-9 Meses Para Enamorarte-//kim Namjoon

Capítulo 32.-

Una enorme y brillante luz me enceguecía a pesar de estar dormida, me gire con cuidado en busca de Namjoon, pero me encontraba completamente sola, abrí mis ojos despertando en un enorme lugar blaco, no había más nada que las cuatro paredes blancas que me encerraban y una puerta frente a mi -¡Larisa, Namjoon ¿Alguien?!- grité asustada, hasta recibir una respuesta del otro lado de la puerta 

 

-¿Luci? ¿Luci eres tú? ¡De este lado no hay nada!- corrí en dirección a la puerta y de manera desesperada, ambas, comenzamos a jalar cada una en una dirección, en definitiva esto no funcionaba.

 

-Mantén la calma, respira un poco y busquemos la manera de abrir esto- suspire con pesadez, debía encontrar la solución a esto -Larisa, la puerta tiene entrada para una llave, en mi lado no hay nada en el piso ni en las paredes, necesito que la encuentres.

 

-¿Una llave?- respondió desde el otro lado e hizo una pausa -Luci ¡Todo está en blanco! Igual veré en las esquinas.

 

A pesar de no encontrar nada de mi lado, por mi parte seguí buscando algo que me ayudara a abrir la puerta, pero todo el esfuerzo era completamente en vano, me senté recargada en aquella enorme puerta blanca que nos separaba y nos hacía desesperar, una llave dorada y muy brillante pasó por debajo.

 

-¿La atrapaste? La pasé por debajo de la puerta- tomé la llave con rapidez y a pesar de mi torpeza y de mis manos temblorosas finalmente la puerta se abrió, mostrando a una Larisa muy asustada y al borde de las lágrimas. 

 

-¡Lara! creí que no encontraríamos nunca la llave- la abrace con fuerza, mientras todo a nuestro alrededor se volvía oscuro -¿Escuchas eso?- dos llantos de bebés se escuchaban en las penumbras, cada vez más fuertes y desesperados.

 

-¿Sabes de dónde viene?- posó su mirada preocupada sobre mi -Vamos, debemos ayudarlos- no pensaba soltarla, mucho menos cuando todo estaba tan oscuro.

 

Caminamos por algunos segundos que para mi parecían más bien horas, hasta que otro enorme resplandor iluminaba un punto específico de la habitación. Dos cuneros de hospital con dos pequeños bebés recién nacidos, ambos con mantitas rosas, lo que nos indicaba que eran dos pequeñas niñas.

 

-No hay señales de que haya alguien más, no podemos dejar a las niñas solas, vamos a verlas- tomó mi mano para darme seguridad y nos acercamos a ellas.

 

Justo al llegar donde ellas estaban, cada una se puso en frente de una bebé, ¿Lo raro? Los collares de sol y luna estaban en los pequeños cuellitos de las bebés, y las pulceras de sus muñecas nos indicaba que habian nacido con escasos minutos de diferencia.

 

-Los collares- mire con rapidez a Larisa mientras tomaba a la pequeña con la luna.

 

-¿Los collares? Siento que los he visto antes, no logro recordar dónde, pero lo he hecho- acarició el collar con el sol.

 

Por obvias razones, inspeccionar a las bebés para asegurarnos que estuviesen bien era lo que hariamos, mágicamente a la hora que se encontraba en los brazaletes de las pequeñas se les añadieron nombres.

 

-¿Larisa?- pregunte extrañada observando detenidamente a mi hermana.

 

-Luciel- susurró, al hacerlo la volteé a ver -No, dice Luciel, mira.

 

-No, es lo que dice el brazalete de esta bebé- mi mirada se fijó en el colguije de la otra bebé -¡Ese collar! Fue el mismo que dejó mi madre en la carta- lo señale.

 

-¡Eso es! Cuando estaba viendo la carta de mamá Lore en el parque, se me cayó, ahí fue cuando lo vi, hablo del de Luna- me observó -eso quiere decir que ¿Estas somos nosotras?

 

Por más que intentaba creerlo era bastante extraño, de nuevo y sin darme tiempo de responder, las penumbras arrasaron con el lugar, y el peso que había entre mis brazos se esfumó, dejando caer la pequeña manta y los collares al suelo, a tientas, encontré de nuevo a Larisa y me abracé a ella lo más fuerte que podía hacerlo.

 

-Si esto es un sueño, no, más bien, si esto es una pesadilla, quiero despertar ya de ella- susurre aferrada a su abrazo.

 

-Si es un sueño o pesadilla se siente demasiado real- susurró aferrándose más a mí -Si nos pellizcamos podremos saber si lo es o no.

 

Perdimos la intención de pellizcar a la otra menos de un segundo después al ver una brillante luz alumbrar al centro de la habitación, dejando a una chica no muy adulta con una linda pancita de embarazo viéndonos fijamente, no recordaba haberla visto, pero ella parecía conocernos a ambas. 

 

-E… ella nos mira mucho- susurré bastante asustada, pero Larisa parecía estar en calma.

 

-Somos las únicas aquí, es normal que nos esté observando, siento que la he visto antes, pero no recuerdo quien es.

 

-¡Oye tu, chica misteriosa! ¿Qué quieres de nosotras?- grité para simultáneamente esconderme detrás de Larisa.

 

-Tan valiente como siempre- rió mientras me escondía.

 

-Ella envió esto- se acercó la rara chica a nosotras, mientras yo me hacía mucho más pequeña en las espaldas de Larisa, le dio un sobre blanco, y miro a Larisa con una enorme sonrisa -Solo quiero que cuides mucho de él, tú lo sabes- pero ninguna de las dos lo sabía, ¿Que debía Larisa saber?

 

-Sí, lo haré- respondió con una triste sonrisa. La chica desapareció en medio de una luz, pero Lara se giró observándome con detenimiento -¿Qué debo cuidar? Y ¿Por qué no puedo parar de llorar?- preguntó secando sus lágrimas.

 

-¿Acaso crees que yo lo sé? ¡Fuiste tu quien dijo que lo haría! Esa chica me dio mucho miedo- la miré atenta y con el corazón a mil por hora.

 

-Mi corazón se siente apuñalado, duele mucho- se agachó para terminar con su llanto -¿Por qué duele así?- murmuraba.

 



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En el texto hay: namjoon, kimseokjin

Editado: 17.12.2021

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