A Flor de Piel

CAPÍTULO 5 - LA APRENDIZ DE ERIC

«¿Estoy muerta?». Pude ver desde arriba al tutor Joaquín examinándome los ojos, mientras Eric me sostenía en brazos y preguntaba:

—¿Y entonces? ¿Qué tal lo hizo?

—Hmm —Revisó las anotaciones—, bien, más que bien.  La mayoría de los miedos que presentó desaparecerán casi por completo cuando empieces a entrenarla, además de que, si desea quedarse, tendrá que superarlos casi obligada. —Me observó, detallando mi semblante contraído—. Es fuerte. Los resistió todos.

—Si es así, ¿entonces por qué se desmayó? —demandó información que le aclarara qué tan «bien» lo pude haber hecho—. ¿Significa que deberá presentar una segunda la prueba?

Joaquín giró los ojos considerando la posibilidad.

—No creo, pero lo más probable es que la directora autorice un despeje que garantice que puede mantener comunicación telepática con alguien más. Pero... —Revisó la planilla— incluso sometida a presión pudo hablarme y escucharme. —Colocó el portapapeles en la mesa—. Ella no necesita hacer más nada. Está aprobada con el primer intento. Pero ya conoces a la directora. —Inhaló profundamente—. No le gustan las cosas a medias. O es sí o es no.

—No me has contestado por qué se desmayó.

—Se desmayó porque tocó sus fobias. A diferencia del miedo, que se supera con voluntad propia, las fobias requieren de un tratamiento. Nadie las supera tan fácilmente. Deberías saberlo mejor que yo, Eric. —Joaquín elevó una ceja—. ¿O es que estás tan nervioso que no piensas con claridad?

—Vamos... es mi primera aprendiz. —Me miró con aires fraternales—. Quiero que pueda seguir mis pasos y que sea fuerte.

Joaquín firmó el papel y lo arrancó del resto.

—Bueno, ya sabes que es fuerte, al menos mentalmente. Esperemos que sea igual de buena para la prueba de resistencia física. —Le abrió la puerta a Eric—. Llévala a la sala de recuperación y procura que no le vean el rostro. Esperan mucho de ella al ser tu aprendiz. Yo llevaré estos resultados para que los incluyan en el sistema.

Eric me tumbó sobre su hombro juntándome las piernas. En medio de sus pasos se decía que era una completa desgracia que la sala de recuperación se encontrara después de cruzar por el comedor secundario. En tiempos de guerra los asientos eran ubicados al fondo para evitar las imágenes hemorrágicas que se presentaban cuando alguna arteria era cortada. Eric sonrió; no le preocupaba tanto la situación en ese preciso instante. El último ataque había ocurrido hacía varios años y no había durado más de diez minutos; un grupo de militares alzados contra la directora del reformatorio intervino, ayudándonos. Pero Eric ya no quería continuar pensando sobre eso. Ahora me tenía a mí: un nuevo motivo de paz. Una esperanza. Y por eso sonreía otra vez.

Oír sus pensamientos me asustaba. ¿Cómo lo hacía? La única razón lógica era estar fuera del cuerpo. ¿Y quién diablos era Eric? ¿Un presidente? ¿Un ministro? ¿Y por qué debía llevarme con la cabeza colgando del otro lado? Nadie me conocía como para que todo el mundo supiese mi nombre, o al menos eso pensaba.

Me acomodó dando un ligero brinco.

Verificó que alguna puerta de la sala de recuperación tuviese un pequeño recuadro verde que indicaría la disponibilidad de las camas. Entró en la quinta habitación.

Eric rechinó los dientes al recordar el motivo por el cual Danniel se encontraba en ese cuarto. Agradeció que aún Destiny no hubiese abierto los ojos desde entonces. La chica coreana de la historia llamada Akami estaba despierta, y al verlo con una extraña colgando del hombro se conmovió:

—¿Quién es ella? ¿Qué le pasó?

—Ehh... te presento a tu nueva compañera de cuarto. —Me recostó de la cama.

Akami se enfocó en mi rostro neutro y luego miró a Eric, abstraída.

—¿Esa es Nina Cole? ¿Tu aprendiz? ¿Ya llegó? ¿Tan rápido? —Se elevó para observarme mejor, demostrando que no estaba tan dolida como Eric me había hecho creer—. Espera, ¿por qué mi nueva compañera de cuarto está aquí?

Eric intentó despertarme hablándome al oído. Me meneaba con sutileza vigilando mis reacciones.

Akami se entristeció.

—¿No resistió la prueba? ¿No es apta para quedarse?

Eric soltó un suspiro ante el cúmulo de interrogantes.

 

 

Desperté gracias a un carraspeo intencional. Me sentía mareada y sofocada, sensación que acabó con el transcurso de los segundos. De nuevo carraspearon. En la otra cama estaba una muchacha de pelo castaño, casi rubio, con uno de sus brazos vendados mirándome con despectivo recelo. Sabía quién era.

—¿Tú eres la famosísima Nina, verdad?

Hice el intento de alzarme oyendo el tronar de algunos huesos.

—Famosísima como dices, no sé.

—Ja, ja... qué chistosita.

Aclaré la imagen pudiendo observar que me contemplaba con antipatía.

—Veo que Eric y tú se llevan muy bien —dijo.

Recordé las actitudes que Eric había tenido conmigo desde que había llegado. No concordábamos en ciertos aspectos. Y aunque parecía ser obstinado cuando alguna situación se le salía de las manos, siempre se mostraba gentil y servicial.



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En el texto hay: fantasia, romance, accion drama

Editado: 11.10.2021

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