A Pesar De Todo

C A P I T U L O 6

Martes, Octubre 10

Holly Wright

Hoy iba a visitar a los pulgosos, ya los extrañaba demasiado hace casi dos meses que no los veía.

Baje de la motocicleta y los vi jugando con la pelota, chifle lo más agudo que pude para llamar su atención, ellos al instante voltearon a verme y corrieron hasta mí.

Tenía dos hermanos menores de 6 años, son gemelos de cabello café muy claro casi rubio, ojos cafés y varias pecas alrededor de su cara.

Ellos corrieron hasta mí, me agache hasta quedar a su altura y los abrace  mientras ellos me rodeaban  con sus bracitos.

—¿Cómo están latosos?

Ellos me regalaron una gran sonrisa y me arrastraron dentro de la casa contándome lo que han vivido los dos a la vez. Nos sentamos en los sillones de la sala mientras me seguían contando.

—¿Dónde está mamá?

—Se fue, tuvo una llamada y se fue corriendo— contesto Henrry.

Mi madre era una abogada reconocida, siempre trato de poner a su familia como primer lugar pero después de que se separó de mi padre ellos se centraron en su trabajo, no me afectaba a mí eso ya estaba lo suficientemente grande para entender aparte de que ya había formado mi vida aparte de ellos pero si me dolía las consecuencias que tenía hacia mis hermanos. Ellos solo tenían 6 años, después de todo necesitaban más atención, aparte de que eran unos gemelos revoltosos  necesitan la atención y amor de ambos padres.

Al principio de esta nueva etapa que pasaron mis papás yo los ayude haciéndome cargo de mis hermanos, estaban pasando por una separación que ellos no entendían así que me encargue después de la escuela a cuidarlos, claro que en mi causo un gran impacto su separación pero yo era un caso aparte, me centre en ellos.

—¿Vamos a jugar algo?

Les pregunte con una gran sonrisa, ellos asintieron entusiasmados y me guiaron hacia el patio.

Estuvimos un rato jugando con la pelota hasta que ya era de noche. Los metí a los dos dentro de la casa les prepare chocolate caliente.

—Holly —Me habló Harry, voltee para verlo —¿Vas a volver?

Sus lindos ojos se empezaron a cristalizar, voltee hacia Henrry que estaba siguiendo los pasos de su hermano, dejé lo que estaba haciendo y me acerque a ellos.

—Oigan estoy aquí ¿No?

Los dos a sintieron ya con la nariz rojita.

—¿Regresaras? —me pregunto Henrry con ilusión le di una sonría y los abrase.

—Claro, somos el trío inseparable ¿se acuerdan?

Ellos a sintieron algo complacidos con mi respuesta.

—Vamos a dormir —les revolví su cabello y los guíe a su habitación.

Nos acabamos el chocolate y les di el beso de buenas noches, después me fui a mi antigua recama.

Estuve un rato revisando las cosas que aún tenía aquí, cuando mis padres se separaron me mude con mi papá hacia la ciudad mientras que mis hermanos y mi mamá se quedaron aquí, pero dejaba cosas en la habitación para las ocasiones que venía.

—¡¿Holly etas es casa?!

Gritó mi madre desde abajo.

Rápido llegue hasta ella bajando las escaleras, se veía cansada dejando su abrigo en el perchero.

—Hola mamá.

Elevó su vista hasta mí y me dio una sonrisa.

—Lo siento por no estar en la tarde, sé que acordamos pasar el rato junto pero surgió algo.

Asentí un poco enojada.

—¿Ya se durmieron tus hermanos?

—Sí, los lleve a la cama.

Hizo una leve mueca con sus labios.

—Y yo ya me voy mamá, en algunas semanas los vengo a visitar.

—¿Nada más eso me dirás? no he visto a mi hija en más de dos meses y cuando llego es lo que recibo —me recrimina enojada.

—Viene desde la tarde para pasar todo lo que se pueda con ustedes, pero tú te vas toda la tarde dejando a mis hermanos solos, niños de 6 años solos. Así que ya me voy después de hacer el trabajo que tu tenías que hacer —ella me miro enojada con una mueca de desagrado por mis palabras, pero sabía que tenía razón.

Tome mis pertenencias, masculle una despedida que no creía que oiría y me fui de allí.

Llegué hasta el edificio mientras subía las escaleras saquen las llaves del departamento pero me detuve delante de la puerta analizándola.

No quiero entrar y despertar a Malia y desquitar mi enojo hacia ella, no me ha hecho nada para merecerlo.

Tal vez solo comer mi nieve de queso pero merecía un final peor que despertarla.

Di un largo suspiro y seguí subiendo las escaleras, con las mismas llaves abrí la pesada puerta al dar el primer paso una oleada del frío viendo choco contra mi cuerpo.

Avance hasta la orilla y me senté en ella dejando colgar mis piernas, sé que había unas sillas atrás de mi - que yo las puse- pero me gustaba que la mitad de mi cuerpo quedara volando en el aire, analice las calles a la gente pasar hasta que oí una maravillosa melodía no sabía de dónde provenía pero era como aire fresco.

Cerré mis ojos ante el ruido de Jazz intentando que mi mente se despejar a un poco.

Mi paz se acabó al poco tiempo que abrí mis ojos fulminado a la persona que me interrumpió.

—¡¿Qué haces aquí fuera? ¿Te piensas suicidar?! Es eso ¿Estabas contemplando donde iba a quedar tu cadáver? Porque escúchame bien Holly Wright no voy a dejar que te suicides —dijo un estérico Cameron caminando en círculos.

—No lo pensaba hacer —murmure.

—¡No!, ¡Claro que no porque yo no lo iba a permitir!

—¡Cameron cállate! —él se calló de inmediato y me miró expectante.

—Solo estaba pensando nada más.

Cameron se llevó una mano a la frente, exhalo y se sentó en las sillas que había, dio unas palmaditas a la silla que estaba junto a él.

Rodé mis ojos y sin mucha motivación me senté a lado de él.

—Te vi desde abajo, no sabía que eras tú hasta que abrí esa puerta —murmuró.

Una sonrisa tierna se quiere apoderar de mi cara me no la deje en cambio solo lo atraje  hacia mí con un semblante neutro y le doy un semi abrazo.



#4768 en Joven Adulto
#22781 en Novela romántica

En el texto hay: secreto, amor, chica fria

Editado: 16.04.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.