4nm

Capítulo 05: Colegio de Toev

Me acerco a la entrada de Toev, el unico lugar que hace de entrada y salida oficialmente, solo hay una forma de entrar y salir legalmente de este sitio y es por esa pequeña salida de cara al bosque. Allí me esperan el chico de cabello castaño y el chico de cabello negro, hay unos guardias cerca de ellos, no están tan cerca de la salida de Toev, están a unos cuantos metros de distancia. Los guardias hablan entre ellos y los dos chicos escuchan. Me acerco y me posiciono al lado del castaño, este me mira y abre la boca, le pongo el índice en los labios y señalo  con la cabeza a los guardias.

— No sabemos cómo ocurrió, Humberto — habla un guardia rápido — la mujer murió, las niñas están a salvo, la más grande dice que salió corriendo con la pequeña cuando vio esas cosas, dijo que no había nadie más — habla rápido y casi susurrando.

— Estaban muertos, alguien tuvo que haberlos matado —dice Humberto — la mujer murió antes de ser uno de ellos, tenemos que inten…— el chico de cabello negro me mira y habla.

— Sigrid ya llegó — los guardias me miran y saludo con la mano.

—Hola, Humbertito — el padre de mi ex-mejor amiga me mira y niega con la cabeza.

— ¿Nunca vas a parar? —Pregunta tomándose la frente y yo niego con fingiendo una sonrisa tierna — no la quiero ver aquí — mira a los chicos a mi lado — ya saben donde están las cajas — ellos asienten con la cabeza y empiezan a caminar.

— Adiós, Humbertito — me despido y voy detrás de los muchachos, cada uno lleva una caja en brazos, y hay cuatro más en el piso — suelten las cajas — ellos me miran como si tuviera dos cabezas.

— Tú no entiendes —habla el de cabello negro — no entiendes nada, tenemos que hacer esto, no podemos hacer lo que queramos — tomo aire fuertemente.

— Te entiendo y te pido de forma tranquila que dejes la caja — lo miro a los ojos y uso un tono con el que le hablo a las personas en sus últimos minutos — confía en mí — él castaño suelta la caja y mira a su amigo, él hace lo mismo — siganme — camino hasta la salida de Toev, giro antes de llegar a las rejas y voy hacia el edificio antiguo y un poco destruido, entro en un callejón y veo a la hermosura con ruedas — vamos a transportar esas cajas aquí, pero primero voy yo — señalo al de cabello negro — tu entras conmigo — señalo al de ojos azules — tú nos empujas — sus sonrisas son inmensas.

— ¿Qué es esto? — Pregunta el castaño tomando la barra superior y moviendolo.

— Es o era un carrito para la compra — le digo y me acerco — lo que estás tocando sirve para empujarlo, aquí se metía la comida que comprabas. Es de los grandes, así que cabemos dos personas, pero claro que quien empuja también se divierte — tomo la barra y muevo el carrito, dejándolo listo para salir del callejón — cuando empujes, hazlo corriendo, cuando tengas una buena velocidad — pongo un pie en la pequeña barra que está en la parte inferior — pones los pies aquí, por el peso que hay dentro no te caerás —entro con cuidado y agilidad en el carrito — vamos cabello negro, sube — él sonríe y sube.

—Me llamo Tom — el chico de ojos azules  empieza a empujar y salimos del callejón, gira el carrito y empieza a correr, empiezo a reír y miro al chico detrás de nosotros, está encantado, frena de una manera impresionante y gira el carrito dejándolo al lado de las cajas. Me bajo, después lo hace Tom y empezamos a acomodar las cajas, me dirijo a la parte de atrás del carrito y tomo la barra, empiezo a empujar y los chicos se posicionan a mi lado.

— Háblanos de ti, Sigrid — dice el castaño mirándome.

— No me apetece, castaño, y no lo haré — le digo y me adentro en el edificio al cual llamamos “colegio de Toev”, ellos me miran y el castaño abre la boca para hablar, lo interrumpo antes de que diga una palabra — y ahora no me apetece llevar el carrito — los miro y sonrío, empujó el carrito con fuerza — alguno llevelo — ellos corren detrás del carrito y escucho un sonido un poco extraño, miro a los lados y veo un pequeño movimiento en el baño de chicas, entro esperando lo peor, pero lo único que veo es a la pequeña de ojos grises.

— Sigrid, hoy se hará el funeral de Adina, ¿vas a ir? — Supongo que Adina es o fue la señora que maté ayer, le sonrío y me acerco.

— ¿Estas bien? —Ella asiente — cuéntame que pasó cuando fuiste con los guardias —ella asiente con la cabeza 

— Cuando llegamos estaban muy tranquilos y lo siguieron cuando les conté que habían bichos allí, no les dije que también  estabas tu. — habla muy rápido y respira — luego la niña empezó a llorar por su mamá, los guardias se molestaron y fueron a ver que pasaba — levanta los hombros.

— ¿Estaban desinteresados? — Pregunto y ella asiente  — esto es raro —susurro para mi misma

— Ayer pensé algo —dice Daila — en algún momento puedo morir porque no se defenderme,  ¿puedes enseñarme? — me rio y niego con la cabeza.

— Ni de broma — digo y salgo del baño.



#4203 en Ciencia ficción
#27329 en Otros
#3719 en Aventura

En el texto hay: zombi, secretos, peligros

Editado: 15.08.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.