Grace
Me resistí a que me quitaran a Violet de los brazos ahora mi mejilla derecha hormiguea, mi labio inferior esta partido, tengo un chorreadero de sangre en el piso que sale por mi nariz y para la cereza del pastel...el frío metal de una arma sin seguro con un dedo en el gatillo justo apuntando a mi cabeza.
Estoy sentada en el piso medio desnuda de alguna habitación en el segundo piso, apretando el puente de mi nariz para que deje de salir sangre con la cabeza gacha y escuchando disparos.
Sin poder hacer nada.
De un momento a otro todo está en calma hasta que se oyen otros dos disparos, la puerta se abre y levanto la cabeza para ver a uno de los hombres de Russell traer a Violet en brazos.
Hago el ademán de pararme, pero me lo impiden.
- Si te levantas te vuelo los sesos.
Rasguñe el piso de tanta impotencia que tengo, extendí mis brazos al hombre y negó yendo a la cama acostando ahí a la beba.
Otro disparo me tomo desprevenida y salte en mi lugar, mire para todos lados tratando de averiguar en qué parte de la gran casa fue.
Unos pares de pies entran a la habitación, miro hacia arriba topándome con Russell lleno de sangre en la cara, está sonriendo el psicopata.
- Alguien quiere verte.
Mi mente grita Deon.
Le pido ayuda para levantarme y de un jalón lo hace, me mareo por unos momentos, sacudo mi cabeza y siento cómo limpian mi cara.
- Sigue portándote mal y quedaras hecha mierda.
- Soy una no te preocupes.
Ríe, da un beso en mis labios y con la misma camisa que me limpio me ordena que levante los brazos para ponérmela. No digo nada al respecto, prefiero traer una camisa llena de sangre a estar en ropa interior de encaje a la vista de hombres que no conozco.
- Vamos.
Toma mi muñeca, volteo a la cama y veo a un angelito durmiendo plácidamente, quisiera ser bebé de nuevo. No se tiene que preocupar por nada, tenemos que cuidarlos y protegerlos nosotros.
Salgo de mi nube al ver las escaleras, me agarro del barandal porque el dolor en mi zona intima es constante, a este hombre le gusta rudo y le vale si a uno le está doliendo, busca su placer solamente.
Al final de las escaleras cuando decido subir la mirada quedo petrificada...hay muchos cuerpos sin vida, abro la boca y los ojos demás. Miro aterrada a Russell y señala un cuerpo.
- Ve y dime quién es.
Empuja mi espalda, niego y repite la acción pero con más fuerza, me muevo lento. Evito lo más que pueda la sangre con los pies y me acerco al cuerpo con un charco de sangre alrededor.
Tiene una bala entre ceja y ceja, lo miro detalladamente hasta darme cuenta.
- ¿Deon? - el nudo en mi garganta se formó en un segundo, mi pecho comenzó a doler y sin importarme me arrodillé a su lado - ¡No! ¡Deon!
Llore desconsoladamente, duele, siento un horrible dolor en el pecho, me quiero morir, no lo soporto.
Esta muerto, esta muerto, ¡Deon está muerto!
- Ahh...¿Por qué? Dime porque tú, ¿Qué voy hacer con Violet sola, eh? - golpee su pecho, cerré sus ojos y aún sabiendo que Russell me veía bese la comisura de sus labios - Te amare por siempre.
Susurre, recargue mi cabeza en su pecho y cerré los ojos. Mi cuerpo tiembla de los espamos, tengo hipo y mi nariz es un desastre, soy un desastre.
- Ya, arriba - ordena el imbécil.
- Vete a la mierda.
- ¿Qué dijiste? Repítelo.
Abro los ojos, me incorporo notando mis piernas bañadas en sangre y lo apunto enojada.
- ¡Vete a la mierda, cabrón!
- ¿Ah sí? Bien, te doy más sufrimiento.
Saco el arma quitándole el seguro, no me moví, mantuve la cabeza en alto.
- Anda, disparame.
Niega, gira su cabeza hacia las escaleras y volteo también. La sangre huye de mí sistema, doy un paso asustada.
- Russell - suplique, regreso su vista a mí sonriendo como todo un psicopata.
- ¿Qué? ¿Ahora si muy obediente?
- Baja el arma.
- ¿Por qué? Ya de una vez que se vaya con su estúpido padre ¿No? - su cinismo me aterra, alzo mis manos porque no deja de apuntar hacia Violet.
Está a la mitad de las escaleras en un portabebe.
- No lo hagas, por favor.
- Tu no me dices que hacer, perra.
Se gira y dispara, grito a todo pulmón. Corro hacia él tirándolo, golpeo sin parar su rostro, el arma se ha desplazado lejos.
- ¡Maldito, hijo de puta! ¡Era una bebé!
Le doy en la nariz varios puños con toda mi fuerza, intenta quitarme pero no puede, me descargo hasta que me canso, voy rápido hasta la pistola y me levanto.
Caigo de bruces al suelo, mierda. Mi columna y cabeza duelen como un demonio, gimo de dolor y busco el arma, me arrastro, pero pisan mi mano.
- ¡Ahh!
- Déjala, yo me encargo.
Levanto la cabeza, está hecho muerda de la cara. Recogen la pistola que estaba a centímetros de mis dedos y se la entregan a Russell, dejan de aplastar mi mano y dejo caer mi cabeza de nuevo, sollozando.
Pensé que me iba a regresar los golpes que le di, pero no hizo nada mas que acercarse, pasar una pierna del otro lado de mi cuerpo y encerrarme entre las suyas para después inclinarse y poner el arma en mi frente.
- Últimas palabras, amor.
- Te espero en el infierno.
- Ay, qué romántica.
Ríe, cierro los ojos aceptando mi muerte. Es mejor irme a luchar por vivir, las personas que amaba se han ido, igualmente lo haré yo.
Un azote fuerte de la puerta principal se escucha, abro los ojos lentamente y Russell me guiña el ojo enseñándome su dentadura blanca.
- ¿Creíste que iba a matarte? Sé que eso quieres y no te daré la satisfacción.
Se levanta, golpeo el piso con ambos puños y gritos de mujer empiezan a escucharse.
- ¡¿Qué es esto, Russ?! ¡Te dije que hoy venia!
- Me tomaron por sorpresa, ya sabes cómo es este mundo.
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Editado: 14.03.2020