Arami.
Sorprendida aún por el detalle y porque básicamente acaba de leerme el pensamiento, no me había percatado del pitido de mi celular sino hasta que Alejo me lo puso un poco más pegado a la cara para que vea la luz titilar.
– Ten, está sonando.
Cuando veo el identificador de llamadas me quedo congelada, lo miro a Alejo quien también lo había visto y me asentía hacia mí para que contestara. Un poco dudosa al respecto marco el botón verde y atiendo.
– Hola ¿Any? ¿Cómo estás?
– ¡¡Amiga!! Muy bien, más que bien con una increíble sorpresa y tú, ¿cómo estás?
– ¡Bien, bien! Dime de que trata la sorpresa, sabes que las odio. – digo más curiosa que nunca.
Con mis amigas manteníamos la comunicación lo bastante justa ya que Any desde aquel verano había comenzado a salir con uno de los amigos de Alejo y para evitar cruzarnos o saber cosas de él había decidido que las comunicaciones serían menos frecuentes además de que les advertí que cosas relacionadas a Alejo las evitaran por completo. Pero los pequeños y grandes triunfos de nuestras vidas nos lo contábamos siempre.
– ¡Nos casaremos! – grita en mi oído. Sentía un pequeño pitido en mi cabeza ¡Maldita mujer! Me acaba de dejar media sorda.
>
Ahora soy yo la que estaba gritando y saltando, Alejo que se encontraba picando unas verduras se queda viéndome con el cuchillo suspendido en el aire, estaría pensando que me acabo de volver loca por completo.
– ¡No! ¡No te creo! ¡Que felicidad! ¡Felicidades! Exijo ser una de tus damas de honor.
– ¡Dios! Estuve pensando en cómo iba a pedírtelo para que aceptaras. ¡Y me lo acabas de exigir! – dice riendo a carcajadas y creo que hasta incluso sollozando un poco. – Sabes que a las únicas que quiero como Damas son a Cony y a ti. No pueden fallarme.
– Claro que no. Por cierto, ¿ya tienen fecha? – pregunto, seco también una lágrima perdida que se me escapó. No lo podía creer.
– El fin de semana próximo.
– ¡¿Qué cosa?! – Grito – No tendremos tiempo para nada.
Es que esta mujer estaba chiflada, era imposible organizar una boda en una semana. Esta delirando. ¡Ay Dios, que amiga me has dado!
– Tranquila, tengo la mitad de las cosas ya cubiertas, no queremos algo ostentoso y grande, solo algo íntimo.
– Pero dime porque lo apresuran tanto.
Escucho vacilación por su parte, era claro que había cosas que no quería contarme.
– Es que no quiero esperar meses y que la panza crezca.
¡¿La panza?! Es que escuché bien, ¡Oh por Dios! Seré tía. Otro grito de mi parte y nuevos saltos de felicidad.
– ¡Arami! Harás que los vecinos llamen a la policía si sigues gritando así.
– Tu cállate niño pijo. Seremos tíos, seremos tíos. – grito de la felicidad.
– Arami Marti, al único que le has dicho así a alguien fue… Espera, ¿estás con él? ¡No lo puedo creer! – y quien grita ahora es ella y quien la calla con el mismo argumento es Ezequiel – Pero amor no lo entiendes son ellos, están juntos después de todo estos años.
Me tomo del puente de la nariz mientras escucho como los dos hablaban a gritos avasallándome a preguntas de como ocurrió. Ambos estaban felices por los dos, felices porque finalmente la vida nos había unido nuevamente. Yo sabía que siempre guardaban las esperanzas de que nos volviéramos a encontrar y le diéramos la oportunidad de amarnos.
Tuve que convencer a ambos de que les contaría todo cuando los viera en persona, mientras debían contentarse con saber que nos volvimos a ver después de varios años.
– Bueno tienen que venir ya entre mañana y pasado, los necesitamos para terminar de organizar la boda y porque debemos de ponernos al día.
– Prometo que te llamaré dentro de unos minutos primero debo de poner al tanto a Alejo que esta que camina por las paredes ya queriendo saber que ocurre y además tendremos que ver de reorganizar nuestras agendas. Sabes que acabo de tomar un nuevo puesto en el museo y Alejo tiene miles de cosas todo el tiempo. Hablaremos con nuestros asistentes y arreglaremos todo, dame unos minutos.
– Si por supuesto. Estaré esperando tu llamada. Adiós.
¡Wow! Aún me encontraba anonadada por la sorpresa de la noticia, al menos ellos cumplirán sus sueños de ser una familia con todo lo que implica.
Anabelle se casará y será madre, no lo podía terminar de creer estaba emocionada, es la sorpresa más hermosa que jamás había esperado recibir esta noche.
– ¿Qué esperas para contarme todo? ¿Seremos tíos? – pregunta muy curioso y a la vez ansioso.
– Ven siéntate.
Lo puse al tanto de las noticias y como pensé también estaba más que feliz por este hermoso momento que nuestros amigos estaban pasando.
Cuando le dije que debería de llamar nuevamente a Anabelle para ponerla al corriente de cuando iríamos lo pensé mucho he hice la pregunta que temía hacer.
– Si iremos a la boda, quisiera saber en qué situación estamos nosotros. Ya sabes, nos preguntaran y antes que pasar un mal rato sin saber que responder prefiero ir preparada.
– Arami, todo el día estuve babeando por ti. Pero me estuve diciendo que me tomaría las cosas con calma porque no quería forzarte a nada y mucho menos espantarte. Pero ahora que me dices eso estoy seguro al preguntarte esto. Mi querida Arami hace 10 años atrás comenzamos algo que jamás pude olvidar, pero esta vez me asegurare de hacerlo por completo oficial lo que hace 10 años no lo fue. ¿Quieres ser mi novia? Y ¿Quieres ser mi acompañante en la boda?
– ¡Ay Alejo! Porque siempre eres tan bueno con las palabras, por supuesto que sí. Sí a ser tu novia y sí a ser tu acompañante para la boda.
#18967 en Novela romántica
#3529 en Joven Adulto
romance juvenil y adulto, amor verdadero y final feliz, reencuentro de amor y amistad
Editado: 18.02.2022