A Beautiful Memory

Capítulo 10. Lo peor que se puede hacer, es lastimar a quien no se lo merece.

Taehyung.

De ese modo, con ella rodeando mi brazo y mi corazón latiendo más rápido que de costumbre, entramos al salón donde se llevaba a cabo el evento. Como siempre, había muchas personas conocidas del mundo de la moda, personas que deberían ser el nuevo talento y algunos periodistas, que hasta donde sé, no son amarillistas o escandalosos. Hasta ahora, todo tranquilo.

–¡Taehyung! –me llamó uno de los anfitriones, palmeando ligeramente mi hombro cuando llegó hasta mí –. Qué bueno que has podido venir.

–Es un evento que no podría perderme –fueron mis palabras –. Ella es Ariana, una amiga mía que es diseñadora, es mi acompañante esta noche –presenté a la chica a mi lado, para que comenzara a familiarizarse con estas personas.

–Un placer conocerte, Ariana –saludó, estrechando su mano –. Bienvenida al evento, por favor, siéntete cómoda.

–Muchas gracias –le respondió ella con una leve sonrisa.

–Bueno, tengo que seguir saludando a más gente, así que diviértanse. Espero podamos reunirnos más tarde, Taehyung.

–Claro –asentí, observándolo irse a otro lado.

–No puedo creer que haya conocido a Choi Seung, uno de los mejores diseñadores de Seúl –murmuró Ariana casi sin aliento, observándola sorprendido.

–Creo que es la primera vez que te veo tan sorprendida e impactada.

–No es para menos, se trata de una persona muy importante.

–Conocerás a muchas personas así aquí, lo mejor sería ponernos en marcha para que conozcas el mayor número posible de ellas –ofrecí.

Ariana asintió de manera casi frenética, algo que por poco me hace reír. Se veía adorable, tal vez demasiado. Afortunadamente, en este evento hay varias personas que me caen bien, por lo que puedo conversar con ellas sin sentirme fastidiado, irritado o presionado. Algo que hace más divertido todo, son las reacciones que Ariana tiene cada vez que conoce a alguien de importancia.

Tiende a sonrojarse, sonreír de manera tímida y desviar algunas veces la mirada al suelo, además de que habla increíblemente rápido, gesticulando con sus manos al mismo tiempo. Por momentos, temó que se quedé sin aire por tanto que habla, pero afortunadamente no sucede. Es agradable que ella se dedique a hablar y hablar, me da la oportunidad de observarla sin parecer raro, contemplar su belleza y pensar en lo tierna que es.

Por supuesto, no soy el único que lo nota, ya he logrado pillar a varios hombres observándola, algunos lo suficientemente descarados para lanzar miradas libidinosas que me hacen fruncir el ceño por lo desagradables que son. No sé si ella no se da cuenta de lo que sucede, sin embargo, eso no significa que ellos puedan seguir mirándola así. Ninguna mujer debería ser mirada de ese modo, debe ser observada como lo más bello del mundo.

Eso me tiene moviéndome algunas veces para cubrirla con mi cuerpo, obstaculizando su vista, desistiendo de seguir mirándola. Es un gesto pequeño, pero funciona de manera perfecta.

–Esta es la primera vez que me hablan tanto y sin trabarse en el proceso. Te felicito –le sonrió Lila, una modelo estadounidense con la que he trabajado algunas veces, amable, trabajadora y educada.

–Me disculpo, es que estoy demasiado emocionada –empezó a aclarar Ariana de manera casi desesperada.

–No te preocupes, no es nada de lo que avergonzarse –aseguró, palmeando su hombro con ligereza, antes de dirigir su mirada hacia mí –. ¿Por qué te mueves tanto de lugar?

–Así no se me cansan las piernas –fue mi excusa. Lila negó levemente con la cabeza.

–Estoy segura que esa no es la razón real –me encogí de hombros, mientras que Ariana se acercaba más a Lila, susurrándole algo al oído que la hizo reír un poco –. Están por ese pasillo, linda –señaló hacia donde estaban los sanitarios.

–Oh, perfecto. Vuelvo enseguida.

–¿Quieres que te acompañe? –pregunté de pronto.

–Mejor yo lo hago, así no se vería tan extraño –se ofreció Lila, a lo que me encogí de hombros.

–Oh, no es necesario.

–Vamos, Ariana. Así conversamos cosas de chicas sin que Tae se enteré.

Rodé los ojos por su comentario, escuchando su suave risa, mientras las observaba alejarse. Detuve a uno de los camareros, pidiéndole una bebida, recargando mi codo de la pequeña mesita donde nos encontramos a Lila, dando un rápido vistazo a las personas que se encontraban a mi alrededor. A los que conocía, los saludaba con un asentamiento de cabeza, a los que me caían mal los ignoraba, aun cuando se quedaban observándome.

El camarero volvió con mi bebida, a la que le di un par de sorbos, antes de dejarla en la mesa y mirar mi celular, que vibrara por una llamada entrante de Jimin, una que contesté para entretenerme en lo que las chicas regresaban, una perfecta excusa para que nadie se me acercara en el proceso.

–¿Qué tal todo por allá? ¿Ya te aburriste? –fueron las primeras palabras de mi amigo.

–En lo absoluto –contesté –. No hay tantas personas desagradables, además, es divertida la cara que pone Ariana cada vez que conoce a algún famoso –respondí en medio de una pequeña risa al recordar el momento.




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