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Capítulo 19: Cascarón que sabe hablar


 

Me quedo mirando como la cabeza de la niña arde en llamas, no puedo moverme, ¿así de crueles habrán sido con el Toev de antes? 

Una mano me toma del hombro y me hace esconderme detrás de la pared.

— ¿ Qué está sucediendo allí?— pregunta Dan susurrando,  lo hago a un lado y saco la cabeza.

— No intenten escapar, será en vano — algunas personas de la multitud se mueven alteradas y otras solo están en su lugar como si trataran de entender lo que está ocurriendo — el  lugar está rodeado de fuego, los que tomaron una ducha hoy, no lo hicieron solo con agua, también con un compuesto químico que perdura en la piel y funciona casi igual que la gasolina, una chispa o un poco de fuego y todo arde — mientras dice eso se mueve de un lado a otro con una antorcha en la mano.

Me doy la vuelta y miro a mis tres compañeros.

— No se acerquen al fuego,  tengan cuidado con los guardias — miro a Dan — mi arma no tiene muchas balas, ¿estás seguro que en la bolsa hay armas suficientes? — él asiente.

— Armas y munición — me mira — ¿que arma llevas? — la saco de mi bolsillo trasero y su cara seria es cambiada por una de sorpresa, porque mi arma también tiene esas letras grabadas y él las reconoce — es la de Cole — susurra.

— ¡HEY! — grita una voz masculina,  Dan se da la vuelta y cubre a Daila con su espalda, Lois intenta ponerse frente a mi pero lo hago a un lado y apunto al hombre con mi arma. 

— ¿Qué haces?  — susurra Lois pero no lo miro.

— Cállate — susurro con los dientes apretados y me encamino hacia el hombre que ahora tiene los brazos levantados.  Dan camina a mi lado, el hombre baja una mano lentamente para que no lo notemos, pero ya lo vi, así que muevo el arma a su pie izquierdo y le disparo, el hombre grita y una sonrisa sale de mis labios al ver que el arma que trataba de sacar sale en dirección a nosotros.

La tomo y la guardo en la parte trasera de mi pantalón corto, una más para la colección.

Llego hasta el hombre y le pongo el arma en la frente. Dan le abre la boca y le mete un pedazo de tela en ella.

— ¿Qué hacemos con él? — pregunta Dan y yo miro al hombre, que tiene un pie levantado, la cara llena de dolor y un trapo en la boca — pobre — él mueve la cabeza en mi dirección tratando de darme un cabezazo.

— Desgraciado — gruño, muevo más el arma, Dan le da con su arma en la parte de atrás de la cabeza y él hombre cierra los ojos y cae. Dan le abre la boca y saca la tela.

— Agh — exclama, la limpia con la ropa del hombre — mi media está llena de baba, asqueroso — miro su pie y sí, definitivamente uno esta sin zapato y media. 

— Vámonos ya — les digo y empezamos a correr en dirección a la reja. Dan lleva a Daila de la mano y yo miro atrás cada pocos segundos para comprobar que Lois viene tras nosotros. Llegamos a la reja y tiramos las mochilas al otro lado, Daila escala y salta para caer sobre la hierba que hay fuera de toev, luego Dan,  le hago una señala a Lois pero él se niega y repite mi gesto.

— Maldición, Lois, sube ahora — le señalo la reja, él pone un pie en ella y una mano toma su pie. Apunto con mi arma y veo al mismo hombre de antes con un cuchillo en su mano,  le disparo directamente en la cabeza antes de que entierre su cuchillo en la pierna de Lois. El chico aterriza al otro lado y luego caigo yo junto a él.

— ¡¡¿Se puede saber que mierda te pasa?!!— le grito a Lois de frente — ¡¿es que acaso quieres morir de una forma estúpida?!  — exclamo furiosa y miro al hombre tirado al otro lado — ¡acabo de matar a alguien por tu maldita culpa, Lois! — grito y suelto el arma, me llevo las manos a la cara y aguanto las lágrimas. No soy mejor que ninguno de esos guardias,  acabo de matar a alguien. 

Luces empiezan a verse del otro lado de las rejas y se empiezan a escuchar disparos. Saco mi cara de mi escondite y le entregó la mochila a cada uno. Volvemos a correr pero esta vez dirección al auto, vamos rápido pero con cuidado, ya que está oscuro y no se ve casi nada. Nos detenemos en el lugar pero ya no hay auto.

— ¡MIERDA! —grito y empiezo a pasearme de un lado a otro — ¡LAS ARMAS, EL AUTO, SE LO LLEVARON TODO! — grito de nuevo, Dan se lleva un dedo a los labios y hace un “shh”

— Guarde las armas aquí —  saca la mochila de un contenedor y me la enseña,  asiento y corremos en dirección a la carretera.

Vemos otro auto y Dan se pone a hacer sus maniobras rápidamente,  el auto ruge y todos subimos a él.


 



Llevamos ya en el auto un tiempo,  le digo a Dan que pare y él lo hace.

Me bajo y tras de mí viene Lois.

— ¡¿se puede saber que mierda te pasa?! — le digo mientras trato de ignorar el hecho de que maté a alguien— ¿acaso no valoras tu vida?  porque si es así dime y arreglamos el problema — muevo mi mano hacia la parte trasera de mi pantalón corto.

— Sigrid, yo no quería que te lastimaran — dice tranquilo.

— La diferencia entre tu y yo Lois, es que yo sé hace tiempo defenderme con arma y cuchillo y tu — lo señalo — ¡no lo has hecho ni una vez! — le grito y su cara demuestra enfado.

— ¡SIENTO TRATAR DE DEFENDERTE A MI MANERA, NO SOY COLE O DAN PERO LO INTENTO! — grita y se lleva las manos al cabello. 

— Chicos — habla Dan a nuestro lado — en este momento las cosas están muy encima, vamos a descansar,  ya hablarán mañana con más calma — paso por su lado y medio grito al decir.

— ¡haré guardia! — subo al techo del coche y minutos más tarde llega Dan a mi lado.

— Hey, ¿Por qué lloras? — me dice y pone su mano en mi mejilla, no había notado las lágrimas.

— Asesine a alguien — digo y entierro la cabeza en su pecho.

— ¿No lo habías hecho ya antes? — pregunta y yo niego.

— Los mataba, cuando ya estaban muertos o estaban a punto de convertirse — restriego mi cara por su pecho — matarlo no me hace mejor que ellos, yo lo mate y... — Dan me interrumpe con un shhh

— Para, para —dice y comienza a acariciar mi cabello — eres mejor que ellos, porque lo hiciste en defensa a los tuyos, Sigrid, no digas eso de ti,  eres una chica que sabe defenderse — dice, me levanta la cara de su pecho y me la limpia. — además, ese tipo de personas ya están muertas, son solo un cascarón que saben hablar. Tranquilizate y duerme — yo asiento y pongo la cara en su pecho.

 



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En el texto hay: zombi, secretos, peligros

Editado: 15.08.2019

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