Narra Dante
Tan pronto como Angelo se acerca a mí, donde estoy, me saluda con una sonrisa:
—Hola, Dante —susurra, y me doy cuenta de que sus labios parecen irresistibles, deseables. Sus ojos se clavan en los míos con una intensidad que me atrapa, como si hubiera un imán entre nosotros, manteniéndome cautivo.
—Hola, Angelo —Respondo, sintiendo que su mirada me envuelve, como si en ese instante solo existiéramos él y yo. Su expresión refleja una mezcla de complicidad y ternura que no puedo ignorar.
Angelo me pregunta qué estoy haciendo en esta fiesta. Decido responderle que lo vi en el chat de los alumnos, y por eso he venido a divertirme un poco. Sin embargo, en ese preciso momento me encuentro completamente atrapado en la profundidad de sus ojos, que me seducen de tal manera que pierdo de vista cualquier tipo de tentación que pudiera existir. Sin dudarlo ni un instante, me acerco a él, observando cómo se deja llevar por el ritmo de la música, moviendo sus caderas con una gracia hipnotizante. De repente, Angelo levanta la mirada y me mira, su expresión mezcla de confusión y sorpresa.
Él, visiblemente tímido y con las mejillas sonrojadas, se acerca a mí y comienza a hablarme. Después de un momento de conversación,
Después, Brianna se aproxima a nosotros con un paso decidido, mostrando una expresión en su rostro que mezcla curiosidad y determinación. Su mirada se posa en cada uno de nosotros, como si estuviera evaluando la situación antes de unirse a nuestra conversación. Al acercarse, se puede notar la confianza en su porte y la energía que tiene, lo que hace que su presencia se sienta rápidamente en el ambiente y comienzamos a hablar animadamente.
Luego le propongo a Angelo que baile conmigo y su amiga, percibiendo la situación, lo anima a aceptar la invitación. Finalmente, con su ligero sonrojo decide aceptar y deja su vaso en manos de su amiga. Entonces, tomando cuidadosamente su mano, lo guío hacia la pista de baile.
Después de unos minutos, finalmente nos separamos, pero la conexión entre nosotros sigue viva. En ese momento, continuamos bailando, disfrutando de la melodía y de la cercanía que hemos creado.
En ese instante, comenzamos a movernos al ritmo de la música, dejando que el baile nos envolviera
A la atenta mirada de su amiga, quien le guiña un ojo de manera cómplice, empiezo a acercarme sin darme cuenta. Poco a poco, voy reduciendo la distancia entre nosotros hasta que finalmente nuestros cuerpos se rozaron, generando un cosquilleo que recorrió mi piel.
Mientras siento cómo cada célula de mi cuerpo se activa y se llena de energía, una atracción irresistible me empuja hacia Angelo. En sus ojos me pierdo completamente, pero a la vez tengo la certeza de que deseo conocerlo más a fondo. Al centrar mi atención en sus labios, una profunda necesidad de besarlos se apodera de mí; no lo pienso dos veces y, dejándome llevar por el momento, lo beso con suavidad. En ese beso, dejo que el deseo de amor que compartimos se manifieste, sellando ese instante tan especial mientras nos abrazamos, sin que sean necesarias palabras.
Lo vuelvo a besar, disfrutando de cada beso como si se tratara de un momento mágico. Cada roce de nuestros labios era un deleite que parecía transportarnos a otro mundo, donde el tiempo se detenía y solo existíamos nosotros. La dulzura de esos labios se entrelazaba con la calidez de su presencia, haciendo de cada contacto algo extraordinario, lleno de encanto y complicidad.
Después de besarnos, las chicas populares del instituto se acercan. Ivanna, en un intento de burlarse, comienza a hablarle a Angelo con una sonrisa sarcástica.
—Pero mirad a quién tenemos aquí, bailando. Creo que es lo que intentas hacer —Dice, mientras se ríe entre sus amigas.
Angelo, visiblemente cansado de la actitud molesta de esta chica pija y arrogante que constantemente lo está atormentando, se muestra decidido a no dejarse humillar. Sin pensarlo dos veces, se acerca a ella, manteniendo una mirada fija, y comienza a hablarle sin adornos.
—— bailo porque lo disfruto y me divierte. No tengo la intención de provocar ni atraer la atención de nadie, a diferencia de lo que tú haces.
Y aunque me etiquetes como un 'maricón', eso no cambia el hecho de que disfruto de la música y no necesito que un chico me diga lo guapo que me veo. Y tú, por cierto, ¿qué necesitas? Porque yo ya tengo a un chico que me hace sentir especial y es mucho mejor besador que esos chicos que te has besado —Le responde, acercándose a mí y agarrando el cuello de mi chaqueta en un gesto decidido, antes de inclinarse y besarme con pasión.
Pero tan pronto como él se aparta de mí, Ivanna, llena de furia, le lanza un vaso de bebida en la cabeza. En un arranque de venganza, empieza a empujarlo hacia la piscina, y sin que nadie pueda detenerla, lo hace caer al agua.
Sin pensar en las consecuencias, me lanzo a la piscina para salvarlo, dándome cuenta de que está teniendo dificultades para salir a flote mientras todos a nuestro alrededor se ríen, excepto Brianna, que grita preocupada a Ivanna. Logro sacar a Angelo a la superficie y, con un esfuerzo, lo abrazo al salir del agua. Una vez asegurado, respiro aliviada al ver que mi teléfono no se ha mojado y comienzo a llamar a Beatriz para que venga a ayudar.
Mientras arrastro a Angelo hacia la casa, Brianna se acerca, visiblemente preocupada por su estado. Él permanece en silencio, y ella, al notar su expresión, se da cuenta de que no quiere hablar en ese momento. Se aleja brevemente para hablar con un chico y, tras unos momentos, regresa.
—Podrías cambiarte de ropa en la habitación de mi primo —Le dice, ofreciéndole algo que le pueda prestar. Pero Angelo, de manera firme, responde que no es necesario.
Permanezco en mi teléfono móvil conversando con Beatriz. En ese momento, Beatriz me pregunta cuál es la dirección de la casa. Yo le respondo proporcionándole la información que necesita. Después de recibir mi respuesta, ella me informa que llegará aquí en aproximadamente diez minutos.