Fresca mañana que con vientos húmedos llegan y confunden los besos de niña
que ayer en mis brazos solía consentir, confundida está mi alma al verte desnuda
en otro cuerpo, en otra alma que tu aroma ahora lleva.
Aire cálido por las caricias que ayer compartíamos jugando en tu cama, vientos
que sin importar el reloj de pared marchaba mientras tú exhalabas. Mirada
perdida en el profundo de tu alma casi desgastada por los años de larga espera.
Manzanas rojas, grandes como tus mejillas sonrojas, risas que tus ojos casi hacían
esconder en órbitas de tu cara al placer, mordiendo tus labios de locura... era
imposible no hacer, se contienen las manos a tu cuerpo volver a coger.
Locuras escritas en delgadas hojas de papel que de poetas ayer decidimos leer,
decidimos imaginar, poemas de poetas eróticos que masturbaron nuestra
imaginación, poetas que le debemos nuestra excitación.
Locos versos de dolor que nunca nos enseñaron a olvidar un corazón, a sacudir
como sacudimos nuestros cuerpos de aquellas promesas falsas, traición poética
que nos enseñaron a amar sin imaginar el castigo de un adiós. Son poemas que
ahora te escribo yo.
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