Prólogo.

El amor es un asco. El amor es dolor. El amor, es el peor sentimiento del mundo.

Cada vez que veo a parejas enamoradas, me pregunto cuántos miserables meses duraran hasta que se den cuenta de que es una pérdida de tiempo, algo que no tendrá un futuro prometedor. Es bastante estúpido notar como se emocionan con el amor, como se vuelven locos y hacen cada bobería que solo hace que me dé un ataque de risa al ver lo patéticos que son.

Hace tiempo creía en el amor, pero ahora, ahora lo alejo de mi vida. Solo demuestro una milésima de amor a mis amigos y familia, a las personas que se jamás me van a traicionar, insultar, juzgar o hacer sentir menos, solo ellos merecen de vez en cuando una muestra de mí. Muchos dicen que cambie, que ya no soy el mismo, pero las traiciones te cambian.

Nunca olvidaré la mirada fría y el tono despectivo de ella, la que me hizo ser este miserable ser que ya no tiene fe, esperanzas ni creencias. Nunca olvidaré que ella me hizo así, alguien vacío, oscuro y jodido. A veces siento que le atribuyo mucha importancia, pero cuando recuerdo ese momento, ese preciso momento donde sentí mi corazón romperse, me doy cuenta que tengo todo el derecho de odiarla.

Algunos dicen que el pasado se olvida fácilmente, pero yo nunca olvide realmente, solo deje de pensar en ello, hasta que la volví a encontrar. Cuando pienso en esa fría noche de otoño, me siento satisfecho de haber estado en el momento indicado. Puede que yo este roto, sin vida y podrido por dentro, pero me siento orgulloso de haber salvado una vida.

Nunca creí que esa vida volvería a mí.

Nunca creí que ella me agradecería tanto.

Nunca creí que ella haría que volviera a sentir la vida en mi pecho.

Yo la salve en una noche de otoño, y ella parece salvarme ahora que es primavera. Ella es una estrella, brilla sin importar nada, es hermosa como ninguna y no se rinde jamás. ¿Yo hice eso por ya el día que te salvé? ¿Acaso fui capaz de darte la mitad de mi roto corazón sin darme cuenta?

Quisiera entregarme por completo a ti, pero, ¿cómo volver a confiar? ¿Cómo esta alma oscura podrá compenetrase con la tuya que es más brillosa y hermosa? Parece que tú sabes la respuesta, pero no quieres decírmela. Oh, bella ninfa, adoraría que me hicieras sentir, que me hicieras creer, que me hicieras amar, pero por ahora, solo por este instante, voy a perderme en tu recuerdo, en el recuerdo de esa noche, en el más hermoso recuerdo que tengo de ti.