Capítulo 38.-

Las palabras de Larita me daban mucho en que pensar, pero un pequeño y juguetón bebé en mi estómago me hacía sentir que algo malo estaba a punto de pasar -¿Estás…?- escuché a Lara preguntar algo sin alcanzar a terminar, cuando de mí y por culpa del monstruito, salió un enorme gas, parecía más una bomba de gases apestosos, que algo salido de mi cuerpo. Como pudimos, Lara y yo salimos disparadas de la habitación tapando nuestra nariz y boca.

-Lo siento, creo que es un intento de bebé por hacernos dar cuenta de que él está aquí- la miré apenada mientras cerraba la puerta de la habitación y bajábamos a con los chicos y mi padre. 

-Larisa no es hija de Laura, posiblemente y su madre o padre biológicos tenían ese tipo de sangre- comentó mi padre cubriendo su boca -Larisa no sabe nada de esto, por favor, les pido que guarden el secreto que acabo de decirles.

-Está bien, por nuestra parte ella no lo sabrá. Aún- respondió Hoseok y yo lo único que pude pensar, era en ella.

-¿Estás bien? Bueno, lo sospechábamos en muchas ocasiones, pero…- solo guardé silencio mientras la miraba preocupada, aunque en muchas ocasiones dudabamos que Larisa fuese hija de Laura por muchas razones, confirmarlo de esta manera era bastante extraño y preocupante. La tomé con delicadeza y avanzamos a con los demás

-No es necesario que guarden nada- comenzó a jugar con sus manos, justo como lo hace cuando no quiere que la deje sola y que necesita de mi.

Las miradas de todos se posaron sobre ella y solo me quedaba observala con tristeza.

-Larisa, yo… realmente lo siento, tu madre, bueno, Laura pidió que no se dijera nada de esto nunca, ella no quería lastimarte, mucho menos yo- rápidamente, en un gesto de disculpa a su indiscreción, se acercó a ella.

—Ya lo sabía— contestó tomando mi mano —Luci y yo lo pensamos algunas veces, en las fotos familiares mientras mamá Lore estaba en embarazo, el vientre de mi madre aparecía igual que siempre. Sin embargo, lo confirmé cuando mamá se enfermó y estuvo en el hospital no aparecía nada de haber tenido un parto en su historial. No luzco como ninguno de sus familiares y la conexión que se supone, sientes con tus padres, bueno, no sé lo que se siente— sonrió apretando más mi mano  —pero no importa, ellos hicieron todo lo que estuvo a su alcance para cuidarme. No se preocupen por mí, estoy bien.

Era más que obvio que ella no estaba bien, bueno, no por completo, ya que desde hace muchos años ya nos esperábamos esta noticia, que a pesar de cambiarlo todo, no cambiaba en nada lo que éramos juntas y el hecho de que mi mamá cuido de ambas como si las dos fuésemos sus pequeñas hijas.

-Lara… yo, sé que no cambia lo que sientes con la noticia, pero recuerda que ahora tienes un padre y una madre que te aman y que me tienes a mí, que aunque no soy de sangre, soy tu hermano mayor y estaré para cuidarte y protegerte, por favor, no estés triste, prometo que seré el mejor hermano mayor que hubieras podido desear- sonrió dándonos tanta paz a ambas y tomando su mano que quedaba libre.

-Ahora tengo una más grande y alocada familia ¿Por qué estaría triste?- preguntó -Namu, hoy dormirás en la sala, mi cuarto está inhabitable y por tanto, dormiré con mi hermana- y ahí soltó el secreto que prometió guardar

-Pero… Ash, de acuerdo- se volvió a sentar a comer mientras la miraba con desagrado.

Después de muchos mimos y peleas por la cobija que no nos cubría a ambas, el sueño finalmente se había apoderado de ambas, curiosamente esta mañana Namu no me despertó para cocinarle el desayuno, miré el despertador y -¡Larisa, si no te despiertas en este momento, Hoseok y el director del hospital te despedirán, estas una hora tarde!- me levanté de la cama lo más rápido que pude, cuidando de no hacerle daño a bebé dentro de mi pancita. Llegué a la cocina y le preparé algo rápido que pudiese comer en el camino.

-Yo, me desperté hace dos horas, lo siento, si hubiera sabido las hubiera despertado para que Larisa no llegara tarde al trabajo- llegó mi padre a la cocina con un gesto de tristeza y decepción propia.

-Descuida, no lo sabías, haré también algo para nosotros dos, hoy te llevaré a conocer los alrededores mientras Larisa sale del trabajo- sonreí y continué cocinando mientras el me miraba sentado en la barra de la cocina.

-¡Gracias Luci! Nos vemos luego- tomó la comida que había empacado para ella y salió corriendo a la puerta -¡Hasta luego señor papá de Luci!- gritó sacudiendo la mano y desapareciendo de nuestras vistas.

.-Bueno, creo que ahora solo somos tú y yo- sonreí dejando la comida servida para ambos.

-Sí- dijo pensativo -lamento mucho haberles ocultado una noticia así por tanto tiempo- agachó la cabeza.

-Descuida, siendo sincera, desde hace muchos años ya lo sospechábamos- lo miré atenta -bueno, comamos para poderte mostrar los alrededores- ambos guardamos silencio y comenzamos a comer.

Después de terminar me cambié de ropa y salí a la sala, viendo a mi padre ya listo y con una enorme sonrisa.

-¿Estás listo?- pregunté tomando mi abrigo y mis cosas.