Iris.
Como suponíamos, al llegar al inframundo Lucifer estaba hecho furia, nunca lo había visto tan enojado como ese día, pero entendía a la perfección, fuimos ingenuos y arriesgamos nuestro mundo por “amor”. Ese amor tan venenoso que nos tocó vivir.
Lucifer como era de esperar contaba los segundos para poder castigarnos, teníamos un pacto con el cielo, y nosotros lo habíamos roto. Ahora estábamos en guerra y quizá cuántos años nos tomaría para volver a la paz que había existido hasta ese momento.
- Lo que habéis hecho no tiene perdón, tú... mi propio hermano, fuiste un ingenuo, tantas veces te dije que tenías que tener cuidado, el corazón es lo más débil que nosotros los demonios siempre tendremos, y ahora por su incompetencia iniciamos una guerra con el cielo y ustedes no serán excluidos de esto.
El castigo que recibió Lucifer -y con el su hermano Exael- al caer del cielo, no fue arrebatarles las alas de ángel, sino que fue maldecido por el dios de arriba, esa maldición se iba a propagar en toda su descendencia y seguidores…esa maldición era el amor. Cuando alguno de nosotros lo hiciera nuestro juicio estaría obnubilado, entregariamos todo de nosotros hacia esa persona, nuestro corazon quedaria enlazado para siempre y sufririamos un monton, si nos enamorábamos caeríamos en la obsesión, si nos enamorábamos significaría que existe algo de luz en nuestra alma oscura.
No le habíamos tomado el peso de esas palabras hasta que nos pasó…hasta que nos enamoramos completamente del enemigo, y eso me enojaba aún más, no quería que mis sentidos entrarán en una morfina constante…pero dure años en ese estado creyendo estúpidamente que él sentía lo mismo por mí.
- Ahora esto haremos…Exael te iras de Europa….- le dice seriamente, su mandibula estaba tensa...nuestro rey estaba enojadisimo-
No podía creerlo… y cuando miro a mi mejor amigo veo en su rostro que no puede hacer nada más que obedecer las órdenes de su hermano. Habíamos pecado y esto teníamos que asumirlo sin rechistar.
- Tu…Iris trabajaras lejos de Francia, te enviaré junto a Endora a la zona de catástrofes…te enviaré a América…necesito que ambos estén en esos lugares encontrando información de los pasos de los ángeles, serán mis ojos y oídos y me comunicaran todo cuando los llame. Por su culpa ahora tenemos que ser precavidos en la tierra y recolectar la mayoría de los seguidores que podamos, eso estará en sus manos- nos dice mirándonos junto a Endora- No haremos nada, esperaremos los movimientos de los ángeles.
Sin más que decir, Lucifer se retira a sus aposentos y Endora va tras de él…con Exael nos mantenemos en el mismo lugar…nos había separado, por nuestra insensatez habíamos arriesgado nuestra amistad.
Una parte de mi pecho dolía inmensamente, Exael era alguien indispensable para mí, había crecido a su lado y todo lo que conozco es gracias a él…de alguna forma conocí el amor a su lado.
- Te extrañare un montón Exael, por mi culpa ahora no estaremos juntos- le confieso sin mirarlo a los ojos, me avergonzaba mi comportamiento, las palabras humillantes de preguntar si me amaba Dither recorren mi memoria y mi pecho se oprime ante el recuerdo-
- No pienses así pequeña…-lo miro directamente a sus preciosos ojos azules, digno color que solo posee los descendientes de la realeza- tenemos una eternidad para reencontrarnos, ahora solo tenemos que cumplir nuestra misión como es debido.- dirige su mirada al suelo, todo esto es tan surrealista que me pesa, tanto él como yo hemos sufrido de la peor manera y eso que éramos demonios…nosotros sabíamos lo que era el dolor.-
Veo como se da media vuelta y comienza a caminae, sus alas aún expuestas se arrastran por el piso del infierno…su espalda aun encorvada hace reflejar su sufrimiento…nuestras decisiones no solo nos afectaron a nosotros, sino a toda nuestra familia oscura. Sin poder evitarlo, voy corriendo a su lado y lo abrazo desde la espalda, el se queda quieto, no mueve ningún músculo…no es normal que nos demos estas muestras de afecto, pero lo necesitaba…necesitaba el apoyo de una persona que pasó lo mismo que yo…Exael como siempre, adivina mis intenciones y veo como de apoco sus alas desaparecen, se da media vuelta y corresponde a mi abrazo. En su pecho mis lágrimas vuelven a salir. La experiencia de un corazón roto era la peor que se podía experimentar, era un dolor desgarrador y agonizante…ese dolor era el peso de la maldición…una maldición que nos hace enamorarnos el doble y sufrir el triple. No quería volver a sentir esto nunca más, y Dither pagaría todo lo que causó.
Exael me hace tranquilizar, dando caricias en mi espalda, transmite una energía reconfortante, que de apoco me van calmando, después de un rato se despega de mi lado, sus manos van a mi cara y linpia las lagrimas de mis mejillas...nos hace pegar frente con frente…cierro los ojos ante su contacto…mi mayor apoyo, mi confidente, mi mejor amigo, se iba…
Nuestras narices estaban rozándose, estábamos demasiado cerca, su aliento se mezclaba con el mío, eso hizo que algo en mi se deshiciera, mi piel se erizó ante su contacto. Pero luego un vacío se instaló en mi ser cuando él se separa de mí… en sus ojos veo el dolor de toda esta situación, tanto lo de Emma como lo de Lucifer y lo de nosotros, pero era el precio a pagar por nuestro pecado. Me da un último beso en la mejilla y fue esa la última sensación que me quedó de él…ese último tacto fue lo que me dejó Exael en su despedida…