90 días para enamorarnos

Mala suerte

Capítulo.

 

 

—Bueno Meki, hoy es día de ejercicio… —empecé y mi gatito me observó un poco raro—, Oye, sé que odiamos el deporte, pero debo ponerme en forma porque de lo contrario voy a rodar por toda la casa, ya subí dos kilos el mes pasado, a este paso no habrá espacio para mí en ningún lado —me quejé y luego fui a verme en el espejo, obviamente no estaba gorda, pero Clarisa me había metido en la cabeza que debía hacer ejercicio porque estar todo el día echada en la cama sin moverme, me haría poner como vaca.

Por supuesto que yo me aterre al pensar en eso y tomé su concejo, tenía una semana completa corriendo toda la manzana y reduciendo comidas porque si había algo que me mataba, eran las frituras las cuales tuve que dejar para mejorar mi estado de salud y no ser un cerdo andante. 

 

 

Me preparé para la caminata, no sin antes tomar un desayuno ligero, luego de 20 minutos salí por la puerta principal asegurándome de que Clarisa no me viera, porque ella solía sacarme en cara las cosas cuando tenía razón, y si se daba cuenta de que estaba haciendo ejercicio, entonces iba a ponerse intensa con eso. Hice una seña a Meki de que no le dijera nada y él me vio raro otra vez, yo sabía que estaba loca, pero mi gato era el único que podía entenderlo a la perfección. 

 

 

Corrí calle abajo al ritmo para no agotarme tan rápido, la mañana estaba fresca y agradable, veía los autos y peatones pasar, los cuales adelantaba para no sentir la presión de tener que esperar, gocé de ver los rayos solares, meterse por entre las ramas de los árboles al tiempo que escuchaba la música de mis audífonos.

Esa mañana decidí ir un poco más lejos de la manzana, así que apreté el paso saliendo de la localidad hasta la próxima avenida, ahí el ruido de los autos era más estruendoso y el sonido de los transeúntes como caballos en una carrera, seguí el camino hasta un pase peatonal y ahí me detuve esperando luz verde.

 

 

Cuando el semáforo cambió, fui la primera en salir, pero no miré a los lados sintiéndome confiada de la luz verde, (gran error) Un sujeto de una bicicleta pasó a toda velocidad chocando conmigo, el impacto lo hizo volar por los aires y a mí caer al medio de la carretera con una pierna lastimada.

 

 

—¡Ay, rayos! —me quejé sobando el área afectada. Un grupo de personas se acercaron preguntando si me encontraba bien, pero al no poder ponerme de pie, la respuesta era obvia.

 

—Venga señorita, la ayudaré —se ofreció un amable sujeto, sin embargo, el tipo de la bicicleta apareció y al fijarme de quién se trataba pensé que era un chiste.

 

 

—¿Fale? Oh, rayos, lo siento mucho —dijo Deny, quien no cabía en el rostro de la vergüenza. 

 

 

—¡Es usted un bruto, como no se fija! —lo regañó una mujer anciana.

 

—Señora lo siento, realmente no la vi —se disculpó él totalmente apenado.

 

—Deberíamos llamar a la policía —se unió otra mujer y él abrió los ojos de par en par.

 

—Oh, cielos, yo…

 

—No es necesario, lo conozco, sé que fue un accidente, estaré bien mientras pueda ir a un hospital —calmé a todos y él se acercó para ofrecerme su ayuda.

 

—De veras lo siento mucho Fale, es que estoy practicando para la maratón anual de ciclismo de la ciudad y no me percaté —se excusó.

 

—Tranquilo, no hay problema, ahora llévame al hospital —le pedí, ya que mi tobillo y rodilla estaban muy lastimados. 

 

—Claro, enseguida. Voy a llamar para que me vengan a buscar —expuso rápidamente sacando su teléfono de su cangurera.

 

 

Me acomodó en una banqueta para poder esperar y luego fue a comprar algo para ponerme en el área lastimada.

 

 

—Solo encontré esto —manifestó mostrando una lata helada de Sprite.

 

 

—Es mejor que nada —contesté extendiendo mi mano para sujetarla y ponerla en mi tobillo ya bastante inflamado.

 

 

—Crees que sea una fractura —cuestionó, preocupado y negué. 

 

 

—Si se tratara de una fractura, no estuviera tan calmada, me duele, pero puedo tolerarlo —expliqué y entonces llegó el auto que estábamos esperando para que nos llevara al hospital. 

 

 

—Es él —dijo haciendo señas para que el conductor se bajara. Eché un vistazo curioso y torcí los ojos soltando un largo resoplido al ver que se trataba de mi peor pesadilla. 

 

 

《 Gael 》

 

 

Él se acercó y parecía divertido, mantenía una expresión curiosa y nos miró a ambos.

 

 

—Y qué les pasó a ustedes —interpeló, yo no quise dirigirle la palabra, así que dejé a Deny dar la explicación. 

 

 

—Sin querer atropellé a Fale, debo llevarla al hospital, tiene la rodilla y tobillo lastimados —explicó preocupado y él me observó, se acercó inclinándose viéndome al rostro, hizo un ademán de pedir permiso para examinar el golpe.

 

 

—¿Puedo?

 

 

—No, no puedes, acaso eres médico, necesito un doctor, no un director de series basura —solté y él contuvo una risa. 

 

 

—Eh, Fale, Gael tiene estudios como paramédico y está muy calificado para ver que estés bien —intervino Dany y crucé los brazos. 

 

 

—De igual manera no quiero tomar el riesgo, gracias —respondí viendo a Gael que hizo un gesto alzando las cejas como si le sorprendiera. 

 

 

—Pues a juzgar como se ve, puede que sea una lesión grave, hasta te tendrían que amputar el pie —informó con seriedad y mi rostro cambió drásticamente, sentí temor de que fuera verdad y no pude evitar el pánico. 

 

 

—¡Deny, llévame al hospital, ya! —grité y corrió hacia mí. Con ayuda de Gael me subieron al auto y condujo lo más rápido que pudo, de vez en cuando miraba mi pierna sintiendo ansiedad al pensar que pudieran cortarla y solo cuando llegamos a emergencia que fui atendida por un doctor, pude respirar con normalidad. 




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