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La casa estaba tranquila cuando llegué, con las luces apagadas y el aire fresco entrando por la ventana abierta. Me quité las zapatillas y dejé mi bolso sobre la mesa de la cocina, sintiendo una ligera fatiga en los hombros por todo el trabajo del día. Había sido uno de esos días intensos, con la pintura fluyendo y la tensión constante en el aire.
Pero al final del día, no podía dejar de pensar en lo que había sucedido en el taller, en Lex, en todo lo raro que había ocurrido con él últimamente.
Mi hermana, Valentina, salió del salón al oírme entrar.
—¿Qué tal, hermanita? —me preguntó con su habitual tono juguetón, mientras recogía un vaso vacío sobre la mesa—. ¿Qué tal el mural?
Me recosté en el respaldo de la silla, frotándome las sienes.
—Bien… más o menos. —Hice una pausa, sintiéndome extraña—. Hay algo raro en lo que pasó hoy.
Valentina se sentó frente a mí, en una silla que siempre parecía estar ocupada solo por ella. Me miró, divertida, como si supiera que venía una historia peculiar.
—¿Algo raro? —preguntó, arqueando una ceja—. A ver, suelta.
—¿Recuerdas el lado del taller, donde había un montón de cosas rotas? —le pregunté, sin mirar directamente, como si me avergonzara hablar de ello—. Pues Lex… Lex fue hoy y lo arregló.
Valentina soltó un pequeño suspiro, asintiendo lentamente, pero su expresión cambió a una mezcla de sorpresa y confusión.
—¿Lex? —repitió, como si necesitara comprobar si lo había entendido bien—. ¿El mismo Lex que es un muro de hielo, que no tiene tiempo para eso? ¿Ese Lex?
Exactamente ese Lex.
—Sí, ese mismo. —Suspiré, aún incapaz de entender qué lo había motivado—. El lado que nadie tocaba, lleno de escombros y polvo. Y cuando llegué hoy, todo estaba renovado. Había pintura nueva, paredes limpias, hasta había colocado un par de estantes para que todo tuviera un orden.
Valentina me miró detenidamente, cruzando los brazos sobre el pecho.
—Eso suena… raro. —Su tono era escéptico—. Y no por el hecho de que lo haya hecho, sino porque Lex no hace esas cosas. ¿Qué fue lo que lo motivó a hacerlo? ¿Es para algo? ¿Para que alguien lo vea?
Fruncí el ceño, confundida.
—No lo sé… —Respondí, pensativa—. Tal vez lo hizo porque me vio trabajar allí y pensó que necesitaba un espacio mejor… ¿quién sabe? De todos modos, no me pidió nada a cambio. Nadie le dijo que lo hiciera, solo lo hizo.
Mi hermana se inclinó hacia adelante, observando mi cara con intensidad. Como si tratara de leerme.
—A ver, ¿tú crees que eso es normal en Lex? —Su mirada era penetrante, y por un momento me sentí un poco vulnerable bajo su escrutinio—. No es de su tipo hacer esas cosas. Nunca ha mostrado interés por los demás. Siempre es frío, distante, ni siquiera se involucra con nadie. ¿Qué crees que pasa ahí?
Mi mente se llenó de pensamientos contradictorios. No entendía lo que Lex estaba haciendo. Podía estar equivocado, pero había algo en ese gesto que parecía más personal que una simple acción. Tal vez había algo más detrás de todo eso.
—No lo sé —dije finalmente, con un suspiro—. Pero… hay algo raro en cómo se comporta últimamente. No sé si es solo porque soy una "chica rara" o algo más. Pero… sí, hay algo en su actitud que no entiendo.
Valentina se quedó en silencio por un momento, pensativa.
—¿Y tú qué sientes cuando estás cerca de él? —me preguntó, en tono más suave, como si la respuesta fuera más importante que el hecho en sí.
Mi respiración se aceleró ligeramente mientras pensaba en las veces que lo había observado. Las veces que me había sentido incómoda, pero también esas pequeñas señales de… algo más. ¿Qué era eso?
—No estoy segura. A veces siento que me está observando, pero no sé si es por curiosidad o por algo más. —Me encogí de hombros, buscando una respuesta que no tenía—. Pero me hace sentir… como si realmente me estuviera prestando atención. A su manera.
Valentina se quedó callada, masticando esas palabras por un momento.
—Hmm… creo que no te está tratando como el resto. —Su tono se suavizó, y sonrió de manera traviesa—. Lo cual, en su mundo, es un gran avance.
Me reí ligeramente, pero la sensación de incertidumbre seguía flotando en el aire. ¿Realmente estaba comenzando a importarme lo que pensaba Lex?