Pinceles en tus manos. En la mente del sol naciente me tienes. Ansioso de cantar
con sonares en un sólo grito, llantos de alegrías que alzan el velo de tu único
vestido teñido hasta tu vientre. Diminuto es tu bello aliento.
Alzan en brazos antes de echar andar como rey de cuna baja, tus gritos apaciguan
los elogios de tu maestra, que en opacas luces felicitan mirando a lo lejos. Más
allá de este teatro de pocas señoritas y muchos caballeros.
No hay teloneros que guarden la privacidad de tu desnudes.
No hay más cánticos para el público que no sean los mismos de tu recitar.
No hay aplausos más que los mismos que tú sientes al acunar el lienzo de tu
mirar.
No hay luces opacas de teatro, hoy no hay premio para ti.
No hay más que ansias por saciar la ausencia de felicidad de tu ser.
Bebes una & otra vez. Bebe mi alma hasta secar la piel; pero crece rápido que te
quiero ver correr.
escritoenlibrodecuento@outlook.es