Cada mañana al canto de golondrinas me levanto pensando en tus pasos, esos
que dejan tus resecos pies cansados de andar, deseoso por saber que a mi puerta
volverás a tocar. Tac - Tac. Arenas blancas tus huellas vuelven a dibujar, esas que
vi al momento que te besé.
Te recuerdo sonriente, te recuerdo amena, te recuerdo como si fuera la misma
noche de nuestra primavera. El mismo calor sin tu mismo olor, perfume de mujer
mansa como flor que al sol reclama besos y un abrazo de su amado cantor.
Te guardo como capítulo de notas románticas, te guardo como fotografía vieja, te
escribo en mi mente, te pienso con mis manos. Mi hoja es tu pasado y mi historia
tus besos. Mi libro un pasado que nunca dejo de pensar y tú, mi lápiz que no dejo
de empuñar.
Páginas blancas que no son falsas. Páginas que un ciego lee sin cansancio al
atardecer, pensando en tus encantos. No hay letras ni trama, no hay versos
capaces de resumir tus noches de dama. Capítulos que resumen un amor que con
palabras no encajan.
Última página no menos aburrida que la inicial, no es un libro arrinconado en el
pasillo, es nuestra historia sin punto final, escondido de falsos aventureros que
buscan de los dos un punto final. Serás mi hoja en blanco y nuestro amor un libro
que no cansó de recitar.
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