A las afueras de Ciudad (blog)

¿Por qué creo que la elección de A no es lo correcto?

Las personas normales suelen iniciar un blog presentándose, no estoy seguro de qué es esto, pero desde luego no quiero parecer un raro:

Mi nombre es Agust Watermelon; tengo una novia llamada Claudette, aunque ella no lo sabe todavía; en algún punto del año pasado creo que cumplí 19; y me encuentro viviendo a las afueras de Ciudad. Sé que este último punto los dejó en un estado de shock, a mí igual. 

 

Mucha gente me pregunta la razón por la cual no quiero volver a Ciudad, en especial Claudette. Yo lo llamo resentimiento. Resentimiento hacia esa urbe tan camaleónica que no espera por nadie, en continuo creciendo a costa de todo. Incluso los primigenios, los padres fundadores, han sido olvidados.

Siempre es lo mismo: Despiertas en una habitación cuadrada cuando los rayos radiactivos del Sol te golpean la cara como un puño furioso, solo para contemplar tu mísera vida. Una vida como muchas otras, tan repetitiva, tan pusilánime. Despiertas y sales a encontrarte con una amalgama de sociedad: un tumulto de personas conocidas para todos y desconocidas para ti, terrorífico en mi opinión.

Un día 13 de Marzo descubrí que no quería permanecer en Ciudad, el aire tan denso me sofocaba, y mi corazón golpeteaba cada vez más rápido. Un día 13 de Marzo huí de la metrópolis que me vio nacer, y de todos aquellos extraños que parecían tan familiares.

Nadie puede huir de Ciudad, es como una maldición. Quisiera poder decir que yo lo hice, que salí de sus muros y atravesé Las llanuras humeantes con solo una cantimplora de agua y lo que llevaba puesto; pero la realidad es patética. Simplemente me instalé a las afueras de Ciudad, justo al atravesar aquel rio mohoso que hace las veces de pequeña muralla. Sí, se lo que piensan, ¿por qué decidí vivir en un nido de delincuentes y adictos al crack? Es fácil, ellos no molestan a un loco.

¿Que si estoy loco? Cada día resulta más difícil convencerme de lo contrario. Por eso escribo esto, para preservar mis palabras, para mantenerme ocupado. Una mente ocupada es una mente feliz, no da lugar a pensar demasiado.

¿Que cuánto tiempo escribiré? Sencillo, hasta que mis facultades mentales lo permitan. Pero es complicado, teniendo en cuenta que la vaca me observa fijamente por el pequeño agujerito que hay en una de mis paredes.

... lleva unos inusuales pantalones...




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