Es un 18 de septiembre. Adrián se levanta con entusiasmo, tiene una broma pendiente hoy, y está ansioso. Son las 6:45, se desviste y se mete debajo del agua caliente. A los quince minutos sale relajado de la ducha. Bien, que se pondrá, le hubiera gustado lucir la casaca de cuero, pero igual no se la llevo. Ni modo. Usará un conjunto sport elegante. Elije unos jeans negros, un polo blanco y una casaca holgada del mismo color del pantalón. Listo. Antes de salir de la habitación, recuerda llevar el teléfono. Lo sujeta y baja las escaleras. Se le antojan unos churros con chocolate caliente. Lo comía una vez al mes en España ya que tiene bastantes calorías que le cuesta bajar en el gimnasio. Ninguna de las chicas con las que ha salido, ha podido compartir con él ese gusto. Ya que deben de cuidar la figura.
Entra en la cocina, hay una joven ahí. Que en cuánto lo ve, se sobresalta.
-Joven, buenos días. ¿Qué va a desayunar?
-Quiero unos churros con chocolate caliente.
La joven se queda en silencio. Él se sienta sin observar el rostro de la joven. La señorita sale corriendo de la habitación. Es ahí, dónde recién la sigue con la mirada. A los minutos vuelve con José, y es él quién habla.
-Buenos días, joven. La chef no se encuentra.
- ¿Salió? ¿En la hora del desayuno?
-Verá, ya que ninguno de su familia vivía aquí. Despedimos a la chef, y la señorita Angélica es quién cocina para todos nosotros.
-Pero solo pedí churros con chocolate.
-Si joven, le pido las disculpas correspondientes. Llamaré a la agencia para que me manden a una chef.
-Bueno. Y tú. - Le dice viendo a Angélica. - ¿Que sabes preparar sin salir corriendo?
-Yo, le preparó un desayuno de aquí. Peruano.
-Bueno, vale. Pero rápido que hoy tengo algo importante que hacer.
-Si joven.
-Con permiso. - Dice José.
El joven ni responde, este concentrado en el celular. Baja los mensajes de WhatsApp viendo como le han escrito sus amigos. Los que ya sabían de su partida y los que recién se han enterado. Varias jóvenes con las que solo paso un buen rato, y le siguen escribiendo. Hasta que lo ve. El mensaje que esperaba desde ayer.
-Hola Adrián. - es un grupo de WhatsApp que ha creado su papá. - Haz una video llamada mañana antes de las ocho. - Genial, está a tiempo.
Hace la video llamada en el grupo. Al segundo bip le cortan. Pero si le dijeron que les llamará y recién son las 7:04 horas. Un momento. Está en Perú. Entra a Google y pone: Diferencia de horarios Perú- España. De inmediato le sale que son siete horas de diferencia. Pero, aun así, en su pantalla aparece una video llamada de su papá. Se arregla el cabello y corre el telefonillo verde para contestar.
-Buenos días, Adrián. - Le saluda su mamá.
-Buenos días, mamá, papá.
-Buenos días. - Responde su padre que sin más rodeos va al tema. - Así que quieres sabes sobre la propuesta.
-Si. Solo quiero mi vida de vuelta.
-Bien, Adrián. Esta es la propuesta…
Adrián, va pensando en el auto que le han traído esta mañana, la propuesta de su padre ha sido realmente tentadora y a la vez estresante. Es al pierde o gana. Y le preocupa, si falla, lo habrá perdido todo. Pero si no, tendrá todo de vuelta y la oportunidad que siempre ha querido.
-Ha llegado a su destino.
Es el GPS quién lo espabila. Ve una entrada, tal y como se lo dijo José. Hay un letrero enorme al costado del centro comercial en el que dice: Playa.
Ingresa por donde anuncia el letrero, que está el estacionamiento. Hay una persona en un separado de un material poco resistente a simple vista.
-Buenos días, bienvenido al Centro Comercial "Golden Group". ¿Me permite su DNI...? - Pero en cuánto Adrián gira y lo ve desafiante, el joven traga saliva. - Señor Adrián Dagger, bienvenido. Pase.
Sin responderle nada, arranca. Duda que en adelante le pidan el DNI. No es porque no lo tenga. Tiene doble nacionalidad. Sino porque es el dueño y ellos no estarían ahí si así no lo dispone. Pero hay una joven que aún no lo entiende, pero en unos minutos lo entenderá.
Tal y como lo dijo, Martha Gonzales estuvo ahí, pero él insistió en que debería conocer el centro comercial de primera mano. A los locatarios, las ubicaciones, para que cuando conversen, entienda un poco más. Martha fue condescendiente y aceptó. Le dijo dónde estaba su oficina, y quién le ayudaría en la guía.
Entra en el ascensor y marca 1 en los botones disponibles. Siente como sube el ascensor, mientras piensa que toda la seguridad que tiene se le irá a la muchacha de ayer después de que se entere que él será el nuevo gerente del lugar.
La puerta del ascensor se abre. Con paso firme camina, mientras una joven de cabello oscuro, bajita y delgada lo sigue con la mirada.
-Bienvenido joven Adrián. Soy Lucy, y seré su secretaria, estoy aquí para lo que me necesite.
-Hola. ¿Dónde está mi oficina?
-Es la de allá.
-Bien. En 10 minutos, haga llamar a la dueña del local 17 B.
-Bien, señor.
Adrián entra en la oficina, todo es de matiz surtido en negro y blanco. No le gusta, es demasiado serio para su parecer.
Se sienta detrás de la mesa de cristal gris. En realidad, lo único que le gustaría. Es poder volver a España. Vivir su vida, ni ha llegado a los veinticinco y ya le han sentenciado. Pero, un momento. Aún hay una salida.
Agarra su celular, abre WhatsApp e ingresa en el chat de sus padres.
Flashback
-Esta es nuestra propuesta Adrián. En dos meses celebraremos los quince años del centro comercial y a la vez un contrato con INS, están interesados en firmar un convenio entre ambas empresas, lo cual nos beneficiaria muchísimo. Estarán atentos a los movimientos de Golden Group y su desarrollo. Es fundamental que no existan conflictos o problemas, y mucho menos escándalos para que se logre ese acuerdo.