Capítulo.
—¡Ahhh, que haces, quítate, quítate! —gritó histérica. Yo trataba de analizar todo el asunto, sobre todo porque escuché cuando gritó mi nombre, sin embargo, tuve que salir porque al parecer hubo fallas con las tuberías del agua, un grupo de trabajadores llegó para resolver el problema y al regresar encontré a Fale desnuda con la cabeza y rostro, llenos de jabón. Intenté ayudarla y terminé encima de ella, no obstante, entró en crisis porque habían pasado al menos 3 meses de no… Bueno, eso… Quizás los problemas agudizaron la situación y pues ella me castigó con el látigo de la abstinencia.
—Calma, tampoco es algo que no haya visto Fale —dije tratando de ponerme de pie, y sin querer toqué sus pechos. Me soltó una bofetada y de nuevo caí encima de ella.
—¡Ya quítate! —volvió a vociferar furiosa, pero a decir verdad tenerla cerca de esa manera me volvía bastante torpe. Finalmente, logré ponerme de pie y ayudarle para levantarse del suelo se puso una toalla evitando que la siguiera viendo. Por qué rayos entras así, debiste tocar —exigió y torcí los ojos.
—Me llamaste, por eso vine, no sabía que estabas desnuda —me excuse.
—Por qué dejó de salir agua de la regadera —quiso saber y al explicarle se calmó un poco más, el chorro del baño volvió a salir con normalidad y regresó para terminar de ducharse.
Salí de la habitación con la imagen de esa bella pelirroja con la que me había casado y a decir verdad extrañaba estar con ella, esa era la parte más difícil de nuestros problemas, que sus castigos iban bastante severos. Miré la sala y no tenía idea que hacer, por lo tanto, caminé hasta el sofá para echarme a jugar en la consola y de ese modo distraerme un poco de cualquier pensamiento que se quisiera colar en mi cabeza.
Minutos después recibí una llamada de Jack, un viejo amigo que siempre solía venir a visitarme, a pesar de que a Fale no le agradaba para nada, ella decía que ese sujeto tenía aspecto de delincuente, además de incitarme a hacer cosas de su completa desaprobación.
—Dilo —solté sin dejar de jugar.
—Gal, bro, que hay —saludó como de costumbre.
—Nada, en casa y tú —contesté con tranquilidad.
—Bueno, sabes, estaba pensando en ir a una discoteca donde hay algunas chicas bastante amigables, bailan bien y pues si te animas iré con Ian y Junior —invitó y pensando en Fale, quise decir que no, sin embargo, ella y yo estábamos a poco de divorciarnos así que encogí los hombros y asentí.
—Sí, me uno. Dime donde es y pasaré por allá —me animé y luego de indicarme el sitio me puse de pie para arreglarme, Fale estaba en la habitación, por lo que utilicé el baño de la sala. Salí 30 minutos después en toalla y encontré de frente a la tirana. Se quedó viéndome un poco extraño y tuve que sacudir mi mano frente a su rostro para que pudiera reaccionar. ¿Todo bien? —cuestioné y parpadeó varias veces.
—Sí, claro, por qué no estaría bien —instó con la barbilla erguida y encogí los hombros haciendo una mueca de lado.
—Cómo sea, voy a salir, te veo al rato —dije yendo a cambiarme.
—Puedo saber a dónde —cuestionó y volteé algo confundido, ella no solía preguntarme sobre mis salidas desde hacía tiempo.
—Pues con los chicos —respondí con nada y arrugó la cara—, Pasa algo, acaso te molesta que salga —deseé saber y negó.
—Oh, por supuesto que no, solamente tenía curiosidad, tú eres libre de salir a donde quieras con tus amiguetes —indicó en un tono áspero que desde luego se notaba el enojo.
—Vaya, parece que no fuera tanto de tu agrado —insistí—. Sí me lo pides, puedo quedarme —sugerí y soltó una risita burlona.
—Ja, por favor Gael, no tengo que pedirte nada, tú eres libre. Nos divorciaremos, ¿recuerdas? —agregó y eso hizo que mi orgullometro ascendiera, así que si Fale quería jugar a los malos, yo también podía jugar a lo mismo.
—Bien, porque creo que no llegaré hoy a casa, así que no me esperes despierta —añadí dejándola con la palabra en la boca.
Al estar listo subí a la motocicleta y juraría que ella estaba asomada en la ventana de la sala, sonreí por lo bajo y descubrí que al menos si le interesaba un poco lo que yo hiciera.
Conduje por las calles de Nueva York a toda velocidad hasta llegar a la dirección que Jack me envió, el club parecía bastante movido porque había una larga fila en las afueras. La música podía oírse desde el exterior y eso dejaba mucho que desear. Estacioné la motocicleta para bajarme e ir a la entrada y le dije al sujeto de la puerta que Jack pagó mi entrada, él asintió dejándome pasar y accedí sin ningún inconveniente.
Avancé por el largo pasillo con luces neón y finalmente, llegué donde se encontraba la concentración de personas, todo el mundo se movía al ritmo de la escandalosa música y al detallar mi entorno pensé que sería difícil encontrar a los chicos, no obstante recibí un texto de Jack donde señalaba estar en el área vip, por lo cual subí la mirada y en efecto lo ubiqué en una terraza rodeado por los otros.
Avancé entre el tumulto de personas bailarinas y el centro del show era una enorme tarima donde solamente un valiente se atrevía a subir para bailar, cantar o hacer algo que provocara la euforia del público, seguí mi camino hasta las escaleras y en el pie se hallaba otro sujeto resguardando la entrada, Jack bajó para hacerle saber que yo venía con él y me permitió el paso.
—Bro, me alegra tanto verte, pensé que de nuevo ibas a rechazar mi invitación —mencionó.
—Estaba aburrido, además soy un hombre libre, Fale y yo pronto nos divorciaremos —confesé y puso su mano sobre mi hombro.
—Lo siento bro, realmente, pero la verdad me alegra que ahora puedas tener libertad para estar con tus amigos, esa mujer no te soltaba la correa, eh —bromeó dándome un golpecito por las costillas e hice un gesto de lado con la boca.