A ciento vente latidos

Capítulo 36 — "¿Seguro que no es tu novia, Lex?"

LEX

Me escabullí hacia la esquina más alejada de la cocina.
Casi podía sentir el peso de las miradas sobre mí, como si todos quisieran seguir jodiéndome.

Estaba a punto de gruñirle a cualquiera que se me acercara cuando vi que el jefeHarrison— entró a la cocina.

Con su caminar lento y ese aire de tipo que había visto demasiadas cosas, barrió la habitación con una mirada.
Y luego... claro.
Sus ojos se posaron en Cat, desayunando en silencio, y en mí, escondido en un rincón como si fuera un niño castigado.

Harrison soltó una risa baja y caminó hacia donde estaba yo.

¿Y tú qué? —preguntó en voz baja, con una sonrisita ladeada—. ¿Planeando la boda o apenas están en la fase de los desayunos románticos?

Sentí que me atragantaba con el aire.

¡No es mi novia! —espeté, más alto de lo que debía. De nuevo.

Ben, Nate, y los otros bufaron de la risa detrás de nosotros.

Harrison alzó las manos, como diciendo “calma”.

Tranquilo, campeón. Solo bromeaba. —Pausó, mirándome con esa jodida mirada suya que parecía ver más de lo que mostraba—. Pero... es curioso. Nunca te vi preocuparte por si alguien podía comer o no.

Fruncí el ceño, clavando la vista en el piso.

Me da igual. Solo... solo no quería que vomitara o algo.
Ajá. —El jefe soltó otra risita escéptica, dándome un golpecito en el hombro—. Claro. Te importa muchísimo su estómago, no su sonrisa.

Apreté la mandíbula.

Cat levantó la cabeza en ese momento, mirándonos curiosa.
Vi su carita redonda, su expresión tranquila pero alerta, como si tratara de entender qué estaba pasando.

Harrison me dio otro golpe en la espalda.

Cuídala, Lex. —me dijo en voz baja—. La gente como ella es un tipo raro de especial. No siempre entienden por qué, pero te terminan importando.

Me quedé quieto.

No dije nada.
No podía.

Solo vi cómo Cat volvía a bajar la cabeza para seguir comiendo su desayuno, ajena al caos que estaba causando en mí.

Y por primera vez en años, sentí que algo en mi pecho se movía de una manera que no sabía explicar.

Y no me gustaba.
Para nada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.