La camioneta se va alejando hasta que ya no puedo verla, es en ese instante me giro para abrazar a mi mellizo emocionada por lo que está a punto de ocurrir, él reacciona de la misma forma que yo, sin soltarnos empezamos a brincar, pero nos detenemos cuando estamos a casi nada de caer sobre un árbol de mis tíos y si algo le sucede a alguna de las tantas plantas que tienen, nos matan.
Nos miramos por unos segundos asustados, cuando regresamos a la normalidad, entramos a la casa para subir las escaleras con inmensas ganas de llegar a nuestros a nuestras recámaras que se encuentran continuas. Al encontrarme por fin sola, vuelvo a saltar emocionada de que en realidad está ocurriendo, ya me había resignado de que no podría asistir a la gran fiesta que está por organizarse en la familia de mi tío y ahora que me encuentro a tan solo unas horas de poder estar allí, no logro controlar la emoción y alegría que recorre todo mi cuerpo.
Cinco días enteros encontrándome en la Ciudad de México al lado de mi hermano junto a mis tíos y sin mis padres, es la mejor sorpresa que pude ver recibido, aún sigo pellizcándome el brazo para ver si es real o estoy en la camioneta durmiendo y soñando con esto, pero cada que lo hago el dolor sigue siendo el mismo.
Ya me encuentro haciendo toda una lista mental de las aventuras que quiero realizar al lado de mi hermano, no tengo si quiera que preguntar para confirmar su asistencia, sé muy bien que aceptará sin rechistar. Por ahora, la primera cosa que haré, será asistir a la fiesta de cumpleaños que le realizarán al sobrino de mi tío,
Va a ser una celebración increíble, primero porque los organizadores han sido las personas que están a cargo de mí estos días y ellos son los mejores haciéndolo, por lo mismo, ese es su trabajo. El increíble evento no es lo único que me emociona y hace que mi corazón lata a una velocidad impresionante, más bien, es porque luego de varios años lo volveré a ver, nuestras miradas se van a cruzar, podré sentir su cuerpo tocando el mío a la hora de saludarnos, platicaremos sin ninguna presión y todo fluirá tal y como lo ha hecho siempre o al menos eso es lo que ruego con todo mi ser, no estoy muy confiada que los sucesos ocurran tal y como los imagino, pero mantengo la pequeña esperanza de que así sea. Comprendo que los dos hemos cambiado demasiado, que no somos los mismo que años atrás, pero cada que nos veíamos algo extraño sucedía entre nosotros.
Abro el ropero delante de mí, lista para escoger un vestido de las tres opciones que tengo y siempre guardo para una emergencia, como lo es esta. Debo verme asombrosa desde cualquier ángulo, así que cuando me lo pongo y me veo al espejo, no me queda la menor duda de que es el indicado, decido quitármelo para concentrarme en mi maquillaje, tomo asiento frente al tocador e inicio, lo hago con tranquilidad y tarareando las canciones que reproducen mi celular.
Hago un fino delineado en mis párpados del mismo color que mi atuendo (algo que siempre realizo), pinto mis labios, coloco mis aretes, por último acomodó mi cabello y sonrió por lo satisfecha que me encuentro con el resultado, camino para colocarme el vestido, luego los tacones que no son tan altos, pero si lo necesario para aumentar mi estatura y veo a mi hermano entrar con un impecable atuendo haciendo que se vea increíblemente bien, pienso por un instante halagarlo, solo que termino desechando la idea y espero a que diga para que ha venido. Al ponerme de pie, avisa que mis tíos ya se encuentran esperándonos en el primer piso para irnos, debemos ser de los primeros en llegar, así ellos verifican que todo se encuentre en orden, tal y como lo indicaron.
Nos detenemos cuando estamos por bajar las escaleras, me da su brazo para que lo tome y juntos emprendemos camino hacia abajo. No hay ocasión en que cuando hay un evento y nos arreglamos tanto como hoy, él y yo no bajemos de esta manera, desconozco la razón de porqué, solo imagino que tal vez es debido a que cuando éramos pequeño iniciamos a hacerlo y no hemos parado. Al llegar a nuestro destino vemos a los adultos sentados en la sala, se giran para decirnos lo bien que nos vemos y cuando devolvemos el cumplido, nos soltamos del agarre y los cuatro salimos para subir al auto.
—Nadie sabe que estarán presentes, así que será una sorpresa para todos —comenta el hombre concentrado manejando y provoca que mi emoción aumente un poco más.
Toda persona de la familia Figueroa nos tratan de una manera increíble, como si formáramos parte de ahí desde siempre, nos contemplan en cada cosa que realizan, aun sabiendo que existe una enorme posibilidad que no podamos asistir.
—Para Alec será más que una hermosa sorpresa.
Susurra Owen mirándome de forma burlona y sin despegar sus ojos sobre mí para ver cuál es mi reacción ante su comentario, me controlo lo mejor posible para no mover si quiera un músculo y de alguna manera triunfo porque ya no comenta nada.
Uno de los problemas más grandes que veo al tener un gemelo, es que sabe todo lo que pienso sin si quiera pronunciarlo, no importa que solo se quede en mi mente sin ninguna intención de salir, él lo sabe, no importa que todavía no me percate de algo, él lo sabe antes que yo, y luego se burla por qué no lo sé. El privilegio de esto, es qué yo también utilizo eso en su contra y termina siendo muy satisfactorio y perfecto para una venganza.
Escucho como el motor se apaga y todos bajamos.
No puedo encontrarme más ansiosa de entrar y saludar a toda la familia, anhelo ver que tanto se sorprenden, ya que estoy segura que ninguno se espera nuestra presencia. En cuanto llegamos a la enorme puerta adornada con flores y luces, localizo a Marta platicando con alguien a metros de distancia de nosotros, me giro para colocar mi dedo índice entre mis labios y pedirles a todos que hagan silencio y así no se percate de que hemos llegado.
Camino intentando hacer el menor ruido, me coloco atrás de ella y con cuidado toco su hombro para llamar su atención, de inmediato se voltea para averiguar que ocurre, al hacerlo, me enrolla entre sus brazos con rapidez y llena de alegría por tenernos ahí presentes, al soltarme hace lo mismo con mi hermano y a los dos, nos llena el rostro de besos, para después saludar a su hijo mayor y luego a su nuera, con un menor entusiasmo que con nosotros.