Las personas que dominan sus finanzas siempre tienen ahorros para imprevistos u oportunidades.
Ahorrar consiste en no gastar todo el dinero que cobro y guardar una parte para el futuro.
En general, decimos que hay tres grandes caminos para ahorrar:
En capítulos anteriores ya hablamos sobre los gastos y el presupuesto, por lo que no vamos a volver a hablar aquí.
En el próximo capítulo hablaremos sobre los ingresos.
Ahora vamos a centrarnos en el ahorro.
El ahorro puede tener distintos objetivos:
En cualquier caso, tener ahorros siempre va a ser una buena idea. Aportan tranquilidad y evitan problemas.
Imaginen el caso 1: se me rompe la heladera (o refrigerador). No puedo estar en mi casa sin heladera, por lo que tengo que comprar una de apuro y no tengo dinero. Iré a un banco o casa de créditos a solicitar un préstamo y (si me lo otorgan) pagaré intereses.
Si tengo ahorros me evito:
Incluso piensen en el caso 2, el querer ahorrar para un objetivo más grande: ya sea un viaje, un auto, comprar una casa, etc. y vincúlenlo con los gastos.
¿Cuánto más fácil es no gastar si tengo en mente mi casa nueva, mi auto nuevo o mi viaje?
Siempre va a ser mucho más fácil posponer un gasto si tengo un objetivo en mente.
El consumo fantasma
Hace un tiempo leí un artículo en infonegocios.com que hablaba, como lo dice el título de este apartado, sobre el “consumo fantasma” que no es otra cosa que lo que gastan los electrodomésticos cuando están enchufados, sin que los utilicemos.
Si bien es difícil medir o cuantificar cuanto es exactamente ese consumo, lo seguro es que algo gastan (según se dice puede llegar a ser un 10% de nuestra factura de electricidad).
Entonces, la recomendación para ahorrar en electricidad es:
El ahorro que obtendrán dependerá de cada persona, pero seguro es una forma de ahorrar sin grandes esfuerzos ni privarse de nada.
Ahorrar a principio del mes
En el libro “Pequeño cerdo capitalista” (un libro de finanzas personales que sin dudas les recomiendo leer), Sofía Macías (la autora), recomienda separar el monto que nos propusimos ahorrar en el momento que cobramos nuestro sueldo o salario.
Lo que ella dice es: “Si no lo tenemos ¿cómo lo gastamos?”
Y este es un consejo que muchas personas repiten. Si apenas cobramos separamos lo que queremos ahorrar en un lugar “que no podamos tocar” es mucho más probable que podamos cumplir nuestros objetivos de ahorro.
Es mucho más fácil adaptarnos a gastar lo que tenemos que esperar a fin de mes a ver que nos sobra para ahorrarlo.
La regla del 1%
Cuando hablamos de ahorrar, muchos enseguida piensan que para su realidad es imposible. Pero hay una receta, que debería funcionar con todos.
¿Qué tal si te digo que el mes que viene ahorres el 1% de lo que ganas? Si, solo el 1%. En cualquier momento del mes, cada vez que cobres, separa el 1% de tu ingreso y envíalo a otra cuenta, una cuenta que no utilices.
El restante 99% de tu ingreso lo utilizas como cada mes. En lo que tu quieras.
En general un 1% menos no debería afectar tu nivel de vida.
Pues bien, esta es la receta para empezar a ahorrar. Ahorra un 1% de tu ingreso al principio. Puede ser un mes, dos meses o tres.
Cuando te sientas cómodo/a ahorrando ese 1% aumenta tu porcentaje de ahorro al 2%. Luego al 3% y así sucesivamente. Hasta llegar a un porcentaje de ahorro mensual que quieras.
Ahorrando el 1% de tu ingreso lo que vas a lograr es incorporar el hábito del ahorro en tu vida.
Y al final, esto de mejorar las finanzas personales se trata de hábitos, no de cambios drásticos.
Revisa tus gastos, renegocia tus contratos
Volvamos al presupuesto. Revisa tu lista de gastos fijos.
¿Tienes en tus gastos fijos suscripciones (como Netflix, Spotify, Amazon Prime, etc)? ¿Las utilizas toda so hay alguna que puedas cancelar?
¿Tienes contratos de celular, wifi, tv cable o similares? ¿Intentaste alguna vez llamar y consultar si había algún plan más barato o plantear que si no te bajaban el costo te darías de baja?
Si logras bajar tus planes de suscripción a una suscripción más barata o un descuento en tus contratos de teléfono, wifi, tv cable o similar, ya estarás logrando ahorrar “sin sacrificar nada”.
Puedes optar también por cancelar aquellos servicios que no estás utilizando para ahorrar.
Reducir, sustituir, compartir.
En el libro “Pequeño cerdo capitalista” (un libro al que ya hicimos referencia anteriormente), Sofía Macías habla de tres formas de ahorrar muy buenas: