Después de un muy raro discurso y peleas de hermanos, todos desaparecieron de mi vista de nuevo, todos a excepción de Soobin que me llevó nuevamente a tomar algo de aire porque las náuseas por bebé aún no desaparecen por completo.
-¿Ya me dirás qué plan tienen todos ellos?- lo mire atenta mientras jugaba nervioso con sus manos -vamos, debes decirme porque están escapando de mi toda la noche- en este punto, más que sentirme molesta me sentía triste y decepcionada por que me estuviesen evitando
-Noona estuvo un poquito traviesa- susurró -y tiene un oscuro secreto, pero si lo sabes, la vas a castigar, así que no puedo decirte, Umpalumpa- mostró su lengua.
-Te castigaré a ti pequeño Troll, por no decirme que sucede con ese grupo de locos- sonreí mientras me abrazaba de él, que a pesar de ser menor es mucho más alto que yo.
-Te diré, pero, no le dirás a nadie- me señaló, al señalarme observó su reloj algo asustado -¡Es hora!- sin decir más me arrastró con cuidado a quién sabe dónde.
-Si me haces caer, te haré arrepentirte de eso toda tu vida, Troll- rei un poco al seguirlo
¿Cuál era el plan que tenían? ¿Por qué me estaban evitando tanto? Eran esas las preguntas que más rondaban en mi cabeza, y justo antes de salir al jardín del lugar donde fue la fiesta, sus manos cubrieron mis ojos mientras me guiaba con delicadeza a algún lugar de aquel enorme jardín. Cuando sus manos por fin salieron de mi visión la hermosa voz de Jimin se escuchaba acompañada de una hermosa melodía en piano que Lara tocaba con bastante dulzura, había una hermosa mesa enorme llena de arreglos florales y cristalería muy bien organizada, además de velas y muchos pétalos de rosas, pero estaba todo muy oscuro. Comencé a buscar por todos lados buscando pista de alguien más en el lugar, pero solo estábamos Soobinie, Larita, Jimin y yo, o eso es lo que pensaba cuando la mesa comenzó a moverse en todas direcciones y todo lo que estaba sobre ella comenzó a colapsar, mientras voces susurrantes salían de ella y los músicos que hacían un gran trabajo callaron al ver tal desastre.
-¿Qué todo cayera al suelo era parte de la sorpresa?- jale a Soobin de la corbata y susurré a su oído.
-Al ver la expresión del señor Namjoon y Noona, no, no lo estaba. Pero es más divertido- susurró.
-¿Namjoon? ¿Dónde está Namjoon?- pregunte sorprendida ya que aun no lo habia visto
Namjoon estaba justo detrás de nosotros con un ramo de flores en su mano, las cuales estaban a nada de tocar el suelo y en su otra mano una pequeña joyería, mientras miraba con sorpresa la mesa toda destruida, por otro lado la cara de enfado, tristeza y asombro de Larisa, la sorpresa en el rostro de Jimin y Soobin para finalizar me hacían sentir que nada de lo que estaba pasando estaba planeado. De la nada las luces se encendieron y comencé a mirar como salían de uno a uno debajo de la mesa iniciando por Hoseok y terminando con el pequeño Beomgyu, justo en ese momento los señores Kim llegaron y se posicionaron junto a Namjoon, y todos, sin excepción alguna me miraban con preocupación, unos segundos de silencio fueron suficientes para estallar en risa mientras quedaban aún más sorprendidos.
-¿Sorpresa?- dijo en un tono entristecido y un tanto decepcionado, un pequeño puchero estaba en sus labios y sus ojitos más cristalizados de lo normal -Al tener fallas técnicas, pasaremos directamente al atractivo principal- habló rápidamente y empujó a Namjoon delante de mí.
-Yo…- suspiro Namjoon mientras levantaba nuevamente las flores -No esperaba que esto saliera de esta forma, lo siento- bajó su mirada con algo de preocupación
-Todo es divertidamente perfecto- sonreí dejando un beso en su mejilla, al parecer, dándole el valor suficiente para continuar
-Hoy quería darte un regalo, más bien, quiero regalarte mi corazón, mi sonrisa y mi paz interior. Quiero regalarte mis sueños y construir una vida juntos con el o la pequeña que nos dará el regalo de ser padres. Tú me enseñaste a vivir cada día de un mejor humor y a no tenerle miedo al soñar con un futuro mejor. Cambiaste mi mundo monótono por una realidad alegre y colorida, haciéndome desear formar una familia con el amor que nos tenemos. Mi hermosa Luciel, Park Luciel, ¿Te quieres casar conmigo para construir una hermosa familia y un hogar juntos?- sus palabras me tomaban totalmente por sorpresa, comencé a ver todo a mi alrededor, un pequeño silencio inundó el lugar y la mirada de todos puesta en mí era muy fuerte.
-Yo…- y fue inevitable que las lágrimas recorrieran mis mejillas -Claro que quiero, ¡Si, si!- me lance a sus brazos, claro, cuidando a nuestro pequeño bebé -Deberías ponerme el anillo, ¿No crees?- sonreí después de algunos segundos en medio de las lágrimas haciendo que todos alrededor rieran por el descuido de Namjoon
-Disculpa, es por los nervios, aunque normalmente es así de tonto- sonreí.
-Lara es normal estar así de nervioso- dijo el señor Kim -¿Recuerdas cuando perdí los anillos en la arena?- se dirigió a Yoon Ah.
-Esa será una magnífica historia para contarle al bebé en un futuro- sonrió Yoon Ah con mucha emoción en su rostro, la misma emoción que ha tenido desde que sabe que será abuela.
Después de todo ese enorme desastre, Larisa decidió enviarnos al restaurante de su amigo Taehyung, al cual por fin conoceré después de aquel raro sueño. El trayecto fue bastante emotivo y las risas no hicieron falta, desde contarme cómo planeo Lara todo, hasta sus misiones de rescate con el anillo y como hacían que los chicos me distrajeran para llevar a cabo el plan justo como mi loca hermana mayor lo había organizado.
-Este collar- sacó de la guantera del auto un collar muy parecido al que encontré en la carta de mi madre, pero en lugar de un sol era una luna -Larisa nos hizo buscarlo a Beomgyu, Yeonjun y a mi como locos, hasta que Yeon lo encontró entre unas flores- puso el collar en mi mano y rápidamente saqué el que había encontrado apenas hoy