CARTA #1

CARTA #1

Querido tú:

Recuerdo, aún, con detalle la primera vez que te acercaste a mí. No supe tu nombre, pues entendí, que era Brian. Sin embargo, al preguntar a mis amigos, ellos dijeron que era Alan y al final nadie supo cual era tu verdadero nombre. ¿Recuerdas? Te acercaste a mí para pedir mis apuntes, te dijeron que era la única que los tenía completos.

La verdad es que cuando entre al salón y te vi sentado al fondo, pensé que eras muy guapo. Te vi por tres segundos y dije que sería suficiente. No pensaba hablarte, solo vería lo lindo que eras y olvidaría tu presencia. Pero te acercaste a saludarme y sentí que mi corazón iba a explotar. No pude responder un “hola” sin tartamudear. Parece gracioso si lo decimos ahora. Te llevaste mi cuaderno para sacar copia de los apuntes y ni siquiera lo pudiste devolver porque el maestro no te dejo entrar. Pensé que sería el primer y último “hola”, pero después de todos estos años sigues rondando mi mente.

Después de un tiempo, te hablé de mi vida cuando tú llegaste a ella, te conté de él, de que estábamos saliendo. Él supo desde ese primer día que serías mi dolor de cabeza, aunque yo tarde un año en darme cuenta que te quería. Si me hubiera dado cuenta antes, ¿Seguirías aquí?

Él se fue alejando de mí. Comenzó a odiarte irrazonablemente, según creía yo. Le dije que fuera amable contigo y el me pregunto si ya no lo quería. La verdad antes de conocerte estaba segura de que él era el amor de mi vida. Ahora no se si algún día podré amar a alguien por lo menos con la mitad de intensidad con la que aún te amo a ti.

Continuamente me repito que hay un propósito para que te conociera en ésta vida. Pero ha pasado casi media década y aún no sé cuál es. Si pudiera cambiar algo en ese primer día, me sentaría a comer contigo en lugar de sentarme en otra mesa. Sé que ambos nos vimos, aunque probablemente tú ya no lo recuerdes. Sé que piensas que ahora estoy a un paso de la locura, pero he tenido tanto tiempo libre que probablemente por eso pienso en ti con tanta frecuencia. Pero aún en mis días más ocupados pensé en ti. Tal vez en cinco años me arrepienta de seguirte escribiendo, pero no me arrepentiré de haber mostrado cada centímetro de mi alma al hombre que una vez amé.

Con amor,  Yo.