En el transcurso de mis 16 años, he tenido una serie de problemas, tanto físicos como psicológicos, traumáticos y sentimentales, desde que tengo uso de razón hasta este momento, quién diría que a una chica de 16 años ya está experimentada en el amor, quien diría que ya tuvo 4 experiencias fracasadas en el amor ¿Quien lo diría? Nadie, por que creen que es algo absurdo, pero lo absurdo es que su vida fuera una maravilla, cuando en realidad es un total desastre, entonces ¿Ahora lo ven absurdo? Por que yo no lo veo así.
Mi primer amor fue lo más cursi que hubo en el mundo, o sea, me encanto, pero él se tuvo que mudar, el segundo un completo idiota y poco hombre, al igual que el tercero, yo no tengo la culpa que me gusten los chicos malos, pero el cuarto, fue complicado y a la vez hermoso, me recordó a mi primer amor, pero no le llegaba ni a los talones.
¿Por qué será que la lectoras somos muy exigentes en los chicos? Oh, ya se, por que los chicos literarios son mucho mejores que los que en realidad existen y cambiaré de idea cuando encuentre a un chico igual o mejor que los literarios, mientras tanto, todos los chicos son una mierda, que lo único que buscan es sexo, sexo y más sexo.
Es que ¿No les basta con las de su edad? Porque... ¡Dios! En serio, creo que ya estoy harta de esta situación, pero volviendo a la realidad, en estos momentos estoy en clase de literatura, es mi favorita, me hace pensar demasiado. Eso es bueno.
–Haber, señorita Moore ¿Cual es su escritor favorito y por que lo es?– pregunta la profesora dirigiéndose hacia mi.
–Verá, profesora, mi escritor favorito es Nicholas Sparks ¿Por qué? Es simple. Por la manera en la que escribe, por como se expresa, por cómo describe cada suceso en la vida de los personajes y por que su categoría en todos los libros es el Romance. El verdadero amor –doy mi gran opinión, la cual hace que la profesora sonría.
Ella también lee los libros de Nicholas Sparks y es una cerebrito antisocial, igual que yo. Dado al punto que somos como... unas buenas amigas.
La profesora sigue preguntando a los demás alumnos, algunos no responden, mejor dicho la mayoría, ya que la juventud de ahora no se empeña a leer. Al cabo del tiempo la hora se termina y luego la hora del receso llega.
Como siempre fui la última en salir, pero, la profesora Casandra me llamo. Le gusta conversar conmigo.
–Aún no se por que me pregunto eso, si usted ya lo sabe –digo sabiendo lo que me respondería.
–Lo hice para que me recordarás porque lo leo y que soy una lectora con altas expectativas que no necesita de una hombre que busca una sola cosa... –no la dejo terminar de hablar.
–Sexo, lo sé, sufrimos de la misma enfermedad; atraer a hombres promiscuos. Cuando encuentre un buen partido para ti, te aviso –termino la conversación y le guiño un ojo.
Tranquilamente salgo del aula de clases, me dirijo al patio y me siento en mi banca de siempre. Saco mi espléndida libreta del bolso y tomo en mis manos mi gran obra maestra.
En el centro del patio hay un gran roble, bueno, no tan grande, pero a estas horas, 9:30 AM, es una buena hora para mirar cómo los rayos del sol traspasan por las hojas y las ramas del árbol. Es algo maravilloso para mis ojos, y por lo mismo, quiero hacer un dibujo con tanto complejo, para traspasar los límites de mi don.
Mientras veo hacia el árbol y dirijo mi visto a la libreta, dejo de sentir el sol en mi rostro por un gran obstáculo que denomino; un simple hombre. Alzo la vista y lo miro a los ojos, no creo haberlo visto antes.
–Entonces, eres una lectora cursi ¿Sabes? Llevo varios días intentando hablar contigo, pero, veo que no eres de muchos amigos –comenta mientras se sienta a mi lado.
Me pregunto¿Quién le dijo que si se podía sentar?
–Si, se puede decir que soy una lectora cursi, pero no me caracterizo solamente así, me gustan muchas otras categorías. No, no sabia que me querías hablar. Y, no soy de poco amigos, mejor dicho, no tengo amigos. Y si no tengo amigos es por algo, así que si me disculpas tengo cosas que hacer –opino tomando mis pertenencias.
Pero, me detiene, agarrándome el brazo. No sé ni quién es y anda muy confianzudo conmigo.
–No, quédate y dime que "cosas" tienes que hacer –replica, haciendo en el aire unas comillas.
Este chico no me agrada.
–No, no sé ni quién eres –comento enojada, mientras el me mira confundido.
Me cruzo de brazos y doy un paso hacia atrás, haciendo que el se levante y se acerca a mi.
–¿Cómo? ¿No sabes quien soy? Creí que era popular –dice aun confundido, mirándome como si fuera una cosa rara.
–Si no eres Patch Cipriano, August Waters, Christian Grey o Edward Cullen, entonces no se quién eres –me encojo de hombros y niego con la cabeza.
–Vaya, de verdad que eres una lectora –opina con cierto desagrado– Bueno, me llamo Ian O'conner, es un placer conocerte Elisa Moore.
Se inclina así mi, toma mi mano y la besa. Quiero que me responda muchas cosas en este momento, como ¿Por qué se sabe mi nombre? ¿Por qué tiene tanta confianza conmigo, si no se la he dado?¿Que quiere conmigo? Por qué si dice que es eses tal Ian O'conner, el dios griego de todas las chicas de este instituto, menos el mío, entonces esto quiere decir que quiere algo. Por que no es como que hable con todas chicas del instituto.
–¿Y qué es lo que quieres? –logro decidirme por preguntar esto, con un poco de indiferencia.
–Wow, eres muy inteligente y directa, pues ya que vamos así te lo digo de una vez, sin tantos rodeos. Quiero que seas mía –suelta, mirándome directo a los ojos, muy serio.
Por un momento quise pensar que estaba de broma, pero me estaba mirando tan serio que me doy cuenta que no es una broma. No jodas, yo no voy a ser una nerd que de la noche a la mañana se enamora estúpidamente del más popular, no, definitivamente que no, no quiero que mi vida sea un simple y estúpido cliché. Además quien se cree él para decir que soy suya, yo no soy un objeto con quien puede jugar. Pero estoy tan sorprendida que ahora se que es "abrir los ojos como platos" y "formar una "o" con la boca".