A cambio de nada

CAPITULO II

El joven se baja del avión privado de su familia, y ya le esperan con una camioneta antibalas color negro. Da un suspiro y se sube, no recuerda nada de Perú. Se fue muy joven y todo ha cambiado. Va en el auto mirando hacia el frente, no le agrada nada estar ahí y dejar lo que le gusta hacer, ahora tendrá que asumir la responsabilidad de ese centro comercial. Fuera de ello, sabe que este es el inicio, que ya no tendrá otros años para disfrutar de la vida. Ya se acabaron los buenos tiempos, pero no puede hacer nada al respecto. Siempre lo supo. 

Cuando era niño, no veía a sus padres, les echaba de menos, y cada vez que venían su tema principal son los negocios. Un día cuando tenía apenas doce años, le dijo a Jorge que deseaba ser compositor de música, a lo que él respondió: "Sabes cuál es tu destino, pero podría ser tu hobbie". Jorge es un amigo, siempre cuido de él, pero no lo suficiente para ir en contra de los padres de Adrián.

La camioneta se para y él ve a la ventana, se da cuenta que están esperando de desde dentro de la casa abran las rejas blancas que están frente a él. Una vez abierta las rejas ingresan por un camino rodeado de áreas verdes, la camioneta mueve las ruedas alrededor a una pileta y llegan a la puerta de su nueva casa. 

Sin decir nada, se baja del auto. Camina desganado a su interior de la casa. Entra y observa una sala grande con sillones evidentemente cómodos. Un hombre que viste de mayordomo y aparenta cuarenta años, se le acerca.

-Buenos días, señor. Soy José, estoy a cargo del cuidado y la atención de esta casa, trabajo para su familia por quince años, el secretario de sus padres me llamo hace una semana avisando que usted vendría. Estoy a su servicio.

-Donde está mi habitación?

-En la segunda planta, primera puerta. Si le apetece, voy con usted.

-No, iré solo. 

- ¿Desea que le llevemos las maletas, ahora?

-No traje maletas. 

-Muy bien, señor. 

Adrián camina sin mover la mirada hacia las escaleras, sube con decisión cada peldaño. Su postura es erguida y camina sin arrepentimientos. Una vez en el segundo piso, ubica con facilidad la primera puerta. Ingresa y sin ver a su alrededor, se acuesta en la cama.

Está cansado. Lo mejor será que tome una siesta y reponga energías. Pero los planes no van con la persona que está tocando la puerta. La interrupción le pone de mal humor. 

-Pase.

Una señora de unos sesenta años aproximadamente que va vestida elegantemente, le saluda:

-Buen día. Acaban de informarme de su llegada. 

-Y quién es usted?

-Soy Martha Gonzales. Soy la que estará a cargo de usted por los siguientes meses en los que asumirá la gerencia del centro comercial "Golden".

-Dijo usted: ¿A cargo?

-Si. Sus padres me han encargado que usted aprenda todo el tema relacionado al manejo del centro comercial. Al igual, sobre la propuesta que le han hecho para que vuelva a tener su vida, como acostumbra. 

- ¿Propuesta? - La mujer abre los ojos, pero con cierta sutilidad. 

-Veo que sus padres aún no han conversado con usted, así que me limitaré a lo que le dije anteriormente. 

-Pero, usted me puede explicar sobre la propuesta, ya que no hay nada que quiera más que tener mi vida de vuelta.

-Lo siento, Adrián. No estoy autorizada a hablar más de lo que se me permite. 

-Entonces retírese. Hablaré con mis padres, en este momento. 

-Está bien. Mañana a las siete horas con veinte minutos, saldremos de aquí para ir al centro comercial. Toma tus precauciones.

Y sin decir nada más, cierra la puerta. Adrián piensa: Quien se ha creído esta mujer, para hablarme así. Pero no quiere dar más vueltas al asunto. Hay algo más importante. Recuperar su vida, por esa supuesta propuesta que le tienen sus padres. Y que no le han dicho. Sujeta su celular que reposaba en la mesa de noche y presiona el botón de encendido. Ve que su chip no se ha conectado, seguramente debe comprar un chip de línea nacional, pero el Wi-Fi de la casa sí que se ha conectado automáticamente. Seguramente es de línea abierta, lo cual le parece un descuido. 

Entra a WhatsApp y escribe un mensaje a su madre que reenviara a su padre ya que nos siempre paran juntos.

"Buenos días mamá y papá. Quisiera saber qué es lo que tengo que hacer para que me devuelvan la vida que tenìa."

Duda un momento, pero lo envía. No consigue respuesta. Cada vez que les llamaba cuando era niño, nunca respondían. Igual y nos le responden en ese día.  Mira a su alrededor sin ver nada especifico. Piensa en que necesita un auto, ropa, calzado, y otras cosas. 

Pensó en ir a comprar el auto en primer lugar, pero luego, cayó en cuenta de que tal vez sus tarjetas no servirían. Pero puede ir al centro comercial donde administrará, y sacar lo que necesite y luego hacer el pago, ya que, a final de cuentas él es el dueño. 

Se da una ducha rápida y sale de su habitación. Encuentra a José en la sala de estar. Y le pregunta por el chofer a lo que él le responde que le dará una llamada para que lo espere en la puerta. El asiente y camina hacia la puerta. 

Tal y como lo dijo, el mismo joven que lo trajo esta ahí esperando, al verlo abre la puerta. Se sube y el chofer le pregunta: ¿A dónde? A lo que él responde a Golden. El chofer asiente y arranca. Demora poco más de media hora en llegar al lugar. Ha revisado mil veces su teléfono, pero no hay ningún WhatsApp de sus padres. 

Entra al centro comercial, y lo observa, es bueno. Y hay mucha gente. Camina y en la entrada hay solo tiendas de accesorios de celular. Se acerca a uno de ellos y le dice al primer joven que ve:

- ¿El encargado?

- ¿Como?

-Que lento eres, deberían despedirte. Que donde está el encargado, dueño o lo que sea de esta tienda. 

-Ah, un momento. 

El jovencito se va al fondo de la tienda y le habla a una señora de entre treinta o cuarenta años, le dice algunas cosas y ambos caminan hacia él. 



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En el texto hay: millonario, amor y odio, dinero y poder

Editado: 13.11.2020

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