A la fuerza ©

08 [No puedo respirar]

Me empujó con fuerza y caí al suelo de trasero.

- Auch.

Me queje, Deon se levanto y por instinto me hice para atrás, mire hacia arriba con rabia y él estaba igual o más furioso con la mejilla roja.

- Vuelve hacerlo y no dudaré en regresártelo - me apunta, no digo nada y cierro los ojos cuando acerca su mano a mí.

Siento un jalón en mi pelo, maldigo y para que no me siga doliendo mi cuero cabelludo me levante sujetando su mano.

- Suéltame, imbécil.

Quise separarlo, no lo logre y comenzó a caminar, obviamente no me quedaba de otra que seguirlo, sino mi pelo sería jalado y dolería más. Torpemente subo las escaleras, encajo mis uñas en su mano y gruño.

- Deon, es en serio. ¡Suéltame de una puta vez!

- Cállate.

- ¡Ahh!

Ese jalón me dolió horrible, entramos a una habitación y me suelta aventándome en el acto, vuelvo a caer al piso y me levanto hecha una furia contra él, queriendo golpearlo de nuevo en la cara por estupido, sujeta mi muñeca en el aire, sonrío y hago para atrás mi pie, voy a darle justo en la ingle.

De una me voltea y me aprisiona los brazos, me retuerzo gruñendo.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué el alboroto? - detengo mi lucha al oír su voz preocupada, con la respiración agitada la busco por la habitación y la encuentro en la cama.

Con pijama calientita holgada y moño desordenado.

- Nada, Lili. Solo se puso celosa al saber que me iba acostar contigo - piso su pie con fuerza logrando que me suelte, ya no doy lucha y me aparto de su persona.

- Oh, Y ¿Por qué no le habías dicho? - se mira molesta, parece su mamá regañándolo - Perdón si te incomoda Grace, ya te expliqué que no soy yo.

- Lo sé, no te preocupes. Me voy.

- No vas a ninguna parte - me intercepta, lo miro a los ojos con asco y cabreada.

- Haste a un lado.

- Quédate - pide, río ligeramente y niego - Solo mira.

Aprieto la quijada, me cruzo de brazos y me voy a una esquina de la habitación, el cierra la puerta, se mueve hacia Lili en su lado de la cama y me mira, sonrío macabra para no expresar el puto coraje que tengo.

Lili no me mira, ninguno lo hace. Él se trepa a horcajadas de ella con tan solo en pantalón y se inclina darle un beso a la barriga inflada, se acuesta sobre ella y pone su cabeza en la susodicha, empieza hablar agudo y poco a poco mi enojo va bajando.

Creo que mal interprete las palabras, pensé que tendrían sexo no que harían una escena tan tierna y romántica como si en verdad se amaran y fueran padres primerizos emocionados por su bebé.

Suspiro y tomo asiento abrazando mis piernas, recargo la cabeza en la pared quedando con mi vista directa a Deon, mi pecho se oprime y vuelvo hacerme la misma pregunta desde que llegué.

¿Qué fregados hago aquí?

Estoy segura que al final, ya que este apuntó de parir se van a confesar que no pueden estar separados, que se aman y que fueron unos idiotas no verlo antes...

Cierro los ojos cuando mis ojos lagrimean, no quiero llorar, pero es inevitable no verlos y decir que son el uno para el otro, ya tienen a alguien que es mitad y mitad, ya amanse con un carajo.

Me levanto despacio, camino a la puerta sigilosa y mientras los dos tórtolos están risueños salgo de la habitación, voy a la mía y me meto a bañar.

Con el agua tibia, lenta, agachada para que me caiga en la espalda y las lagrimas calientes que bajan por mis mejillas, me siento estúpida por llorar, no sé porque lo hago.

Suelto un suspiro y siento una presión en mi pecho.

¿Será que Peter me acepte en su casa?

Hablaré con él, no me siento a gusto aquí. Y lo mejor que puedo hacer sin ir a la casa de mis padres es irme con mi mejor amigo, será por unos días en lo que consigo un departamento económico.

Cierro el grifo, restriego mis ojos que arden y sorbo mi nariz, me dan espamos pequeños, inhalo profundo y abro la puerta corrediza de vidrio, tomo una toalla y la enrollo en mi cuerpo, agarro otra más pequeña y seco mi cabello delicadamente.

El espejo arriba del lavamanos y frente a la regadera es grande, puedo ver mi cuerpo delgado, pero lleno de marcas. No hablo de cicatrices de cortadas o golpes, sino estrías de tantas veces que he caído en depresión.

He estado llenita y con curvas de infarto, al mismo tiempo he llegado a los huesos, mi clavícula se marca, los pómulos se afilan y las costillas se ven.

Ahora estoy en medio, se marcan mis costillas pero no mucho, mi cintura está bien, mediana, y mis caderas pues...no me quejo.

Pura grasa de todo el cochinero que trago últimamente, me atasco de comida como si no hubiera probado un mendigo bocado en días, no me sorprendería volver a estar llenita.

Es algo con lo que estoy familiarizada.

Engordo, me estreso, dejo de comer y vuelvo a enflacar.

Sonrío al espejo, termino de cepillarme y salgo apagando la luz. Llevándome la horrible sorpresa de alguien acostado en mi cama, con solo su pantalón de vestir.

- ¿Por qué te fuiste? - pregunta sin mirarme, tiene sus brazos por debajo de su cabeza y los ojos cerrados.

Ruedo los míos y me quedo al pie de la cama.

- Tenía sueño y vine a bañarme para poder dormir a gusto - le miento, bueno de hecho mis ojos están cansados y pican un poco.

- ¿Ya tienes sueño? Es viernes.

- ¿Y quieres que te aplauda o qué? - me cruzo de brazos, parpadeo seguidamente y Deon se sienta en la cama.

- Que amargada.

- Tengo sueño, mejor vete con Lili y tú bebé.

Mierda hable de más, como lo suponía Deon sonrió divertido. Palmea las cobijas y lo vi indiferente.

- Fuera de mi habitación.

- Es mi casa, estoy donde quiera que me plazca estar - aprieto mi quijada, sonrío con boca cerrada y pronuncio un bajo "bien".

Me largo al sillón.

Camine rápido, abrí la puerta y cuando me disponía a dar un paso fuera me levantan, chillo de sorpresa y luego siento la suavidad de la cama. Tomo asiento y veo a Deon cerrar la puerta con seguro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.