A cambio de ti

Pasando tiempo con mi amiga Brianna

Narra Angelo

Han transcurrido ya tres semanas desde que inicié mi relación con Dante. Al principio, tuvimos algunas discusiones, y en el transcurso de estas dos últimas semanas, hemos tenido conflictos por cuestiones que me han hecho sentir incómoda. Desde aquel día, he notado que Dante ha estado evitándome; pienso que en este momento necesita su propio espacio para reflexionar.

Este capítulo de mi vida ha estado lleno de ilusiones y emociones, y, a pesar de los altibajos, sigo pensando en lo que hemos compartido.
En este preciso momento, me encuentro junto a mi amiga Brianna y hemos comenzado nuestra jornada de la mejor manera posible, disfrutando de un sabroso desayuno en una encantadora cafetería situada en nuestro barrio. Desde que entramos, el aroma del café recién preparado nos envolvió, y el suave murmullo de las conversaciones de otras mesas contribuía a crear una atmósfera cálida y reconfortante.

Para acompañar mi bebida, decidí pedir un delicioso café latte que prometía ser cremoso y aromático. Por otro lado, disfruté de unos pancakes esponjosos que parecían sacados de un sueño, esparcidos con un poco de sirope y frutas frescas. Brianna, siempre buscando una opción más saludable, eligió un nutritivo batido de frutas lleno de color y energía, acompañado de tostadas integrales que se veían irresistibles.

Mientras saboreamos nuestras elecciones culinarias, la charla entre nosotras fluía de manera natural. Entre risas y recuerdos, aprovechamos la ocasión para ponernos al día en nuestras vidas. Comenzamos a hablar sobre nuestras metas y sueños, compartiendo los anhelos que nos inspiran y las ambiciones que nos motivan a seguir adelante. También tocamos los pequeños desafíos y dificultades que enfrentamos en nuestra vida cotidiana, esas piedras en el camino que, aunque a veces resultan complicadas, nos ayudan a crecer y aprender. Fue un momento de conexión profunda que renovó nuestras energías y fortaleció aún más nuestra amistad.

Después de desayuno tomamos la decisión de dar un agradable paseo por el parque que se encontraba cerca de nuestro lugar. El sol resplandecía en lo alto del cielo, irradiando su luz cálida, mientras que la brisa fresca nos envolvía y nos llenaba de vitalidad. A medida que caminábamos, manteníamos una tranquila conversación, riendo juntos y disfrutando de la hermosa naturaleza que nos rodea.

En un momento dado, decidimos detenernos un instante para observar algunas aves que revolotean alegremente y contemplar las flores que comienzan a abrirse, anunciando la llegada de la primavera con sus colores vibrantes y fragancias delicadas.
Hay una expresión que dice lo siguiente: Una verdadera amistad es como una flor; debes cuidarla con esmero, ya que si no le brindas la atención que merece, puede marchitarse o estropearse. Esta metáfora resalta la importancia de prestar atención y cuidar las relaciones amistosas, al igual que se cuida a una planta. Una flor necesita agua, luz y un entorno adecuado para crecer y florecer, al igual que una amistad requiere tiempo, esfuerzo y dedicación para prosperar. Si descuidamos esta conexión, puede dañarse y perder su belleza y vitalidad. En resumen, para que una amistad genuina se mantenga fuerte y saludable, es fundamental nutrirla y valorarla constantemente.
Más tarde, nos dirigimos a una tienda de ropa vintage que ambas apreciamos. Rummaging through the racks, encontramos algunas prendas únicas que nos hicieron recordar épocas pasadas. Probarnos diferentes atuendos nos divirtió mucho, y entre risas, elegimos algunas piezas que nos llevamos a casa, como un vestido bohemio y una chaqueta de cuero.

El tiempo vuela y antes de que nos diéramos cuenta, era hora de cenar. Nos dirigimos a un restaurante del que habíamos oído hablar maravillas. La comida fue deliciosa, y continuamos nuestra conversación, compartiendo historias y sueños. Este momento, repleto de risas y complicidad, reafirmó lo valiosa que es su amistad para mí.

Al final de la noche, caminamos bajo las estrellas, sintiendo que cada instante juntas era un tesoro. El día con Brianna no solo sirvió para pasar el tiempo, sino que también refuerza los lazos que nos unen, recordándome la importancia de tener personas especiales en nuestra vida. Así termino un más, lleno de recuerdos y momentos compartidos que recordaré por siempre.
Cuando llego a casa esa noche, algo dentro de mí seguía agitado.

No era tristeza ni alegría. Era esa extraña mezcla que surge cuando todo parece ir bien, pero hay algo pendiente que se asoma como una sombra en medio de la calma. Pienso en Dante, en Brianna, en todo lo que me hacían sentir. Pero también en él. En mi padre, lo cual resulta un poco extraño últimamente.

No hemos hablado mucho. De hecho, casi nada. Y cuando lo hacemos, siento que cada palabra es un puente medio roto que ninguno de los dos sabe cómo cruzar.

Me meto en la cama sin decir mucho. Respondo un mensaje de Dante con un todo bien, solo cansado, que sabía que él no creería del todo. Pero no insistió, y agradecí el espacio que me daba para pensar.

A la mañana siguiente, mientras desayunaba algo rápido, mi padre apareció en la cocina. Tenía el mismo gesto nervioso de siempre, pero algo en sus ojos era diferente. Como si hubiera estado ensayando lo que iba a decirme durante un par de días.

—Pensé… —dice, con la voz algo temblorosa.

—Que podríamos hacer algo hoy. Tú y yo.

Levanto la mirada, sorprendido.

—¿Algo?

—Sí. Salir. Hablar. Lo que sea. Solo… pasar el día como padre e hijo, ya que nunca hemos compartido después de la muerte de mamá.
Me quedo en silencio unos segundos. No estaba seguro si era una trampa emocional o un intento genuino de acercarse. Pero por primera vez en mucho tiempo, decido arriesgarme.

—Está bien —digo
—. Acepto.
Después de mi desayuno, regreso a mi habitación a buscar una chaqueta, agarro mi móvil y salgo de la habitación. Camino hasta el salón, donde, junto a mi padre, salimos de casa
Subimos a su auto. No habló mucho, y yo tampoco. El silencio nos acompaña durante todo el trayecto, hasta que llegamos a una cafetería de barrio, la misma que solía visitar en mi infancia. Me sorprendió que aún siguiera abierta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.