Castiel
El tiempo parece regresar a la normalidad, aunque ¿cómo es el tiempo normal? Claramente eso no existe ni existirá. Hay cosas en la vida que no van a cambiar y, aunque queramos que eso suceda no va a pasar. No podemos negociar la cordura de la humanidad; sin embargo, la humanidad en sí ya no existe o está siendo destruida por Katherine.
Sé que el tiempo ha regresado, pero dentro de mí hay algo que me dice y me demuestra que estoy equivocado. Todo parece estar en cámara lenta, a veces, en cámara rápida, lo cual me confunde y marea un poco.
Levanto la mirada al cielo y lo que percibo no me gusta. Está cobrizo, intenso, oscuro; no hay nubes y está despejado; sin embargo, parece que el sol se está agotado. Me sorprendo al ver cómo esferas de luz comienzan a desprenderse y sé que no son ángel, sino que son asteroides pequeños que, cuando impactan en la tierra, se crea una fuerte onda sonora que nos lanza al suelo. El sonido es perturbador, pero se detiene en segundos; no obstante, un nuevo zumbido se escucha y un nuevo asteroide cae.
Por un lado, tenemos lo que parece ser el apocalipsis que cualquiera amaría vivir, pero por el otro lado, hay un mundo destruido que debemos salvar para lograr un bien común. No queremos que la vida se reduzca a la nada, pero creo que es demasiado tarde para ponernos a pensar en las ridiculeces humanas y celestiales que hay en la actualidad.
La verdad es que ya no hay nada en el mundo que pueda hacer que este vuelva hacer lo que era, aunque muy pronto habrá alguna solución. Al menos, eso es lo que todos queremos: deseamos un mundo mejor para cambiar las locuras que había en el otro que hemos perdido. ¿Estará bien lo que estamos buscando? ¿Cómo podremos saber si lo que estamos haciendo es lo correcto? Hay muchas preguntas en la cabeza de todos los vivos, pero ahora esas preguntas van a tener una solución.
Abrir los ojos y cerrarlos solo para concentrarme en lo que estoy viviendo me hace dar cuenta de muchas cosas que no sabía hasta ahora. Sinceramente, no sabemos lo que pueda suceder hasta que todo comienza a pasar. La verdad es que ya no hay tiempo para esperar un milagro de Dios, pero él apareció y ahora considero que nos está dando una buena mano y eso es en lo único que podemos pensar; al menos, eso es en lo único que yo puedo pensar.
Me gustaría que la situación sea diferente, pero no lo es y no lo será. Siento que estamos llegando al final de esta gran historia. Eso me duele, pero me mantiene al ritmo de todo lo que pueda imaginar.
¿Quién diría que todo lo que está sucediendo tiene fin? Me duele saber que esta es la única forma para recuperar a mi hija. Olvidar no parece tan malo después de todo. Esta es una oportunidad y no voy a rechazarla, aunque me duela.
—¿Qué se supone que vamos a hacer ahora? —cuestiono mirando que el tiempo sigue su curso—. No es justo que haya más muertos, ¿no podemos hacer nada?
La mirada de Tamara me deja en claro una cosa: ella no está feliz por lo que está ocurriendo, pero tampoco puede hacer nada para que esto cambie. Y, así es, no hay nada que hacer para cambiar el destino de las almas.
Las almas tienen su propio camino, pero muchas veces el destino actúa en su contra. No me agrada que la vida sea de ese modo para muchos, aunque no se puede hacer demasiado para cambiar las reglas que Dios ha implementado desde los viejos tiempos.
—No podemos hacer nada, solo seguir luchando para que los malos caigan.
Ese comentario no es lo que he estado esperando. ¿Cómo se supone que Tamara me responda de ese modo? Creo que debería tratar de tomar el control de la situación y demostrarle a Dios que todo puede cambiar.
La escena catastrófica vuelve a su inicio.
Jenna tiene entre sus manos la bomba de almas que Dean le ha entregado; por alguna razón no quiero que esto se lleve a cabo; no me siento bien al saber lo que va a suceder. A paso rápido, la chica del tigre azul se va acercando a Katherine, la cual ni siquiera se da cuenta de la llegada de Jenna. Con una enorme sonrisa se despide de nosotros (en ese momento, parece que el tiempo vuelve a detenerse, solo para una cruda despedida) y luego, con un golpe de gracia, golpea a Katherine en la cara y cae al suelo junto al amor de su vida. No obstante, Jenna se acerca a ambos y aprieta la bomba.
No sucede nada.
La chica del tigre azul nos observa sin comprender lo que está sucediendo, pero luego se da cuenta de que la bomba solo ha tardado un segundo y que va a funcionar, al menos, eso es lo que le demuestra el sonidito que emana de ella. Todo se hace negro, la oscuridad comienza a reinar en la zona.
Tamara está obligando a las almas salir de la bomba para atacar a Katherine. Cada una de esas almas llenas de luz comienzan a atacar a Katherine hasta que esta muere. Lamentablemente, Jenna también ha muerto.
Dean trata de acercarse a nosotros como puede, así que lo ayudo. Algo le ha sucedido.
—¿Te sientes bien, Dean? —Aquello sale de mis labios sin siquiera pensarlo y trato de ayudarlo a sanar, pero él no me deja—. Déjame ayudarte.
—Bien... —Es lo único que sale de sus labios.
Lo cargo para llevarlo a una zona segura.
Tamara nos observa con seriedad, pero hace que las almas vuelvan a su lugar.
Al parecer, el hecho de la bomba ha funcionado.
—¿Por qué nos ayudas? —me pregunta Dean.
Lo miro con seriedad.
—¿Por qué no? ¿Acaso no tienes fe? Todos merecen ayuda y también recibirla —le respondo mientras alzo una de mis cejas—. No tienes que perder la fe. Pensé que tenías más fe que el resto de los mundanos, pero veo que no es así.
Al parecer mis palabras le llegan, puesto que su mirada de dolor se asoma. No obstante, Bobby y Sam se hacen presentes.
El momento se vuelve un poco incómodo.
Lo suelto y dejo que sus familiares se hagan cargo de él.
Me comienzo a alejar de los cazadores y voy junto a Tamara.
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Editado: 23.05.2025