Te alzaré como violín.
Te acariciaré como piano.
Te llevaré a mi rancho, besándote mientras te rodeo con mis brazos, convirtiendo
de tú voz notas de suave callado.
Desnudaré las entrañas de tus pensamientos inocentes, merodeando el interior
de tu alma con mi mente, conquistando tu esencia, mientras a tu Karma le doy
unas palmadas.
No serás tú. Seré yo, quien enseñe el camino de la pasión. Luciérnagas apagarán
su luz cuando esté contigo para encender la tuya amor. No caigas, no canses por
favor.
De lejos hoy eh venido a contemplarte mi amor.
No sé si te quedes a esperar la madrugada, como esas noches que nada te
importaba, no sé si extrañes verme de nuevo, verme como alborada, como
risueño, como insensato en la cama o simplemente como enamorado.
No eres niña, eres mujer, eres esa que me entregó querer y al enamorarme me
brindó placer, no niegues que solo a mi quieres tener, viéndome feliz de placer
mientras escuchas las melodías que a diario te canto.
escritoenlibrodecuento@outlook.es