C A P I T U L O 8

Seguía recostada en la cama de Cameron en una posición fetal, él había ido a preparar la cena.

No me había querido ir de aquí, Cameron no me estaba hostigado con preguntas todo lo contrario si me iba a mi departamento.

Suponía que Malia no se extrañaría al no encontrarme ahí o tal vez ni siquiera está en el departamento, los sucesos de la noche se repetían en mi mente, como un disco rayado, tenía que ser muy obvio, Marck me habían avisado que habían nuevos chicos.

Cuando nuevas personas llegan los dejan ganar sin importar el costo, para que tengan interés y vuelvan, todo un negocio para los a postores, pero era obvio que la única forma de que yo ni siquiera pasara por la línea de meta era interponerse pero al parecer la situación se les salió de control.

—Aunque no quieras hablar de lo sucedido ya se lo que pasó, no hay que ser muy listo para conectar que hay una chica toda lastimada en mí casa y curiosamente están reportando un accidente en las carreras ilegales que se hicieron hoy, carreras con motos y tal parece que a esta chica ama las motos.

Dijo entregándome la comida que había preparado.

Infle mis mejillas llenas de aire mientras recibía la comida y me limite a encogerme de hombros y sacaba el aire como respuesta.

—¿Podemos ver una película?

Pregunte casi en un susurro, lo que menos quería era hablar, gracias al accidente había bajado mis barreras me sentía vulnerable y ese sentimiento lo odio pero no tenía la fuerza para volverlos a elevar, aun no.

Él se acostó en su cama y yo imite su acción con cuidado para que no se me callera la comida.

Cameron puso una película de ciencia ficción, era realmente entretenida pero no sé a qué hora mis ojos se cerraron llevándome a un sueño profundo.

~•~•~•~

Miércoles, Octubre 11

Abrí mis ojos lentamente, me costó aclarar mi vista pero cuando lo hice me quedé inmóvil.

Estaba acostada en el pecho de Cameron, él estaba durmiendo abrazándome por la cintura y nuestras piernas estaban enredadas, entre cerrando mis ojos logré ver la hora.

Eran las 9:15 de la mañana.

Con mucho cuidado me fui separando de él, entre a su baño y me vi al espejo.

No entiendo cómo es que hoy me veo peor que ayer, me lave mi cara con cuidado, vi mis ojos grises tan rotos por dentro.

No me gustaba verme al espejo, no porque no me considerará bonita sino porque no me gustaba ver la chica rota que me había convertido.

Inhale profundo y exhale repetí la acción por segunda vez, sentí como elevaba mis muros y mis ojos volvían a tener la típica inexpresividad.

Salí del baño buscando a Cameron con la mirada, lo vi recostado en la barra con su celular.

—Ya me voy.

El me volteo a ver.

—¿A dónde vas?

—Tengo cosas que hacer.

—Te voy a llevar a reparar tu moto.

—No tienes que hacer nada gracias.

—Vamos.

Me tomo de la mano entrelazando nuestros dedos provocando miles de corrientes eléctricas en mi cuerpo suponía que él también lo sintió ya que no se movió por unos instantes.

Cameron hizo algunas llamadas para llevar la motocicleta a que la arreglen, nosotros los seguimos unos minutos después.

Mientras que el sujeto arreglaba la moto Cameron me llevó a ver algunos carros que vendían por aquí.

—Estaba pensando en comprarme ese —señaló el carro que estaba frente a nosotros, era lindo de color azul marino y era grande.

—Sí, ehm es muy lindo ese auto.

—No sabes cuál es ¿verdad?

—Mira yo sé de motocicletas no se de autos solo sé que ese —lo señale— es muy lindo.

—Sí, estoy trabajo para conseguirlo.

—¿Aun te falta mucho dinero? —alce mi rostro para verlo.

—Algo...

Aunque no estará de acuerdo se lo quiero regalar, lo poco que ha hecho por mí lo eh valorado más que nada, hace años que no se preocupaban así por mí.

Y tan solo lo de ayer me siento que quede en deuda con él. Tampoco me falta dinero, me sobra bastante con lo que me pagan, aunque sea cierto que no gane la carrera pasada no permitiré que pase lo mismo con la próxima.

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Estábamos sentados en una banca en el parque después de ir a arreglar la moto fuimos por un helado hasta llegar aquí.

Me gustaba este lugar, no había tanta gente al rededor y se podía escucha claramente el canto de las aves con el sonido de los árboles.

A veces era relajante estar en un lugar así, aunque me encara el ruido y la adrenalina una parte de mí necesita de estos momentos.

—Te quiero pedir un favor —hablo Cameron.

—Dime.

—La próxima semana habrá un partido y me gustaría que fueras.

Quede en silencio unos minutos, pensando.

—Voy a ir pero ¿me puedes contestar algo?

El asintió como respuesta.

—¿Por qué hay tantos rumores de ti? Eh escuchado que andas de chica en chica, que eres frío y tosco, pero no lo entiendo nunca has sido así desde que te conocí.

—A veces no hay ninguna razón para callar a los rumores.

—¿Por qué?

—Porque no tenga nada que perder Blueberry.

—¿Bluberry?

—Sí, mi Blueberry.

Preferí callarme, vi que ya no tenía ganas de seguir hablando y no era quién para presionarlo, él no lo había hecho y yo iba a ser quien se lo hiciera.

Saque mi celular del bolsillo, y empecé a buscar la canción.

No me estaba reconociendo en este momento pero no quería arruinarlo sabía que después lo haría muestras quería aprovechar esto.

Suspiré algo melodramática y me acomode el hombro de Cameron disfrutando de todo, este día me recordaba al día del barranco y en absoluto me quejaba había sido uno de mis días preferidos en mucho tiempo aunque me negara a decirlo.

Eran estos momentos los cuales aunque tratara mi barrera se desmoronaba y salía a la luz una pequeña yo que estaba estratégicamente escondida para no ser herida.

Las palabras de Cameron retumban en mi mente en cada momento, dejarme curar por él, realmente no creo que pueda hacerlo y temo que lo intente y salga herido.