A cambio de ti

¿Puedo explicar a mi corazón lo que siento por Dante?

Narra Angelo

surgen preguntas profundas sobre los verdaderos sentimientos que albergo en mi interior hacia Dante. Es un momento de reflexión en el que me pregunto si realmente puedo dar sentido a todo lo que mi corazón está experimentando. La confusión y la intensidad de mis emociones a menudo se entrelazan, desdibujando las líneas entre la amistad y el amor. A medida que me adentro en mis pensamientos, intento desentrañar la complejidad de este vínculo especial que hemos construido.

Las memorias de aquel instante en que conocí a Dante invaden mi mente con sorprendente claridad. Sus ojos, profundamente cautivadores, lograron hechizarme de una manera que nunca había experimentado antes. Las miradas que compartimos, intensas y llenas de significado, han sido tan poderosas que en ocasiones me han dejado paralizado, incapaz de moverme o de encontrar las palabras adecuadas. Todo esto me lleva a plantearme una pregunta crucial: ¿son estas experiencias simples destellos de amistad o, por el contrario, reflejan algo mucho más profundo y significativo?

Empiezo a cuestionar si es posible que mis sentimientos hacia Dante hayan crecido de manera tan rápida y súbita que ni siquiera me haya dado cuenta de su evolución. Puede parecer increíble, pero a medida que pasan los días, me encuentro cada vez más intrigado por la verdadera naturaleza de mi conexión con él. Su presencia en mi vida no solo ilumina mis momentos, sino que también provoca una serie de emociones en mí que no puedo ignorar.
Las memorias desde el instante en que conocí a Dante regresan a mi mente con claridad: sus ojos, con un encanto casi hipnótico, han dejado una profunda impresión en mi interior. Las miradas que compartimos tienen el poder de paralizarme, llenando el aire de una tensión deliciosa y desconcertante. Ante esta experiencia, me surge una pregunta que no puedo evitar formularme: ¿serán estos momentos meros destellos de un nuevo descubrimiento, o quizás reflejan algo mucho más profundo y significativo?

Es posible que mis sentimientos por Dante hayan crecido de manera acelerada sin que yo me diera cuenta? Me resulta difícil aceptar esa idea; parece tan improbable.
Me encuentromás curioso e intrigado por lo que realmente representa para mí y por la forma en que su presencia impacta mis emociones. Cada interacción, cada palabra compartida y me siento más cautivado por la reflexión sobre lo que realmente representa para mí y de la manera en que su presencia influye en mis emociones. Este constante cuestionamiento me lleva a un laberinto de sensaciones, donde la curiosidad y la incertidumbre se entrelazan.
En medio de esta tormenta de sensaciones que sacuden mi interior, me encuentro ante la compleja tarea de intentar traducir lo que siento en palabras. ¿Cómo puedo expresar con claridad lo que palpita en lo más profundo de mi corazón? La incertidumbre me causa un profundo temor, pero, al mismo tiempo, también despierta en mí una extraña emoción. La idea de descubrir la verdad sobre mis sentimientos hacia Dante es a la vez fascinante y aterradora; podría significar un giro radical en mi vida, y esa posibilidad me atrae y me intimida a partes iguales.

Mientras me acompaña esta espiral de reflexiones, continúo buscando la manera de explicarle a mi propio corazón lo que realmente representa Dante en mi vida. Al mismo tiempo, me esfuerzo por encontrar el valor necesario para afrontar la esencia de mis emociones. En este momento, siento que me pierdo entre la profundidad de sus ojos y sus labios , como si cada mirada y cada gesto de él tuvieran el poder de definir lo que soy y lo que deseo.
Mientras Dante me observa con esa intensa mirada que parece atravesar mi alma, de repente se aproxima a mí de manera inesperada. Sin que yo lo espere, acerca su rostro al mío y, en un instante que me deja sin aliento, me besa. Ese contacto, tan sorpresivo y electrizante, me hace perder el control por completo; siento cómo mis piernas empiezan a temblar, como si la tierra debajo de mis pies se desvaneciera, y un torrente de emociones inunda mi ser,

Me dejo llevar por el beso, sumergiéndome en el momento, cuando de repente aparece la señora Beatriz. En ese instante, nos separamos de inmediato, y siento cómo mis mejillas se inundan de un intenso rubor. En ese justo momento, Dante me lanza un guiño cómplice y travieso, intensificando mi vergüenza.
La señora Beatriz me pregunta si deseo ir a casa, pero me siento a gusto aquí y no tengo ganas de irme. Por esta razón, le digo que no quiero irme. Ella me sonríe y me dice que va a llamar a mi padre, mientras veo a Dante escapar una pequeña sonrisa.

—Bueno, Angelo, después de hablar con tu padre, iré a preparar la habitación de invitados. ¿Les parece que preparo algo para cenar ahora? —Dante empieza a conversar con Beatriz.

—Beatriz, estoy seguro de que estás cansada. Ve a descansar y yo me encargo de la cena, ¿vale? —Se acerca a ella y le da un suave beso en la frente, y ella se marcha de la cocina. En ese momento, decido tener una conversación con Dante para conocerlo mejor.

—Se nota que quieres a tu tía.

—Sí, quiero a mi tía. Cuando me mudé con mi tío y con ella, ella se convirtió en una figura maternal para mí, en mi mejor amiga, y en mi apoyo, sobre todo cuando mi tío me trataba muy mal.

Mientras empieza a preparar la cena, me doy cuenta de que su mente parece estar ausente, sumida en pensamientos que probablemente giran en torno a su hermano. Esto es algo habitual y comprensible, ya que en mi caso, yo también me encuentro reflexionando sobre mi madre. Sin embargo, aunque ambos estamos pensando en nuestros recuerdos, la naturaleza de mis diferentes pensamientos de los suyos.

De repente, surge en mi mente una frase que dice lo siguiente: El pensamiento no es más que un relámpago que atraviesa la oscuridad de una noche prolongada. Sin embargo, ese relámpago lo representa todo. Este pensamiento resuena en mí, como una chispa de claridad y comprensión que ilumina brevemente la vastedad de la incertidumbre que nos rodea. A pesar de ser efímera, esa explosión de luz en la oscuridad se torna crucial, pues en su fugaz aparición puede contener la esencia de nuestras ideas, nuestros sentimientos y nuestras percepciones.
De repente, me doy cuenta de que Dante está tratando de captar mi atención. Dejo de lado mis pensamientos profundos y me concentro en él, prestándole toda mi atención.
Me pide que prepare la mesa y, por supuesto, lo hago con gusto. Mientras tanto, él continúa cocinando y, hasta este momento, he podido percibir un aroma increíble que llena la cocina. Justo cuando termina de preparar la cena y apaga el fuego de la estufa, me comenta que va a avisar a su tía. Luego, se aleja de la cocina.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.