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Capítulo 04: Salta

Agua tibia cae sobre mí, quitando la sangre de esos zombis de mi cuerpo, quitando la sangre de aquella señora de mi, quitando de mi la sangre de él, me tiro al suelo y empiezo a llorar, rasco las partes de mi cuerpo para quitarla de encima, para quitarme su muerte, para quitarme el dolor.

La sangre desapareció en los primeros minutos, llevo más de media hora aquí, pero me siento sucia, escucho unos golpes en la puerta, los ignoro.

— ¿Quieres salir de una puta vez? —Dice mi madre, cierro la llave, me levanto — niña… —murmura enojada, me seco con la pequeña toalla, me visto y salgo. Mi madre toma mi muñeca y me mira — ¿Dónde estabas? — me suelto de su mano y subo a mi habitación.

Me acuesto en mi cama y espero quedarme dormida, imaginando que él estará mañana en la reja esperándome...



— ¡Vamos, Sigrid, salta ya! —grita él desde el primer piso, miro hacia atrás y veo a ese montón de bichos caminando hacia mi.

— ¡No creo que  duela morir a punta de mordiscos! —Grito mirando hacia abajo 

—¡¿QUÉ TONTERÍA ESTÁS DICIENDO?! — grita y tira de su cabello rubio, respira y me mira — ¡ Vamos, Sigrid, salta! —Niego con la cabeza, los sombis están cada vez más cerca — ¡prometo conseguir un chocolate para ti! — miro hacia abajo, es un piso de altura, niego de nuevo — ¡Sigrid, no te puedo perder de esta manera, por favor salta...  — miro hacia atrás, les falta poco para alcanzarme — así que voy a contar hasta cinco y si no saltas en cuatro...— me mira y veo una gota caer por su mejilla —subo y muero contigo, así que… uno —respiro y pongo los pies en el pequeño espacio de suelo que hay antes de la barrera de vidrio — dos — cierro los ojos —tres —doy un paso al frente a la vez que suelto mis manos de la barra, un grito sale de mi garganta, caigo sobre la tela de la heladería que está en diagonal al suelo.

Trato de levantarme y empezar a caminar rápido, pero un dolor en el pie izquierdo me lo impide, miro hacia arriba, todos los sombis está contra la barrera de vidrio y esta empieza a quebrarse, Cole llega a mi y me sonríe, me da la mano y me apoyo en ella para levantarme, él empieza a correr tirando de mi mano, pero el dolor del pie me hace caer.

— ¿ Qué pasa, Sig? — le sonrío 

— Mi pie — él lo mira y maldice, volteo la cabeza, queda poco para que el vidrio estalle en mil pedazos.

—  No saltaste de un segundo piso para morir en el primero —dice, me toma en brazos y empieza a correr.

— Me debes un "chocolate" —digo y él niega con la cabeza sonriendo — Creo que vi una gota rodando por  tu mejilla — le digo riendo.

— Era sudor, no te creas importante — suelto una carcajada y llevo las manos a su cara, estamos fuera del centro comercial — ahora que estamos fuera de peligro, —me mira con sus hermosos ojos grises — recuerdame que eres real — sonrío y acerco mis labios a los suyos.…



Despierto y toco mis labios, luego mi pie y por último mi pecho. Otra vez un maldito sueño, pero se sintió tan real, sus brazos, su mirada, sus palabras, sus labios…

— ¡Tienes que ir a la entrada de Toev en 20 minutos!  —grita mi madre entrando en mi habitación — ¡levanta! —me levanto, paso por su lado y abro los cajones del mueble blanco, saco un pantalón corto, una camisa blanca de tirantes y otra de manga larga a cuadros.

Voy hasta el baño y me ducho, hago todo el ritual que tiene que ver con bañarse y después de cinco minutos estoy en la cocina, tomo una naranja, la corto en cuatro y me la como. Mi madre baja y me mira con cara seria, paso por su lado vuelvo a mi habitación, guardo unos cuchillos en mi mochila y mi arma.

Vuelvo a la cocina y mi madre me espera con los brazos cruzados.

—¿Qué quieres?  — le pregunto negando con la cabeza, porque perseguirme por toda la casa es su forma de llamar mi atención.

— Las provisiones... — chasqueo la lengua  — hay más comida que de costumbre, podría alcanzar para dos meses, nos dieron latas, ¡Sigrid desde que naciste no dan latas! — la miro y llevo una mano a mi frente.

— No tengo nada que ver con eso, y si me disculpas llego tarde — paso por su lado y me dirijo a la puerta. 

— Sigrid… — cierro la puerta y con ella el sonido de su voz desilusionada.



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En el texto hay: zombi, secretos, peligros

Editado: 15.08.2019

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