A Darkest Heart

Love. II

Iris.

     Con el tiempo fui mejorando mis habilidades como bruja, Lucifer me daba órdenes básicas como robar, tentar a los humanos, embrujar, manejar los cuatro elementos…lo típico.

         Me enteré también de que aquel muchacho que lo acompañaba era su hermano Exael, príncipe del inframundo y era el demonio en quien más confiaba Lucifer, él se encargaba de supervisar a todas sus ovejas y que ninguna se saliera del rebaño. Formamos una amistad de inmediato, me enseñaba lo fundamental para sobrevivir y me daba herramientas para pasar desapercibida por los ángeles…

         1471, el peor año de mi vida… mis hermanos tal y como había dicho lucifer vivieron plenamente sin preocupaciones, tuvieron su descendencia y yo viví alejada de todos ellos, no podía y tampoco quería que fueran influenciados por mi nueva realidad. Veía a mis sobrinos crecer y seguir con su vida, todos felices y sin preocupaciones, formaron parte de la tan prestigiosa élite francesa que las comodidades abundaban en comparación a como fue nuestro comienzo.

         Pero de eso no quería hablarles, ese año fue uno que marcó mi eternidad… Exael se había convertido en mi mayor confidente y en esos tiempos fuimos ambos los que tuvieron que ser consolados.

         La nueva misión de Lucifer consistía en que nosotros pactáramos con humanos, un contrato post muerte… ellos escogerían ir al infierno en vez de ir al cielo…les prometíamos miles de tentaciones, asegurándoles lo mejor de lo mejor, tantas cosas que nunca se arrepentirían de habernos escogido. Con Exael éramos de los mejores junto con la nueva oveja “Endora”, hacíamos de las nuestras en la tierra, profanamos a cada humano, endulzando su oído para que escogieran el inframundo, no era muy difícil, ya que todos tenemos algo oscuro en nuestro interior…solo hay que ver que nos parece mejor.

         Fue uno de esos días de reclutamiento que lo conocí a él… Dither Moreau era el humano más increíble que yo había conocido en mis 100 años de vida…era dulce, gentil, cariñoso, siempre pendiente de la comunidad, era un fiel seguidor de la iglesia y las buenas conductas… sus ojos verdes celestes sin duda se habían clavado en mi oscuro corazón, le pertenecía. Lo había conocido en una casa señorial perteneciente a mis familiares, me había infiltrado es esa fiesta para seguir las órdenes de Lucifer, él pertenecía a una de las familias más influyentes de Francia, tenía un linaje que lo hacía casi familiar de los reyes…pero muy diferente a los burgueses, era el humano más puro que existía. Ese día en la gala, me invitó a bailar, fue inevitable la conexión que tuvimos…”fue hecha por el destino” pensaba…cuán equivocada estaba.

         Conversamos de miles de temas, sus gustos, aficiones, sus sueños, todo…y eso que solo éramos recién conocidos. Exael estaba en esa fiesta, ese día conoce a Emma…hermana de Dither, sin duda era digno de un cuadro de drama romano, todo parecía correcto. No había ningún impedimento en que nosotros como seres del inframundo estuviésemos con humanos, pero eran ellos los que nos debían escoger.

         Con el tiempo, y junto a más salidas a su lado, fui mostrándole mi verdadera naturaleza, la maldad que existía en mí, la oscuridad que invadía mi alma…y él me aceptaba tal como era. Y también experimentaba conmigo los inmensos pecados libidinales que existían en la tierra, era escalofriante lo perfecto que encajábamos, lo perfectos que éramos el uno para el otro.

         Nuestras salidas eran clandestinas, a pesar de que sentía que lo estaba corrompiendo, que a simple vista podría decirse que se estaba convirtiendo en un digno siervo del mal, esa dulzura tan característica del…es pureza… nunca se iba, permanecía fielmente en su interior.

         Los años pasaban, y lo amaba profundamente…cada día a su lado eran los mejores de mi existencia, “había conocido a la persona correcta”, le confesaba a Exael en nuestros encuentros, a los que él siempre respondía: “ambos lo hicimos”. Es ahora cuando pienso que el amor de verdad ciega a la persona, el amor se convierte en un hechizo agobiante, ingenuo, que inunda cada célula viviente en nuestro cuerpo, nos vuelve estúpidos, locos, nublados por esta descarga de dopamina…nos transformaba en débiles seres sin carácter.

         Había pasado un tiempo sin ver a Dither, ninguna carta llegaba a mi hogar, Exael tampoco recibía respuestas de Emma… presentíamos que algo estaba mal…y así fue. En toda la ciudad se propagó la noticia del gran casamiento doble de los hermanos Moreau…él se casaría con la heredera al trono y ella sería enviada al reino Otomano a casarse con el heredero a Sultán. No podíamos creerlo, podía sentir como nuestro corazón se quebraba en mil pedazos, no podía ser posible, simplemente no se podía fingir que no nos querían, era ilógico. Estábamos estupefactos, necesitábamos saber si era real esta nueva noticia… clandestinamente nos introdujimos a la casa señorial de los Moreau, ambos estaban en la sala de estar…era como si nos estuvieran esperando.

         Al vernos ni se inmutaron, solo estaban pacíficamente mirándonos, sin ninguna clase de emoción en sus ojos…

-       ¿Qué significa todo esto?- le pregunto a Dither- ¿es verdad que te casarás con la heredera?

No me responde, se queda en silencio por unos segundos…segundos totalmente agonizantes, que me agobiaban y no me dejaba retener las lágrimas que salían sin autorización…Sentía que lo poco que me quedaba de corazón se iba extinguiendo por cada segundo que pasaba y no respondía…




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