De un momento a otro parecio recobrar ese brillo despreocupado que con lo poco que la conozco parecia caracterizarla, dio un par de giros mientras soltaba todo tipo de preguntas que tuviesen relación con el recorrido de manera que volviese tan lejano el tema de sus lagrimas y, sin dejarme oportunidad alguna de hacer siquiera una pregunta. Verla sonreir era hipnótico e incluso te hacía creer que todo estaba bien, mi cuerpo solo se movía hacía donde ella iba y mi boca respondía sin permiso sólo las preguntas que me daba tiempo de contestar, con respuestas cortas, con respuestas justas.
Esta podría haber sido la tarde más apacible de sus vidas pero en realidad una tormenta azotaba con fuerzas en el corazón de una de ellas... o ¿no sólo una?
-¿Y dices que podre venir aquí siempre que quiera?- Entró de nuevo al invernadero simulando quizás esconderse de mi.
-Mientras no faltes a tus clases no hay problema- Dije entrando junto a ella.
-¿El señor medly es el mas anciano?- Nuevamente se movió, ahora estaba recostada en el tronco del araguaney, del lado contrario al que yo me encontraba, observando la copa como si buscase un indicio de un cercano florecer.
- No creo que eso sea relevante- No comprendía su juego, claro que intentaba deshacerse de cualquier tipo de oportunidad de tocar el tema, evitaba que observara su rustro con un jugueteo de niña y distraia mi mente con prenguntas rapidas. Nuevamente llegue a su lado y ella comenzo a caminar hacia la salida, acto que nuevamente yo seguí.
Digo, si realmente quisiera haberse escondido de mi entonces lo habría estado haciendo muy mal, en todo caso sus codos podían verse del otro lado del árbol y su hermoso vestido la delataba. No solo me entretenía con juegos de niña, también me hacía pensar como una.
-¿Por qué son tus favoritas los tulipanes?- giró inesperadamente sobre sus talones haciendo bailar dulcemente sus mechones de cabello y su largo vestido, enbelesada por todo aquello casi ni me percato de que aquél movimiento la había hecho quedar casi execivamente cercana y frente a mi, sus ojos curiosos, su mirada decidida se deslizaba por cada faccion de mi rostro esperando ansiosamemte una respuesta o una reacción.
-No deberías hacer ese tipo de movimientos en un suelo como este o podrias caerte, por cierto la enfermería está cerrada los jueves y el comedor no funciona los martes, aunque... si quieres mi consejo, mejor trae tu comida de casa.
Me alejé hábilmente de ella y de su pregunta, conseguí, a cambio, una mirada ¿decepcionada? Vaya, "¿si tu lo haces esta bien, pero si yo lo intento esta mal?" Alejé rapidamente ese tipo de pensamientos, no es como si realmente me interesase la actitud de esa chica rara, tenia otras cosas de que preocuparme.
-Bueno si no tienes algo mas que preguntar, sera mejor que vayas a tu clase, es en el aula 8. Hasta luego.
Me alejé fingiendo falsa tranquilidad y volteando solo un segundo para hacer un gesto de despedida, no tenía intención alguna de volverme a encontrar con esa mirada. Ahora solo pensaba en las preguntas tontas que me haría Mónica, oh y alex, ella es realmente su tipo y su mirada ahora desde el otro pasillo era de un claro interés, no quiero terminar de intermediaria entre esos dos.
No creo siquiera haber pisado la entrada al aula cuando ya desde el fondo podía ver a trio de chicos necios comiendome con la mirada. "Jessica Auri, reportate inmediatamente a la oficina" ¿una segunda vez? Realmente esto era de no creerse, estoy bastante agradecida de no tener que contar con lujos de detalles mi extraña tarde pero si lo pienso mejor, ¿Qué diablos querra ese vejestorio ahora? Si piensa que volveré a hacer de guia esta realmente muy equivocado, ¿cuántas personas piensan ingresar a mitad del segundo semestre? Y que es peor, a este lugar, la gente realmente esta perdiendo la cordura.
Les di mi mejor sonrisa falsa de disculpas a mis tres frustrados amigos "lo lamento" gesticule antes de darme la vuelta. lamentos nada, estaba muy agradecida. Estaba dispuesta ya a subir las escaleras cuando me sorprende el Sr.David con un par de carpetas y su saco colgando de un brazo, al parecer llevaba prisa.
-Oh jess, si. Aquí tienes, emm - me extendio una carpeta azul, aunque por momentos no parecia saber si soltarla o seguirla sosteniendo, parecía bastante incomodo y por fin simplemente decidió dejarla en mis manos, se despidió y se marchó. "Revisala en casa"
No le di importancia, solo la introduje en mi bolso y con el sonido del timbre me dirigí inmediatamente a casa, hoy ha sido un día extraño. Al llegar solo deje caer mis cosas al suelo, unos libros se deslizaron de mi bolso y la dichosa carpeta dejó escapar un par de hojas, fui por un poco de jugo y me senté a ver una pelicula, por fin lejos de toda aquella incertidumbre y es que estaba aliviada de que aquello no me siguiera a casa. La puerta se abrió, por un momento me asuste "como si realmente pudiera pasar, en qué demonios estoy pensando" mi abuela entró y como de costumbre comenzó a quejarse por el desorden así que levanté mis cosas. Recogí las hojas que escaparon de la carpeta u por curiosidad leí el inicio de la planilla.
Registro de datos del alumnno
Isabel Marval