Samael
Estaba en casa Chloé, al parecer se quedó dormida en la sala, quizás si la asusté, tiene un tiradero en la casa pero lo bueno es que no ha invitado a nadie, por qué si lo hace va a estar en graves problemas, apague la tele y le traje una cobija por si le daba frío, trate de recojer un poco pero cuando estaba a punto de terminar de limpiar se me cayó una olla con agua, mierda lo que me faltaba, mis zapatos se mojaron, empecé a maldecir entre dientes, amo estos zapatos, agarre papel y empece a limpiarlos, salí de la cocina esperando no despertarla pero al parecer fue en vano por qué ya estaba despierta, sentada en el sillón, solo faltaba que me vuelva a apuntar con su maldito cuchillo
-¿Cómo te llamas? - pregunto ella, se le notaba asustada, fui y me senté en el sillón, estaba cansado trabaje mucho hoy, prendí la tele, supuse que esperaba una respuesta por qué solo me estaba viendo
-Samael - respondí, mientras cambiaba de canal, no había ningún canal bueno, derrepente se paró de golpe y muy enojada apagó la tele, ahora que le pasa?
-Y que se te ofrece en mi casa Samael? - dijo ella con los brazos cruzados, bueno al parecer si estaba muy enojada, bueno pues vine a tu casa para robarte, pensé, no no puedo decir eso, se iba a asustar, quiero evitar dramas, ash odiaba está misión
-Vete o llamo a la policía - soltó derrepente, eso sí me hizo enojar, quién se cree está, vi como saco su teléfono, oh no eso jamás, ya he tenido bastantes problemas con la policía como para esto, así que un abrir y cerrar de ojos le quite el teléfono y le susurre al oído algo enojado
-Sientate- vi como se enojo y se sentó en otro sillón, no podía hacer otra cosa, además no podía poner en riesgo está misión, mi padre se enojaría mucho conmigo, me volví a sentar y alce su teléfono en mi pantalón, tengo que tranquilizarme, fue entonces cuando empece a escuchar sollozos, mierda, estaba llorando, no por favor no llores, pensé, ahora que debo hacer, explicar mi visita?, fui y traje papel, se lo di, quizás debo disculparme, no eso jamás, la voz de su padre resonó en mi cabeza "pobre de ti con que le hagas daño a mi hija"
-Ya no llores- dije tratando de consolarla, pero ella solo me vio y volvió a llorar más fuerte
-Que tienes? - pregunté, me conmovió verla llorar, no puedo dejar esto así, la voz de mi hermano volvió de nuevo "tuviste que matarla" si tan solo fuera fácil hacerlo, ya lo hubiera hecho
-Nada, es solo que no sé quién eres, no quiero que me mates, sabes, puedes llevarte todo lo que quieras, pero no me hagas daño - dijo, apenas se entendía, acaso piensa que soy un ladrón? Parezco un ladrón? No lo creo, debo tranquilizarla, no puedo hablar mucho con ella, pero siento que debo de dejarle claro que no le voy a hacer daño
-No te voy a hacer nada, solo soy un visitante - dije, esperando a que ya no llorará tanto, ella solo me vio confundida, se que tiene dudas pero no es momento para esto. - Es hora de dormir Chloé- dije, le puse la cobija encima y espere a que se durmiera, al principio no quiso seguía llorando y diciendo cosas, pero como a los treinta minutos quedó dormida, eso me tranquilizó más, por fin silencio, era hora de la segunda face de mi plan.
Llame rápido a mi hermano
-Bueno - dijo el atraves del telefono
-Hermano, necesito tu ayuda -
-Otra ves tú, sabes que cada ves que dices eso significa malas noticias y problemas - y tenía razón, ninguno de mis planes eran buenos, pero aún así éramos el equipo perfecto
-Quiero que me ayudes, con mi caso pendiente, te acuerdas de Chloé?-
-Ya las vas a matar? -dijo el, carajo, tantas veces le voy a decir que no la puedo matar?
-No, no puedo hacerlo, tu solo ven y ayudame si? - dije un poco enojado el solo dijo que si y colgó.