Mi barco iré encallar en el océano de tus ojos, golondrinas bailaran como estrellas
reflejando sus luces en hermosos amaneceres. Mis velas encendidas señalan el
este de tu piel silenciosa y delicada. Ante tus islas me tenéis.
Navegas en silencio como sin rumbo fijo, la proa de tus cabellos tiernos y lacios
contra el viento pelean. Frío y húmedos tus labios haciendo juego con tus pálidas
manos, mejillas rojas al canto de sirenas te encantan mi niña.
Piedras a olas lanzan tus locuras de poder abrazar la alta mar. Color blanquecino
plano de tu vientre saltaré cuando se opaque las lágrimas de tus ojos chicos, a tus
brazos de niño estaré jurando de tu lado no marcharme otra vez.
Como ríos que al bajar de cordilleras crecerán con el océano. Así los ánimos de
estar siempre a tu lado serán realidad. Mi incesante voz a ti siempre cantarán los
sonidos con los que de niño aprendí a enamorar.
Mañana azul, verde tus palmas.
Mi abrigo abraza el frío que sienten tus
montañas. Mirada de felicidad al cielo reclamas otra noche de bella oscuridad,
para escribir en el fondo los deseos de este nuestro amor mutuo.
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