9 meses después...

Historia 6.

Capítulo 1.

Suena la alarma, las seis de la madrugada para mí, estiro mi brazo y apago la alarma del celular con los ojos entreabiertos, lo vuelvo a dejar en la mesita y me estiro aun acostada, me siento destapandome un poco, el aire frío choca contra mi cara, con mi mano izquierda como cada mañana muevo al cuerpo a mi lado.

-Arriba - lo escucho quejarse, pero lo dejo ahí.

Me levanto para darle una ducha a mi cuerpo, dejo que el agua caliente me despierte un poco, cuando estoy lista salgo con la toalla puesta en mi cabeza y otra tapando mi cuerpo, Jack pasa por mi lado refregándose la cara y cierra la puerta.

Me visto y bajo para ver que Liam, mi hijo mayor ya está levantado y tiene el café puesto.

-Hola mamá.

-Hola amor - me da un beso en la mejilla y se sienta viendo su celular.

Esa chaqueta de cuero que tiene encima de la camisa de su uniforme me hace saber que hoy de nuevo me llamarán por él. 

Suspiro - Liam esa chaqueta - mi hijo levanta la vista y me da una sonrisa inocente.

-¿Linda cierto? 

Niego divertida y pongo pan a tostar mientras hago unos huevos revueltos, pongo la mesa y la voz de Isabel se hace presente como cada mañana.

-¡Eres un imbécil! 

-Ay Dios - escucho el susurro de Liam, escondo una sonrisa y la veo entrar a la cocina con su celular.

Lo observa a punto de estrellarlo contra la pared.

-Hola cariño - llamo su atención, ella me ve y su carita cambia a una sonrisa, viene dando un saltito y me da un beso en la mejilla.

-Hola mami, hoy saldré con mis amigas y luego ¿puedo ir a una fiesta?

Apago la llama y sirvo huevos revueltos en los tres platos que he puesto en el mesón, de nuevo suspiro pensando, ¿debería dejarla ir? 

Es joven, me repito… 

-Liam irá también - dice como si eso me hiciera cambiar de opinión.

Pongo pan tostado en los platos y los llevo a la mesa.

-Mami - insiste. 

Me doy vuelta - Liam ni siquiera me ha hablado de esa tal fiesta - miro al rubio de chaqueta de cuero.

-Se lo dije a mi papá.

-¿Entonces? - me mira con esos ojitos que nunca me resistiré.

-¿Dónde queda? - pregunto, y ellos ya saben que cedí, Isabel me abraza y grita un gracias en mi oído, me dice la dirección y se sienta a comer junto a su hermano.

Estoy a punto de ir a ver a Betty cuando los oigo bajar la escalera.

-... y los gatos no saben lo que es el futuro o el pasado papá.

Jack viene con su bolso y en ese traje que ocupa cuando tiene reuniones importantes, Betty viene a su lado como siempre, pegada a su papá.

Les sirvo café a los tres y leche con chocolate a Betty, ella tiene solo 10 años, Liam 18 e Isabel 16, y ellos son mis tres bebés.

Decidí que tres hijos son suficiente y me siento a gusto con lo que ha salido de mi vientre, los tres tienen los ojos azules de su padre y solo Isabel sacó mi pelo negro, y en lo demás, todos se parecen a Jack.

Subo al cuarto a preparar mis cosas para el trabajo, bajo cuando estoy lista.

-Chao ma, llevaré a la odiosa al instituto - Liam me da un beso en la frente, porque claramente él es más grande que yo, bueno cualquiera. 

-Bien - le doy una sonrisa e Isabel viene después.

-Adiós mami - se despide con un beso en la mejilla y luego se despiden de Jack.

Voy a buscar a Betty que ya se quedó en la cocina tomando desayuno sola.

-Vamos amor - Betty mira la leche y pone cara triste. - Está bien, déjala - se le cambia su cara y toma su mochila, viene trotando y toma mi mano.

Los tres salimos y montamos el auto, vamos primero al colegio.

-Chao papá, te quiero - dice ella desde atrás, Jack le da una sonrisa.

-Yo también preciosa - me bajo del auto junto a mi hija menor y le tomo su mano, la dejo frente al colegio, ella se abraza a mí.

-Nos vemos en la tarde cariño - me da una sonrisa y se despide gritando mientras corre al interior del establecimiento.

Me devuelvo al auto cuando ya no la puedo ver. Jack arranca directo a mi trabajo ahora.

-Hoy saldré temprano - me medio recuesto en el asiento y lo miro.

-Pensé que tenías reunión.

-La tengo, por eso saldré más temprano.

-Okey.

Lo siguiente es puro silencio, cierro los ojos disfrutando el viaje.

-Ya llegamos.

Me despierto enderezando, bostezo, tomo mi cartera y me despido de Jack.

-Nos vemos - se acerca a darme un beso y lo acepto rápido bajando luego del auto.

Menos mal afuera hay aire fresco, me giro y agito mi mano, después corro al edificio para llegar a mi puesto como secretaria. Mi jefe ya debió haber llegado y sip, ya llegó, por eso viene hacia mí con cara de pocos amigos, arreglo mi escritorio para hacer que estoy trabajando.

-Señorita Díaz.

-Hilfinger - le corrijo.

-Señorita Hilfinger - dice con sarcasmo - No vuelva a llegar tarde o ya sabe las consecuencias - asiento un poco cohibida.

-Tengo todo listo para su reunión, se lo voy a mandar ahora.

-Perfecto, mandalo rápido - toma una lapicera del porta lapices que hizo Betty para mí hace unos dos años, es de un gatito, porque le encantan igual que a mí.

Suelto una bocanada de aire y me siento, prendo el computador y mando todo lo que mi jefe necesitará para la reunión de hoy.

Termino como a las dos de la tarde de hacer trabajo, me voy casi corriendo para ver si queda algo para comer de almuerzo, menos mal quedan emparedados de queso, tomo uno y veo las caras de lástima de todos hacia mí, ser la secretaria del jefe supremo tiene sus consecuencias, una de ellas, comer las sobras, y lo peor es tener que ver a mis niños un rato en la tarde.

Me siento junto a mis compañeros que ya han terminado de almorzar.

-¿Cómo es que aguantas a ese animal? 

-Norman, la clave está en pensar que luego de unas horas no lo verás.

Todos sueltan unas risas, yo solo sonrío, conversamos un rato hasta que una llamada con el nombre de Isabel me hace acelerar un poco el corazón, creo que el mayor miedo de toda madre es que le pase algo grave a uno de sus hijos.



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En el texto hay: amor, relatoscortos, embarazos

Editado: 26.12.2022

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