un gorro.

—Eso significa que el tratamiento funciona, pero no debes comer cosas muy pesadas aun —contesto Nozomi.

—¿No podré comer pavo? —pregunto Nozomi con inocencia.

—Por el momento no, cariño —negó Hiroko.

Sayuri se desanimó.

—Pero al menos tendrás una agradable vista de las luces navideñas —trato de animar Nozomi.

Sayuri ríe.

—Eso es cierto —sonríe.

—Por cierto —Nozomi le entrega dos regalos envueltos—. Feliz Navidad.

—Wow —los toma emocionada—. ¿Uno es tuyo, mama? —pregunto ansiosa.

Hiroko asiente.

Sayuri abre rápidamente el de su madre, era una bufanda tejida color rosada.

—Es hermosa, mama. Gracias —abraza el obsequio.

—Fue un gusto hacerla para ti —contesto con cariño.

—Abre el mío, Sayuri —comento Nozomi.

Sayuri obedece. Al abrirlo, su cara se torna algo seria

—Hermana…

—Te dije que ansió ver tu rutina —se rasca la nuca—. Por eso compre un uniforme más lindo —sonríe nerviosa.

Sayuri lo extiende, era un uniforme de gimnasio con pequeñas flores de lirio adornándolo.

—Es muy hermoso, Nozomi —reconoció Hiroko.

Sayuri en cambio, comenzó a llorar.

—¿Q—Qué pasa, Sayuri? ¿Te duele algo? —pregunto Hiroko asustada.

—¿No te gusto? —se asustó Nozomi.

Sayuri niega con la cabeza.

—Es muy bonito, hermana. Ya quiero usarlo y que veas mis rutinas —decía entre lágrimas.

Hiroko y Nozomi suspiraron aliviadas y abrazaron a la pequeña Sayuri.

Estuvieron un par de horas con Sayuri, Hiroko debía irse a trabajar mientras que Nozomi debía alistarse para su baile.

Eran las tres de la tarde. Nozomi comenzó prepararse su comida y comer. Eran las cinco de la tarde cuando ella termino de nutrirse.