5. Lo que siento cuando estoy contigo

15. ¿Qué haré con mi vida?

Emma:

¿Cómo superar un corazón roto?

De acuerdo a un artículo en internet, hay varios consejos que podrían funcionar…

Primero: aceptar que terminó… Llevo tres días en eso, porque seamos honestos, mi proceso de sanación es doble; fui traicionada por mi novio y mi mejor amiga. Sin embargo, resignarme a que Cameron está fuera de mi vida, no ha sido fácil, pero tampoco tan difícil como imaginé. Todo lo contrario, con Adela.

Ella, más que una amiga, era como una hermana y los recuerdos que hemos creado a lo largo de nuestras vidas, me destrozan cada vez que vienen a mi mente. Es difícil ignorarlo, hacerme a la idea de que ya acabó porque estaba muy acostumbrada a tenerla conmigo, a llamarla cada vez que estuviese aburrida, pasarnos horas y más horas charlando, noches de fiesta, piyamadas, cumpleaños, peleas… todo. Saber que ya no está y los motivos de su ausencia me queman el alma.

Segundo: pensar en mí y solo en mí. Estoy en eso, quiero ser feliz y lo haré, solo que me llevará tiempo.

Tercero: no culpabilizarme. No lo voy a negar, en todos esos días en que estuve encerrada en mi habitación sin ánimos de hablar con absolutamente nadie, llegué a preguntarme si había hecho algo mal como para que me hubiesen traicionado así, pero luego de mi charla con cierto chico del que ahora no quiero hablar, me he dado cuenta de que no soy yo, sino ellos.

Cuarto: hacer actividades que me distraigan, pero no reprimirme si de repente siento deseos de llorar.

El patinaje siempre ha sido mi zona segura, eso a lo que puedo recurrir por muy mal que estén las cosas y esta vez no ha sido diferente. Estos últimos días he convertido la pista en mi segundo hogar y Aaron se me ha sumado muchas veces, fundamentalmente a mostrarme los pasos que me perdí el día que me ausenté al entrenamiento.

También he leído mucho a recomendación de Lu y debo decir que hay libros que amo, como por ejemplo, el de “Las siete princesas” o la “Trilogía Contigo”, ambos de esa autora de la que ahora no recuerdo el nombre. Es que no suelo fijarme mucho en esas cosas. ¿Los conocen? ¿No? ¿Qué esperan para hacerlo? Juro que no se van a arrepentir.

¿Por dónde iba?

Ah. sí… He llorado… mucho… Fundamentalmente en las noches, cuando estoy a solas y los recuerdos me atormentan.

Quinto: deshacerme de todas las cosas de mi ex: Teniendo en cuenta que me he mudado, casi no tengo cosas suyas, solo dos camisetas porque el resto lo dejé en la residencia. A pesar de que me dolió, las quemé junto a todo lo de Adela que sí fue mucho, pues ella tiene la manía de regalar ropa a diestra y siniestra y muchas de mis blusas fueron compradas por ella. En otras palabras, tuve que renovar gran parte de mi guardarropa. Lu me ayudó a hacerlo.

Sexto: pasar tiempo con mi familia y apoyarme en mis amigos. Como lo más cercano que tengo son mis tres compañeros de casa, pues ellos se han encargado de mantenerme distraída.

Ahora… el maldito artículo de internet en el que leí todo lo mencionado anteriormente, no hablaba en ningún momento de dejar que mi corazón se acelerara por terceras personas.

¿Entonces por qué coño, si se supone que está roto, cada vez que estoy con él se sale de control?

O mejor, ¿por qué últimamente sus labios parecen tan bonitos?

¿O por qué busco su compañía al punto de que ya vamos por el capítulo diez de la dichosa serie de los Legnas?

¿Por qué me gusta que me acaricie distraídamente la pierna cuando estamos sentados en el sofá con toda nuestra atención en el televisor?

¿Por qué cuando patinamos no dejo de pensar en sus brazos fuertes, sus duras manos o su maldita sonrisa y ojos risueños?

¿Desde cuándo le presto tanta atención a lo que dice?

¿Por qué no me molesta o al menos ya no tanto, que se tome mi maldito jugo de naranja?

Esas son preguntas cuyas respuestas no vienen en internet y ni siquiera sé si quiero saber qué hay detrás de ellas.

Los recuerdos de esa noche vienen a mí. Desde cómo pensé que la pasaría encerrada en mi habitación, hasta que él me sacó a la fuerza; su intensa mirada, el hecho de que recordara los sucesos de la discoteca, su sonrisa juguetona, sus palabras y esa maldita frase que no ha parado de dar vueltas por mi mente: “Eres perfecta siendo imperfecta”.

Aún no puedo creer que eso haya salido de él. Me quedé literalmente fuera de juego, sin saber qué decir; pero no fue solo eso, sino todo lo que dijo. La peor parte es saber que tiene razón; no sé cuándo sucedió, pero en algún momento me dejé influenciar por Adela. Ella solía decir que si queríamos encajar en la Universidad debíamos ser unas perras perfectas; ella lo era y se encargó de que yo también. Incluso fue ella quien creó La Élite y diré esto solo una vez y porque es en mi mente: Nunca me molestó ser parde de ellos hasta que Aaron admitió que la Emma “perfecta” era una mierda.

Estuvimos abrazados por un buen rato hasta que llegó la maldita pizza y aunque incómodo al inicio, el resto de la noche fluyó bastante bien. Incluso vimos dos capítulos de los Legnas.

Sacudo mi cabeza y vuelvo a centrar mi atención en los apuntes. Llevo dos horas tirada en el suelo de la sala intentando estudiar para el examen de pasado mañana, pero no avanzo. Cuando digo que ya es momento de ponerme las pilas, mi traicionera mente vuelve a salir volando a lugares indebidos.




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