A destiempo...

Capítulo 14 ESA NOCHE NO VOLVIÓ

Con la ayuda de la gente que aún pasaba por ahí buscando saciar su sed en algún bar, logró subir a Agustín al auto y llevarlo al hospital. Si bien el golpe no había sido extremadamente fuerte, le preocupaba que aún lo mantuviera inconsciente. Se quedó junto a él unas horas. Quería estar a su lado cuando despertara, pero no pudo porque se le había hecho la hora en que debía ir a buscar a Martín a la casa de su amigo. Fue durante su ausencia que Agustín al fin se despabiló.

- Buen día, Señor Salvatierra, al fin despertó. - Le dijo la enfermera, una chica de unos veintitantos, de carácter jovial pero muy profesional con su trabajo.

- ¡Mi…. mi amiga! ¿La ha visto? ¿Está bien? - Estaba preocupado. No tenía idea de lo que había pasado con ella luego de que él se desvaneciera.

- Sí señor, está bien y no se despegó de usted hasta hace muy poco. Me pidió que, si usted despertaba, le dijera que iba y volvía, que debía ir por su hijo y que esperaba verlo consciente cuando regresara. Pensé que era su esposa. - Le dijo la enfermera avergonzada por haber pensado aquello y más aún por haberlo verbalizado.

- Jajajaja, no lo es, pero espero salir de aquí para proponérselo. - La sonrisa se adhirió al rostro de Agustín.

La enfermera le sonrió lastimeramente, algo que le pareció raro dada la felicidad contenida en esa propuesta, pero no le dio mayor importancia porque en ese momento sentía mucho dolor en el estómago. Se sentía débil, como si un camión lo hubiese arrollado. No podía creer lo enclenque que era por haberse desmayado con solo un golpe de ese hombre. ¿Qué clase de zopenco reacciona así? Estaba en esa pelea interna cuando el médico le interrumpió. No se había dado cuenta que la enfermera ya no estaba a su lado.

- Señor Salvatierra, ¿cierto? - Preguntó sin siquiera mirarlo a la cara.

- Sí, soy yo. - Le dijo sin poder borrar aún la sonrisa que tenía.

- ¿Cómo amaneció?

- Con mucho dolor de estómago, Doctor. - Inconscientemente llevó su mano derecha al abdomen y se sobó suavemente intentando apaciguar el dolor.

- Es comprensible dada su condición. 

- ¿Mi condición? - ¿Había oído mal?

- Verá, Señor Salvatierra, como médico, nunca es fácil dar un diagnóstico tan demoledor a un paciente, pero es mejor ser directos que perder tiempo en tratar de adornar una verdad que es horrible por donde se lo mire. - El doctor por fin decidió que era momento de mirarlo a los ojos.

- Sigo sin entender qué quiere decir. - Era sabido que la escritura de los médicos era difícil de entender, pero acababa de comprender que lo mismo aplicaba a las explicaciones. Al menos en lo que a ese médico se refería.

- Los exámenes de rigor que le practicamos cuando llegó a nuestro establecimiento hospitalario, arrojaron que usted padece de cáncer gástrico en etapa IV. Eso quiere decir que…..

- Que ya se ha propagado a otros órganos sin posibilidad de revertir la situación, ¿no es cierto? - Lo interrumpió.

- Veo que está al tanto del tema.

- Mi padre y mi tía murieron por la misma causa. - Sí. Aquello estaba resultando tremendamente demoledor.

- Lamentablemente el cáncer se ha ramificado a los ganglios linfáticos, el hígado y los pulmones. 

- ¡Pero si nunca sentí ningún dolor! ¡¿Cómo es posible que esté pasándome esto? ¡¡Debe ser un error!! - Estaba soñando. Estaba seguro que estaba soñando. Algo así no podía estar pasándole justo ahora. 

- En la mayoría de los casos, el cáncer gástrico es imperceptible en sus inicios y no se manifiesta hasta cuando ya se ha ramificado a otros órganos, como es su caso. El golpe que recibió le dio la oportunidad de enterarse de lo que su cuerpo está padeciendo. Véalo como una oportunidad de cerrar etapas y cumplir sueños que más adelante no podrá rea....

- ¿Cuánto tiempo me queda? - Lo interrumpió.

- Siendo positivos, unos seis meses como máximo si se realiza el tratamiento adecuado.

- ¿Y para qué si mi suerte está echada? Ningún tratamiento podrá revertir el pronóstico que tengo, ¿o sí? - Rogaba para que el médico le dijera que sí, que le diera una esperanza. La necesitaba para cumplir su mayor sueño..... 

- Es simplemente para darle un poco más de tiempo…. nada más.

- Le pido, por favor, que mantenga esta información confidencial y no se la haga saber a la señorita que estaba conmigo. Ella vendrá por mí, pero no quiero que se entere de mi situación. - Ella no podía enterarse. 

- Como usted lo prefiera. - Cerrando su carpeta con las fichas de sus pacientes, el doctor se dio la vuelta y se fue dejando a Agustín sumido en un pensamiento de absoluta incredulidad, tratando de asumir las palabras tan desgarradoras que acababa de escuchar.

No cabía en su mente cómo el destino podía ser tan cruel con él y Rocío. Habían pasado su vida amándose a destiempo sin que ninguno de ellos se hubiera dado cuenta y ahora que por fin sus tiempos coincidían, no tendrían la oportunidad de ser la familia que había soñado tantas veces ni de amarse por el resto de sus vidas porque ¡¡eso era justamente lo que no tendría!!….. ni tiempo.... ni vida.



#29893 en Novela romántica

En el texto hay: drama, amor, amistad

Editado: 04.05.2022

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