A destiempo...

Capítulo 4 ¿ACASO ESTABA CELOSO?

Un año después…..

- ¡Rossi! -.

- ¡Dani! -.

- No sabes cuánto me alegro de oirte. Ha pasado un año desde la última vez nos hablábamos. ¿Cómo estuvo tu viaje? -. Rocío venía llegando al país luego de haber estado un tiempo fuera, tiempo en que había perdido contacto con sus tres mosqueteros pero que estaba dispuesta a recuperar. Solo Dani sabía un poco de su vida cuando le enviaba mensajes de vez en cuando, pero nada más. Algo que le avergonzaba enormemente. Se sentía una ingrata.

- Tengo muchas cosas que contarte mi Dani linda, pero ahora necesito urgente ir a mi departamento, dejar mis maletas, tomar un laaaargo baño y dormir plácidamente en mi cama hasta mañana. Luego nos hablamos para juntarnos, ¿te parece? -. 

- Tranquila, no te preocupes. Tú descansa. Ya tendremos tiempo de charlar -. Con eso cortaron la llamada.

 

Después del episodio con Agustín, Rocío quiso tomarse un año sabático. Se fue a Paris en donde hizo un montón de amigos, recorrió muchos lugares turísticos, se enamoró de la moda parisina y se reconcilió con el amor. Tuvo un par de noviazgos efímeros que le hicieron olvidar a Agustín y le permitieron ver la vida con otros ojos. Se había vuelto una mujer alegre, divertida, sencilla y audaz. Había vuelto con el claro objetivo de llegar a ser una famosa diseñadora de modas. Sabía que no sería fácil, pero al menos contaba con recursos para empezar gracias a su familia.

Su abuelo era Raimundo Müller, ex marino que alcanzó el grado de Vicealmirante. Grado que le permitió acumular un elevado patrimonio que fue heredando a sus descendientes, es decir, a su tío Emilio y a su madre Constanza. Su padre, Roberto Toledo, no venía de una familia de estatus, pero aun así, tenía una empresa de Transportes marítimos que le dejaba una muy buena ganancia anual que le permitía a su hermano Benjamín seguir el legado militar de la familia Müller. De hecho, estaba estudiando para ser Médico Naval.

Cuando se fue a Paris con solo 18 años, no tenía claro qué quería hacer de su vida. Claramente su partida tuvo mucho que ver con olvidar a Agustín, cosa que al parecer consiguió con éxito. Ahora que había vuelto, tenía las cosas claras. Entraría a la universidad a estudiar diseño de vestuario, luego abriría su propia tienda y crearía una marca que estuviera a la par de las mejores del mundo. Incluso ya sabía qué nombre le colocaría…..”Ross Müller”, o simplemente, “R.M.”  No quería usar el apellido de su padre porque creía que sonaba más atrevido el de su madre. Cosas de mujeres….

 

El año estaba a punto de comenzar. Ya se había matriculado en la universidad. Ahora solo le quedaba apuntarse en las diferentes materias y hacer el reconocimiento de salas. No quería perderse en el primer día.

Estaba caminando por la facultad buscando dónde se realizaba cada clase cuando de repente sintió que alguien la tomaba por el brazo.

- ¿Rossi?, ¡¡no puedo creerlo, eres tú!! -. Un abrazo fuerte y cariñoso la envolvió por completo.

- ¿Agus?, ¡pero qué sorpresa! No me digas que estudias aquí también -. Sin duda era una maravillosa coincidencia. Con ello ya retomaba el contacto con dos de los mosqueteros perdidos.

- Sí, estoy en segundo año de Administración de Empresas, ¿y tú? ¿recién comienzas? -. Preguntó con curiosidad Agustín.

- Sï, acabo de matricularme en Diseño de Vestuario. Este será mi primer año - . Rocío no cabía en sí de emoción ante la prespectiva de estudiar lo que quería pero también de compartir facultad con su querido amigo Agustín.

- No sabes el gusto que me da volverte a ver. Fue muy doloroso para mi perder comunicación contigo después de graduarnos de la escuela. Primero se fue Manu y luego te fuiste tú sin despedirte tampoco. Solo supe de ti a través de Dani. Ella me contaba en dónde estabas o qué hacías cuando le enviabas algunos mensajes, pero yo esperaba que tú me llamaras o me escribieras. No fue un buen año para mí - reconoció con pesar -  y necesitaba urgente a mi mejor amiga - .

- ¿Qué pasó Agus? - . Le preguntó acariciando su cabello dulcemente,  retomando así el papel de amiga que había dejado atrás hacía tanto tiempo ya.

- Lucía. Eso me pasó. Yo me enamoré mucho de ella y pensaba que ella también me amaba, pero de pronto, empezó a alejarse de mí sin motivos. La veía molesta pero no me decía el por qué, hasta que un día, simplemente terminó conmigo y se fue, al igual que lo hiciste tú y Manu. Ninguno me dio ninguna explicación del por qué de sus respectivas partidas. Manu ya no está. Lucía tampoco. Ahora solo tú estás frente a mí. ¿Puedes decirme por qué te fuiste? Al menos me debes una respuesta - . Rocío no sabía si decirle o no. Lo pensó por un momento y prefirió callar la verdadera razón. Pensó que si se sinceraba con él, él se sentiría más miserable aún, sobre todo porque la razón original de su partida ya no existía. Ya no lo amaba.

- Solo quise irme a conocer Paris y divertirme. Soy joven aún, mequetrefe. A mis 19 años aún me queda mucho por recorrer. Estoy recién empezando mi vida -. Sonaba creíble. Y era cierto que esa era en parte la razón. Total..... nunca ha valido la pena vivir del pasado y ella no lo traería a colación.

- ¿Volviste para quedarte, tontuela? -. Agustín no quería siquiera pensar que aquel encuentro sería temporal. No iba a dejar que su amiga se fuera otra vez. No si dependía de él.



#4741 en Novela romántica

En el texto hay: drama, amor, amistad

Editado: 04.05.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.