Cuanto más pasan los días, más extraña se pone mi vida, más miserable me siento y mis tan ansiadas metas se comienzan a desvanecer, quizás debería dejar de ser tan pesimista y ser un poco más positiva, pero es complicado. Que falta de educación por mi parte, ¡Hola!, soy Luciel, Luciel Scott, una chica fracasada de veinticuatro años, y mi vida no es el típico cuento de hadas que los k-dramas te plantean. Actualmente vivo en Seúl, pero nací en Boston, ¿por qué estoy aquí?, sencillo, caí en el efecto de los grupos de kpop y en los k-dramas, ansiando volar a Corea de sur y vivir el sueño de la chica que cumple todo lo existente en aquellas farsas -Luciel, mueve el trasero, con un demonio, llegaremos tarde y el ceo nos matará- Y este minúsculo insecto, lo hace cada vez más estresante -Cierra la boca Sooho, me desesperas- Si no fuera porque no tengo a ninguna otra persona en este detestable lugar, ya hubiera terminado mi relación con el hace años. Salí del baño, el me miro con un semblante áspero y un tanto posesivo -No iras con eso puesto, entra de nuevo y ponte un pantalón y una camisa a botones, o yo que sé- Lo odio tanto -Tu no eres mi dueño, entiéndelo- Me tranquiliza el hecho de que estoy a casi nada de mudarme sola y dejar de vivir en el infierno en el que llevo actualmente cuatro años. Tome mi bolso y salí directamente a mi auto -¿No iremos juntos?- Preguntó cerrando la puerta de la entrada de nuestro "hogar" -Vete a la mierda Sooho- Encendí el auto y comencé a conducir directo a la oficina, otro maldito día como la asistente del ceo me espera.
-¿Aún no ha llegado Luciel?- Ni bien había pisado el lugar, cuando ya me estaban buscando -Aquí estoy, señor Kim- Respondí de manera tranquila, para ser honesta, me agrada el señor Kim, es un tipo amigable, y con quien he contado mis penas en muchas ocasiones -Genial, vamos a mi oficina, necesito hablar algunas cosas contigo- Espero que no sea otra larga charla de una pelea con su esposa o algo por el estilo -Iré por su café y en un momento estoy ahí- Respondí con una sonrisa, jamás fingiría con él, sin duda es como un padre para mi, algunos minutos después entre a la oficina del señor Kim y este se encontraba revisando algunos documentos -¿Mucho trabajo?- Pregunté pasando aquel marco en la puerta y poniendo la taza de café en su escritorio -Demasiado, finalmente logramos ser el mejor despacho jurídico, y eso trae consigo más trabajo del habitual- Se notaba cansado -Puedo ayudarle- Sugerí tomando un poco del gran tumulto de documentos -Aún no entiendo porque no aceptas el ascenso a ser una abogada y te conformas con el puesto de mi secretaria- Yo me quede estática -Acabo de titularme hace menos de un año, no tengo la suficiente experiencia, y con usted aprendo demasiado- Sonreí tímidamente -Uhm, de acuerdo, pero cumpliéndose un año más de eso, no podrás negarme el ascenso- Sentenció Kim mientras me miraba -¿Ya quiere deshacerse de mí?- Pregunté un tanto burlona -No, pero quiero verte triunfar- No pude evitar sentirme conmovida, él confiaba en mí -Además, necesito hacer más grande esta empresa y tu serás un punto clave de ello- ¿Yo?, ¿por qué? -Aun no puedo, ni quiero explicarte el por qué, lo sabrás pronto- Continúe revisando los documentos, teníamos que terminar rápido el trabajo
Terminó mi jornada laboral, afortunadamente hoy no me necesitaría el señor Kim después del trabajo, volvería a casa a descansar -Lo siento, actúe como un estúpido, sabes que las mañanas son complicadas para mi, odio despertar tan temprano- Crucé la puerta y él estaba justo ahí, una gran y linda cena servida a mi vista -Descuida, yo también me porte un poco, solo un poquito gruñona- Sonreí delicadamente, dejando un tierno beso en sus labios -Además, esta semana solo hemos discutido tres días, es un nuevo récord- Él me miro y comenzó a reír -Tienes razón- Sonrió comiendo un poco de lo que se encontraba ya servido -Sooho, lo he pensado mucho, y amo vivir contigo, estar juntos pero… Necesito tener mi espacio, ultimamente discutimos mucho por todo y, encontré un pequeño apartamento al que me mudaré en unos días- El me miro atento -Sabes lo que opino de eso- Respondió de manera fría, las incontables peleas por el mismo tema me hacían desesperar -Ya tomé la decisión- Él me miró de manera retante -El dia que pases por esa puerta, nuestra relación termina Luciel- Es algo que estoy dispuesta a arriesgar, me di la media vuelta y entré a la habitación