51 Cartas Para Despedirse

CARTA #5

Querido Tú:

Siempre tuve el anhelo de una persona que me quisiera como tú, sin remordimientos ni limitaciones. Pero, ¿qué haces cuando la persona que amas y tú tienen vidas tan distintas? ¿De verdad el amor puede con todo? ¿Hice mal en dejarte ir? ¿No son esas diferencias una limitación? ¿De verdad me sigues esperando? Siempre pensé que tendría una vida exitosa y sencilla, que no tendría que esforzarme tanto por conseguir mis sueños. Cuando pienso en lo difícil que es todo ahora quisiera volver a ti, vivir la vida sin preocupaciones como tú.

A veces no entendías mis pensamientos y estoy segura que mis proyectos te parecían absurdos, pero sé que nunca intentaste cambiarme. Imagino que alguno de mis “piropos científicos” te cautivo. Desde que te dejé ir siento que me congelo, supongo que en nuestro equilibrio térmico tú eras quien cedía el calor, quien mantenía estable la temperatura de mi alma.

Recuerdo aquel día que me dijiste que faltarías a la escuela por un viaje con tu familia, aunque yo no te pedí nada, me mantuviste al tanto de tus actividades; me enviaste fotos, me llamaste para saber si te extrañaba. ¿Qué pasaría si te digo que en ese momento no te extrañaba, que aun no me daba cuenta que amaba? Seguramente lo creerías. A veces pienso que me enamoré de ti muy tarde, pero en el amor, el tiempo no mide la intensidad. Nunca conocí a nadie tan atento como tú y aun así tu presencia en mi vida fue efímera. “Efímera” curiosa palabra que también define nuestra relación, pero hay una palabra más bonita… de hecho así te guardo en mi celular, así te veo en mi vida “inexorable”. Es ridículo ¿no? Te guardo en mi celular de una forma ridícula, te guardo en mi mente de forma ridícula. ¿De verdad querías que me casara contigo?

Solo conservo de ti un único regalo, ese anillo con el que me pediste matrimonio. Ese regalo que debía ser el comienzo de una vida juntos. Lo veo todas las noches antes de dormir, me prometí que cuando te olvidara lo vendería e invitaría a comer a mis amigos con el dinero que me dieran por él, dije que sería una comida cara. Pero solo puedo seguir viéndolo, ocasionalmente lloro mientras lo aprieto a en mis manos y te imagino cantando. Incluso al suspirar siento que mis penas me ahogan.

¿Sabes lo irónico de los suspiros? Muchas personas dicen que son besos que llegan a los labios de la persona que amas mientras que otros creen que cada suspiro te roba segundos de vida. Para mí son ambas cosas. No creo que se refieran a que cada que suspiras le restas tiempo a tu vida, creo que se refiere a que tu vida es más corta por el tiempo que perdiste suspirando. Pero a mí no me importaría gastar mi vida suspirando si mis besos llegaran a ti.

El problema de los suspiros es que son anhelos de pasado, nadie debe vivir de recuerdos. Vivir de recuerdos es vivir sin esperanzas. Pero, ¿y si mi esperanza son los recuerdos? ¿Puede alguien vivir de esta manera? ¿Puede alguien vivir anhelando futuros que difieren de su realidad?

Extrañándote siempre, “tu efímera”.



#18069 en Otros
#5244 en Relatos cortos
#1313 en No ficción

En el texto hay: cartas, desamor, despedidas sin rencuentro

Editado: 12.05.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.