A little bit of love

Planes

Capítulo 5

Al despertar me apresuró en preparar la ropa que iba a usar para el viaje y revisar las maletas para no obviar nada.

Después de hacer el chequeo a mis maletas bajo para ir a ver la piscina, y que tenia deseos de nadar y mi abuelo se me acerca.

-Tienes el mismo aire de serenidad de tu abuela, - me dice.

- ¡¿Si?! Lástima que ella ya no está con nosotros. - respondí un poco triste bajando la cabeza para mirar el agua que corría por mis pies cuando me encontraba en la orilla sentada.  - ¿pero, abuelo que pasó para comprometerme así de la nada y con ese muchacho? que agregándole al caso no sé nada de él; agregue mirándole nueva vez a mi abuelo que se encontraba de pie junto a mí mirando hacia el frente con la vista perdida en alguna parte del gran jardín que había frente a la piscina.

-Bueno tú sabes los abuelos no están para siempre y nosotros queremos lo mejor para nuestros nietos y tú solo eres una, - respondió para después agregar; - te quiero ver feliz con la persona que yo elegí para ti, considerando que podría ser lo mejor.

- Si; - abuelo dije con voz triste para volver a mirar al agua. -pero yo quiero amar a alguien, no a la persona que me pongas en mi camino; proteste aun mirando el agua mientras hacía círculos en ella con las piernas.

-tu abuela dejo un regalo y creo que te darás cuenta pronto, mi cara marco una expresión de curiosidad al momento que murmuraba para mí; - ¿una sorpresa? –cuando alcé la vista para mirarle vi cómo se alejaba.

Jack.

Al bajar del taxi, salieron todos los del personal a recibirme salieron junto con mis padres y mi hermana pequeña Ana Paula quien expectante y curiosa realizo la pregunta más obvia de la tierra. - ¿Anabel dónde está?

- Fue a Canadá señorita Paula; -oí decir al personal.

- ¿¡Por qué no me avisaron?! - dije molesto, para que mi madre saltara a abrazarme y responderme.

-Ella está bien solo fue por una competencia de ballet- dijo soltando nuestro abrazo y mirando mi rostro. - déjala vivir que al cabo ya te nos vas a casar, y ella será la más consentida de la familia.

- Deberías haber dicho eso desde el principio y ¿quién se casa?  Pregunte con un ápice de sarcasmo - ¿¡no yo?!, que todavía no se quien carajos es. –respondí y me deshice de su abrazo por completo para dirigirme a mi habitación, subiendo las escaleras vi que algunas cosas de la casa habían cambiado, terminé de subir las escaleras dobles hacia el fondo del pasillo donde estaba mi habitación abrí la puerta y pude observar agregando con voz audible: - está igual a como la deje.

Natalia.

Al terminar de hablar con mi abuelo me dispuse a irme de la alberca, pero de pronto una voz me retuvo haciendo que me quedara helada y decía:

  • ¡Natalia, corre! - se me salieron varias lágrimas al recordar algo de lo sucedido ese día.

Mi abuelo me agarró fuertemente preocupado y yo miraba fijo a ninguna parte, como si mi mirada estuviera perdida en algún otro lugar y me decía:  - todo va a estar bien, nunca fue tu culpa.

-Yo me decía a mí misma y por primera vez se lo dije a él; - al escuchar eso tantas veces uno se lo cree, ¿verdad abuelo?

-Si niña - respondió con voz fuerte pero cariñosa.

-pero duele tanto que creo que algún día se saldrá de mi pecho – guardo su nudo en la garganta y una lagrima salió de sus ojos anegados por ellas pero que aduras penas sí pudieron salir.

Se acercó el secretario entregándole un maletín con forma de violín - un regalo para que nunca llores - me dijo mi abuelo entregándome el maletín. A lo que asentí con la cabeza y dije, - un tímido gracias por el regalo; - para dirigirme a mi habitación y quedarme un rato acostada esa imagen fue tan fuerte y clara parecía tan real y en ese momento recordé lo que la psicóloga dijo sobre la hipnosis y sus efectos secundarios.

No encontraba respuesta a esa voz y la imagen que había pasado justo en ese momento, pero algo si tenía bien seguro si continuaba de esa manera podría recordar todo lo del accidente y esto no quería contarlo; tirada en mi cama me pregunte ¿Porque soy tan apegada?...

Jack.

- Una voz chillona me decía y me sacudía fuerte, así como empezaba a brincar en mi cama; - ¡Jackie despierta!, ¡mamá te llama! Despierta dormilón me susurro en el oído y pude sentir su olor fresco a menta y lavanda de su pasta de dientes.

- déjame dormir Pau, le dije girándome y doblando la almohada en mis oídos al mismo tiempo que giraba para el otro lado.

- estarás en serios problemas si no te despiertas ahora, -han encontrado una foto tuya en un sobre con varias chicas y mamá esta que vota chispa.

-Si dije con voz ronca, me levanto ahora.

Para después levantarme de la cama y estregar mis ojos con los nudillos de mis manos, quite la sabana de encima y Pau tiro un grito de horror y asco: - ¡AHHGG! ¿Por qué duermes desnudo? - Chillo tapándose los ojos con ambas manos y mirando al piso.

Yo me reí caminando sin darle la más mínima importancia y entrar al baño para lavarme los dientes, mientras estaba limpiando mi boca con el cepillo me preguntaba que había sido eso de las fotos que dijo Paula con varias chicas; ¿mi madre no pudo ser capaz de mandarme a vigilar en la universidad? Me pregunte ladeando la cabeza para negar al ponerla derecha y decir con el cepillo aun dentro de garganta – no puede ser cierto.

Baje con unos pantalones de dormir que encontré en el baño cerca del cesto de la ropa sucia, los olí y me los puse, ya que no tenían ningún tipo de olor porque la noche anterior me los puse y debido a la incomodidad para dormir fui al baño a expulsar mis orinas y me lo quite, al salir de la habitación tome una polera gris que había dejado tirada en la cama cuando por el calor me la quite y la tire.

Al estar en la sala nos sirven el desayuno, Y se escucha una voz que dice:  - ¡llegué familia y traje conmigo a una muy buena amiga! – inmediatamente reconocí esa voz alarmante y coqueta que gritaba para que todos notaran su presencia.




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