40 Liras & tu carta de despedida

Fantasmas.

Rocío de primavera que al amanecer reposará muerta sobre pedestales blancos,  
llévate las falsas ilusiones de grande ser. Débiles y menos fuerte se hallan mis  
pasos, tan caídos como los pechos de mi madre, caída está mi alegría. 


Cantos que bajo la luna llena recitan. Violines viejos a la ventana de un viejo  
casorio, grabados en mi mente recitarán una y otra y otra vez. Alma destrozada 
como queriendo una vez más morir. Cantan y cantan las Pamplonas de mi casa. 


Clara cara luna a mi ventana te veo, contemplando el espaldar de tu vinilo  
amarillo opaco. Mis ojos se apagan como soldado en guerra pérdida. Caen como  
plomo, atormentando mis sueños de buena mujer, ahora buena amante. 


Sueños de cuna, sueños de niña, sueños con rosas blancas, azucenas que alargan  
la muerte de mí herido corazón. Que amarga es la pena de haberte conocido en el  
mundo de mis misteriosos caminos. Que amargo es haberte besado. Que amargo  
es no tenerte. 


Que amarga es la pena de haberte perdido, que amarga es la idea de haberte  
amado. Como espanto fue nuestro amor, como fantasma tu adiós. Besarme una  
vez más, besarme sin parar que a mis pedestales blancos pronto morirás.

 

escritoenlibrodecuento@outlook.es

 




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