A Donde Vayas

¿Necesitas Espacio? Parte II

El lugar está muy oscuro; esto no se parece en nada a mi habitación. No sonó mi alarma y Jeff no entró golpeando la puerta como siempre. Esto es raro.

Se siente frío y rígido. ¿En dónde estoy? Me duele muchísimo el cuello y tengo una sensación de punzadas en la espalda. Mierda, sí que está haciendo frío.

⎯Por fin despiertas. 

¿Acaso es mi imaginación? Alguien habló cerca de mí. Una voz tenue, delicada, pero fuerte. ¿Qué es esto?

⎯Te estoy hablando, ¿por qué no contestas?

¡Mierda. Estoy volviéndome loco! Sabía que pude haber tenido una secuela de mis crisis y por el ambiente en el que vivo, pero no esperaba algo comenzara con escuchar voces.

⎯¡Oye, estoy aquí!

Me enderezo asustado y bañado en sudor. Mi respiración es agitada y hay poco que alcanzo a ver a simple vista. Todo está muy oscuro; solo por los barrotes de mi lado izquierdo se puede tener acceso a cierto tipo de luz.

⎯Por fin reaccionas, ya me había asustado.

⎯Qué... ¿Qué es todo esto...? ¿Dónde estoy...?

⎯No sé, ¡pero ya me está cansando estar tanto tiempo encerrada!

Como pensaba; no logro ver a nadie cerca. Recorro con la vista la parte superior de la celda en busca de una silueta distinguible pero sigo sin ver nada con una figura humana o algo por el estilo.

⎯¿Quién eres?

⎯Cuando hablas con alguien, tienes que mirarlos, si no lo haces, no logran congeniar. ¿Qué te enseñaron de pequeño?

Intento buscar la fuente de la voz pero el lugar es tan pequeño que el eco que hay me impide encontrar un punto exacto.

⎯¿Eres un ser inter dimensional que interactúa con los mortales de este plano mediante conexiones neuronales o solo eres parte de mi imaginación, producto de todos los antecedentes de mi vida y los constantes abusos de los que he formado parte, solo manifestando una voz como solución a un trauma o evento que prefiero suprimir?

⎯¿Qué?

⎯Déjate ver, y entonces tu existencia quedará ratificada como benévola o perjudicial.

Muy cerca de mí, escuché pisadas livianas y suaves caminando despacio. Lo siguiente que sentí fue un fuerte golpe en mi nuca que casi me deja inconsciente.

⎯¡¡Estoy aquí, degenerado!!

Me recuesto en la cama de piedra en la que desperté y me retuerzo del dolor, además de gritar blasfemias a una deidad en la que no creo. Finalmente escucho los mismos pasos alejarse y logro identificar la fuente de aquella misteriosa voz que me estuvo hablando, y lógicamente la perpetradora de este crimen que fue golpearme sin previo aviso.

En una esquina de la celda, a duras penas se podía divisar los relieves de una persona sentada ahí. Si no me equivoco, está apoyando su brazo sobre su rodilla y puedo notar por la voz que es una mujer.

La luz es extremadamente débil, pero puedo ver con un poco de claridad; se ve que es de estatura ni tan baja ni tan alta, y tiene algunas líneas de su cabello negro mate tintado de rubio.

Por la silueta que proyecta su cuerpo, la veo delgada; un cuerpo no tan exagerado en proporciones y de rostro algo pequeño, acoplado a su tamaño. Lejos de detalles banales, no se lograba ver nada más.

⎯¡¡¿Qué mierda te pasa tan de repente?!!

⎯¡¡Es tu culpa por no reconocerme!! ¡¡Te grité por casi diez minutos y cuando finalmente despiertas no me encuentras!! ¡¡¿Tienes idea de lo estresante que fue?!!

⎯¡¡Me importa un carajo tu estrés, eso no te da derecho a golpear a quien te dé la gana!!

Pasaron unos segundos de silencio con una tensión abrumadora en el ambiente, hasta que ella interrumpió el momento.

⎯¿Qué fue todo eso de dimensiones o traumas? ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? ⎯Sé que intentó ocultarlo, pero su sarcasmo se notaría a kilómetros.

⎯Solo olvídalo...

⎯Estuve llamándote todo el tiempo, ¿Qué te ocurre?

⎯¿Y cómo esperabas que te viera si estás ahí, justo en el punto donde la luz está más lejana?⎯Pues, intuición, ¿o no? ⎯Me da la impresión de que no es muy lista.

⎯En fin, ¿Qué es este lugar? ⎯Me puse de pie y recorrí el cuarto tratando de no tropezarme con nada.

⎯Como te vi durmiendo tan plácidamente, pensé que tú lo sabrías.

⎯No, no sé.

Nuevamente, un silencio bastante incómodo se prolongó entre nosotros mientras intentaba inferir en qué clase de chiste me acababa de envolver. De imprevisto, ella comienza a correr alrededor mío, como si buscara algo.

⎯¿Qué se supone que haces?

⎯Oye, oye, ¿Cómo te llamas? 

⎯¿Debo responder?

⎯Pues sí. Estamos juntos en esto, ¿no? ¡Ambos estamos encerrados, así que llevémonos bien para salir de esta!

⎯No podría importarme menos. Además, estamos encerrados; no hay mucho que podamos hacer.

⎯Como sea, no pienso quedarme aquí, ¿me ayudas a escapar?

⎯Sí, seguro, ¿no quieres una galleta también? ⎯De nuevo, regresé a la cama de piedra.

⎯¡¿En serio no vas a ayudarme?! ¡¿Qué tal si nos tienen aquí para matarnos?! ¡¿Note interesa escapar?!

⎯Si quieren matarme, pueden hacerlo, les doy permiso.

⎯Estás trastornado. ¡Si logro salir, no esperes a que venga a salvarte el trasero, enfermo suicida!

⎯Solo si logras salir.

⎯¡Jah! ¡Cállate y mira!

No le presté tanta atención, pero pasaba escuchando sus gritos y quejas de que nada salía bien. También me pareció escuchar el sonido que hacen las rejas eléctricas cuando alguien las toca.

⎯¡¡¡Auch!!! ⎯aunque tenía los ojos cerrados, supe que me estaba mirando⎯. ¡Que sepas que no estoy pidiendo tu ayuda!

⎯Como si me importara...

Seguía intentando abrir la cerradura y recibiendo cargas eléctricas de los barrotes, aún con esa idea infantil de que lograría escapar. Llegó un momento en el que incluso yo pensé que podría hacerlo, pero las esperanzas se esfumaron en dos segundos con la intervención de alguien más salido de la nada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.