6 De Enero

Capítulo 3.

Arami.  
No sé por qué lo hice, porque accedí, pero cuando me lo preguntó me encontraba tan sorprendida que no sabía exactamente que responder y claramente cuando lo tenía que hacer no pude decir que no. Al principio creí que se trataría de un tipo de broma, pero cuando lo miré a los ojos, vi sinceridad y determinación me di cuenta que no mentía. Me quedé anonadada porque no me lo esperaba ¿Una cita? Pero me impactó más sus últimas palabras tras mi condición y más aún el que se haya acercado lo suficiente como para darme un beso en la frente. Uno fugaz pero que quemaba mi piel.  
Tanto así fue mi sorpresa que no supe cómo reaccionar inmediatamente por lo que sonriente se marchó con un simple “Que descanses” Ya era muy tarde así que algo confundida aún, me metí a la cabaña, aunque descansar era lo último que quería hacer, toda la emoción del camino y toda la adrenalina que Alejo causó en mí hizo que todo el cansancio que podría haber tenido desapareciera. Moría de los nervios por la cita.  
No sabía que más hacer mis amigas habían salido y estaba sola y aburrida. Entonces comencé dejando los bolsos en los dormitorios y me tomé la molestia de dejar un cartel con los nombres de a quienes pertenecería cada habitación. Las chicas aún no llegaban por lo que supongo que llegarán o muy tarde o recién al día siguiente; estaban lo suficientemente descansadas como para disfrutar de la noche y el comienzo de estas maravillosas vacaciones. 
De todas formas, agradecía de que no se encontrarán o estarían molestando intensamente con la ilusión de mi “cita” con nuestro nuevo vecino. Después de que estuve enfurruñada todo el camino estarán extasiadas cuando sepan que acepté salir con él. En definitiva, estaba contenta por encontrarme sola tendría tiempo para pensar en algunas cosas, cosas que jamás antes me las había planteado y como estas cosas podrían afectarme.  
Eso me daba miedo, pero dejaré que las cosas fluyan.  
Mientras debía ocupar mi mente y que mejor que limpiando y poniendo patas arriba todo este lugar. Esta era una forma muy útil de aclarar ideas y calmar mis nervios. 
Ahora luego de haber acomodado mis cosas en la habitación y lavado todos los utensilios de cocina para poder usarlos libremente ya no tenía más para hacer. Decidí que darme una ducha sería lo ideal y ver si luego me regresaban las ganas de dormir. O en todo caso podría prepararme un poco de café, aunque aún era muy de madrugada.  
Cuando me encontraba en la ducha me permití que todos los pensamientos que se encontraban acumulados en mi cabeza salieran y me abrumaran por completo. Había tomado la decisión de que las vacaciones serían para disfrutar y divertirme como nunca, antes no había tenido la oportunidad de hacerlo y trataría de pasarlo genial. Sabía que debía vivir esta oportunidad todo lo que pudiera ya que comenzaría otra etapa en mi vida.  
Había culminado una recientemente, una en la que por años traté de sacar lo mejor de mí y ahora comenzaría otra en la que definiría lo que haría toda mi vida. Trataría de cumplir mis sueños de adulta, sueños por las que he luchado siempre y no dejaría que nada se interpusiera en mi camino no permito distracciones, pero ahora, estaba en las vacaciones más merecidas en mi vida. Me encontraba en la etapa intermedia entre el fin y el principio de algo más por lo que permitirme este leve receso en mi vida y vivir sin importarme nada, era lo que haría.  
Pero había algo que probablemente no podía controlar y eran mis sentimientos debo admitir que temía pasar por los conocidos “enamoramientos de verano” aunque no debía de sorprenderme ya que eran cosas que pasaban y más aún con personas de mi edad, la verdad es que era algo que nunca me había ocurrido, el solo hecho de enamorarme era algo nuevo. Me aterraba que luego podría salir lastimada.  
Jamás había tenido la oportunidad ni el tiempo de sentir algo por alguien, realmente no había encontrado a nadie interesante en mi vida, alguien que me atrajera de tal manera que revolucionara todo mi ser. Pero ahora temía que eso justamente estuviera pasando, este chico no solo no se espantó de mi luego de haberlo tratado tan mal, sino que siguió coqueteando conmigo.  
De todas formas, lo que me resultaba gracioso de todo esto era que en todos mis años en la secundaria jamás logré enamorarme de nadie, y es quizás estadísticamente lo más probable, que tan solo imaginar que vendría a enamorarme en la playa me resultaba un poco patético.  
Entonces comprendí que no solo era yo el problema en toda esta ecuación, la x aquí era Alejo. El chico era diferente a pesar de toda esa actitud que decía a gritos que era un chico rico y superficial pude ver un atisbo de algo más y lo que antes me exasperó hace que ahora llame mi atención y me pregunte que más podré ver. Siempre dicen que del odio al amor existe una fina línea y probablemente sea verdad y sea quizás el caso, aunque no creo que sea del todo amor, quizás solo un leve interés.  
Lo que si me llegué a preguntar es como logré interesarle, así como tuve mi primera impresión de él, él también tuvo la suya de mi lo cual no creo que tampoco haya sido del todo bueno, la situación en la que nos conocimos no fue del todo práctico, pero debo admitir que en parte también fue mi culpa. Siempre fui un tanto impulsiva y explosiva lo que hacía que no a mucha gente le agradara, pero si me había pedido de salir entonces quizás no lo haya espantado del todo.  
Había algo que no llegaba a comprender del todo, y eso era mi propia reacción. No entendía porque estaba analizándolo todo si nos hemos conocido hace tan solo unas horas, quizás solo busque una “amiguita” con quien aventurarse en las vacaciones y con quien pasar el rato. Ya que sus amigos estaban con mis amigas quizás me haya visto como una oportunidad fácil. 

Terminé mi ducha, mi momento para pensar había acabado, me vestí tranquila mientras a través de mi ventana veía los muy leves atisbos de luz naciente del sol. Cuando miré el reloj era las 4.30 a.m. había estado una hora en la ducha. Increíble. Como me percaté que no estaba para nada cansada me dispuse en buscar algo de ropa con la que me quedaría todo el día, por supuesto algo cómodo con lo que andar y con el que podría vestir un traje de baño.  
Elegí un muy ligero vestido blanco que llegaba cuatro dedos arriba de las rodillas acompañadas de unas sandalias igual de ligeras para la playa. Traté de secar un poco mi pelo para poder trenzármelo y evitar que se hagan nudos. Me observé en el espejo y estaba contenta con el resultado, no llevaba maquillaje por lo que me veía al natural sin ningún producto de belleza más que una crema con filtro solar.  
Estaba lista para mi cita, pero aún era muy temprano entonces la idea del café era una muy buena. Agradecí por completo que tengamos una cafetera y que en las alacenas estuvieran las cosas de canasta básica como café de filtro. Preparé la jarra y mientras esperaba que estuviera lista vi a través de la ventana la hermosa vista de la playa y el comienzo del amanecer. Decidí que la mejor forma en la que podría descansar mi mente y mi cuerpo era si dibujaba lo que veía.  
Venir aquí había sido una muy buena idea, la imagen que estaba frente a mis ojos era maravillosa una increíble obra de arte de la naturaleza. Hacía tanto que no dibujaba con tanta emoción en mi interior, necesitaba ese cambio de aires y ciudad. Podía capturar incluso nuevos colores que en la ciudad no había visto, aunque de todas formas lo que dibujaba estaba en blanco y negro, pero ver estos colores me motivaba a usar colores en los próximos dibujos.  




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